Название: Redes Sociales para la Iglesia
Автор: Elis Amâncio
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9781646910977
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En algunos de los diversos eventos de Marketing Digital de los que participo todos los años escucho repetidamente que ciertos sitios con contenido pornográfico llevan la delantera en cuanto al acceso digital. Y me pregunto: ¿Qué ha hecho la iglesia al respecto? ¿No será que no somos buenos productores de contenido, que no publicamos mensajes de edificación que alegren el alma? Tal vez hacemos solo algunos «murmullos» on-line.
No se engañe. Estamos afirmando que más de la mitad de la población mundial tiene acceso a Internet. Lo cual no es poco. Y como iglesia del Señor hemos hecho poco por alcanzar a la gente a través del medio digital. Estamos hablando de almas, no de números. Tenemos la responsabilidad de predicar a todos. A tiempo y fuera de tiempo.
Según una investigación publicada en enero de 2019 por We Are Social/Hootsuite vale recordar que el 67% (5.100 millones) de la población mundial utiliza teléfono celular. Y también que cerca del 57% (o sea 4.300 millones de personas) utiliza Internet. Solo en las redes sociales hay 3.400 millones de usuarios activos.
Los 10 países que pasan más tiempo on-line, según esta investigación, son:
Filipinas: 10:02 hs.
Brasil: 9:29 hs.
Tailandia: 9:11 hs.
Colombia: 9 hs.
Indonesia: 8:36 hs.
Sudáfrica: 8:25 hs.
Argentina: 8:19 hs.
Malasia: 8:05 hs.
México 8:01 hs.
Emiratos Árabes: 7:54 hs.
El español es el cuarto idioma más hablado en la Internet mundial, quedando solo un poco más atrás del inglés, del ruso y del alemán.
Comportamiento on-line:
El 92% mira videos on-line.
El 58% mira herramientas de streaming TV.
El 30% juega juegos on-line.
El 23% mira a otros que juegan on-line.
El 16% mira deportes.
Edad de las personas que usan Internet en el mundo:
La investigación completa hecha por We Are Social y Hootsuite está completa y disponible en el link: http://bit.ly/internetmundo —inclusive es posible acceder a los datos de cada país.
Uno de los grandes motivos de la intensa presencia digital es que la gente puede acceder a Internet a través de los smpartphones y las tablets. Otra herramienta eficiente para la búsqueda de datos de cada país en Internet es el Facebook Insights. A través de él es posible obtener datos acerca de la población de cada país que utiliza dicha herramienta, franja etaria e idioma, entre otros.
Cuando vamos a un restaurant, a algún festejo familiar o aún a la iglesia vemos que muchos niños están con sus «niñeras virtuales» (smartphones o tablets) reproduciendo videos de YouTube o jugando a ciertos juegos que los entretienen. Eso significa que estos gráficos de acceso según la edad pueden variar aún más.
Como iglesia se nos presenta un desafío: ¿Qué hemos publicado en el medio digital para ellos? ¿Hemos desarrollado proyectos cristianos on-line de edificación que sean atractivos para niños, adolescentes, adultos y ancianos?
¿Qué hicimos como iglesia en relación con esas cifras? ¿Nos preocupamos por la forma y el contenido que hemos publicado en el medio digital? ¿Son de edificación los mensajes que compartimos en las redes sociales? ¿Preparamos estrategias en el medio digital para alcanzar a las personas de un modo eficaz?
Temo decir que, en su mayoría, las iglesias, liderazgos y miembros no piensan mucho en eso. Simplemente publican «cualquier cosa». Veo instituciones más preocupadas en denigrar el uso de la herramienta digital que en orientar a la gente al buen uso de ella.
Me gusta mucho este montaje de arriba. Muestra la Plaza San Pedro (en el Vaticano, Italia) en dos momentos históricos recientes. En la foto de 2005 se ve la imagen de la multitud luego del fallecimiento del Papa Juan Pablo II. Podemos observar que no hay cámaras fotográficas, celulares ni tablets. En la segunda foto, en 2013, se ve el momento en el que Francisco es electo como Papa. El mismo escenario, con ocho años de diferencia, refleja el impacto del acceso a la tecnología en la vida de las personas. Migramos a la era de las pantallas. La era en la que utilizamos los dispositivos móviles para tomar fotografías y hacer videos. Vuelvo a decir: Y no es poco.
Hoy vivimos nuevos paradigmas que tienen que ver con la tecnología, hablamos de etiquetas digitales, de netiqueta, de que esto está mal o bien… Pero creo que el debate debe ir más allá de discutir acerca de la utilización o no de equipos electrónicos, de si es adecuado o no leer la Biblia desde el celular en la iglesia, o de si usar las redes sociales es de Dios o no. Una vez más vuelvo al punto que mencioné anteriormente: Internet es neutra. Será buena o mala de acuerdo con el uso que le demos. Pero convengamos que la hemos usado mal y poco para el Reino de Dios.
En mis clases siempre pregunto a mis alumnos cuál fue la última vez que vieron una puesta de sol sin tomar una fotografía, solo contemplando el momento, maravillándose de aquel espectáculo. Y solo escucho risitas y un «ehhhhh…». La verdad es que, debido al fácil acceso a la tecnología y a la utilización de las redes sociales, somos tentados a tomar fotografías, filmar videos y luego a subir todo, e incluso a dar nuestra opinión de todo. Pero contemplamos muy poco aquello que Dios creó para nuestra edificación.
¿Usted vive el momento o lo fotografía?
Foto: Boston Globe/Getty Images.
Esta fotografía es de un evento que se realizó en los Estados Unidos en 2015. No recuerdo exactamente la ocasión, pero sé que era un show de algún grupo musical muy conocido. Lo que más me tocó fue la imagen de esa señora (señalada con el círculo rojo). Era la única que contemplaba el momento sin preocuparse por registrarlo. Hace 10 o 20 años todos éramos así. Seres contemplativos. Teníamos tiempo y paciencia para contemplar. Hoy muchas veces queremos ir a tal culto o congreso para tomar fotografías y «subirlas a la vidriera virtual», mostrando a los demás que estuvimos allí.
Internet y la tecnología pueden servirnos como entretenimiento o como herramientas de trabajo. Escribí este libro para animar a la iglesia a que las utilicen para la misión. Los números (almas) están allí, y cada vez en mayor cantidad, y necesitan con urgencia el mensaje de Jesús.
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