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target="_blank" rel="nofollow" href="#fb3_img_img_33db5a9c-8a5a-5960-920b-0648f88f8ca3.png" alt=""/> L'épanchoir de La Redorte (Aude). Realizado en piedra tallada según los planes establecidos por Vauban, la obra terminó en 1694. Atraviesa con sus once arcos el río Argent-Doble, al este de La Redorte.
Las gargantas del Hérault y Saint-Guilhem-le-Désert
Las gargantas del Hérault. A unas decenas de kilómetros de Montpellier, Le Petit Futé propone una jornada de descubrimiento excepcional en uno de los rincones más bellos del departamento. El Hérault, que tiene su origen en el monte Aigoual, ha excavado en su recorrido de gargantas impresionantes de hasta más de 200 metros de profundidad. En primer lugar, bastante amplias hasta Saint-Guilhem-le-Désert, son más estrechas hasta el Pont-Du-Diable, una magnífica obra construida por los benedictinos en el siglo XI. Atravesando una vegetación exuberante, el río ha modelado paisajes rocosos escarpados con una arquitectura sorprendente. Ha dado origen a arcos, cavidades, cascadas – entre ellas la del Eventail, auténtica curiosidad natural, a unos 1,5 km al final de Saint-Guilhem-le-Désert – y de las «marmitas de gigante» bordeando el lecho del río. La fauna y la flora silvestres son de gran interés y permiten observar, en particular, el águila de Bonelli, la lotra, o varias especies de reptiles como el lagarto verde, la coleción viperina o la culebra de Montpellier que evolucionan en medio de las esencias mediterráneas. En la desembocadura, podrá disfrutar de una inmensa playa de guijarros, protegida y soleada, lugar de encuentro de todos los que aprecian la pureza y la frescura del agua dulce de los ríos, y deseando escapar del ruido, y el bullicio del litoral.
El descubrimiento de las Gargantas de L'Hérault es también la ocasión de visitas excepcionales:
Saint-Guilhem-le-Désert. Pueblo medieval declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 por los Caminos de Compostela en Francia, Saint-Guilhem es un lugar cuyo descubrimiento es una inmersión real en la historia. El pueblo cuenta actualmente con unos 270 habitantes. Está situado en la orilla izquierda del Hérault, en el estrecho valle que transporta el Verdus, arroyo que se desemboca enseguida en el río. El hábitat de los aldeanos está formado alrededor de la abadía de Gellone fundada a principios del siglo IX por Guilhem, duque de Aquitaine, nieto de Charles Martel y primo de Carlomagno. Las pintorescas callejuelas, con una arquitectura civil ancestral muy conservada, permiten a los visitantes admirar viviendas de estilos gótico y renacentista, apretados las unas contra las otras. Ventanas de estilo rústico, las arcadas o las ventanas con bastidores, elementos de fortificación, todo esto nos invita a un viaje en el tiempo.
La abadía de Gellone. Etape espiritual importante en la ruta de la peregrinación de Compostela, la abadía, fundada en 804, es un monumento ineludible del Hérault, tanto por su historia como por su arquitectura imponente. La iglesia actual posee una nave de 23 metros de largo por 6 metros de ancho y una altura de 18 metros; es un buen ejemplo de arquitectura romana meridional.
Le pont du Diable. Situado en el municipio de Saint-Jean-de-Fos, es uno de los puentes medievales más antiguos de Francia. Fue construido en la primera mitad del siglo XI por contrato entre las abadías de Aniane y Gellone. Ha estado inscrito en la lista de Monumentos Históricos desde el 5 de abril de 1935 y también, al Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998, en el marco de los Caminos de Compostela en Francia. Su construcción representa una verdadera proeza arquitectónica que ha sabido resistir los caprichos del Herault desde hace 1.000 años.
La Grotte de Clamouse. En 2005, la cueva de Clamouse, situada en Saint-Jean-de-Fos, se clasificó como «emplazamiento científico y pintoresco» por el Ministerio de Ecología y forma parte del patrimonio geológico francés. Se descubrió en 1945 y es un verdadero tesoro subterráneo, con una gran diversidad de concreciones de calcita y de aragonita con formas originales e insólitas. Pero la particularidad de este mundo de hadas es sin duda la microcristalización que ha producido aquí cristales de aragonita por miles formando una arquitectura mineral sobrecogedora.
Abierto del 24 de marzo al 4 de noviembre. Abre todos los días. Véanse los horarios en la página web. Gratis hasta los 4 años; adulto: 13,50 €; niños (de 4 a 12 años): 9,50 €; tarifas reducidas: 12,15 € y 8,55 €. Se recomienda reservar a través de la página web. Bienvenida para niños (juegos para niños). Visita guiada (varias salidas diarias). Restauración (in situ. área de picnic). Tienda.
Cueva natural de 33 metros de diámetro y 75 metros de profundidad, el Gouffre de Padirac es el primer paraje del patrimonio natural subterráneo en Francia. Explorado por Eduard-Alfred Martel en 1889, se considera una curiosidad geológica de interés. La expedición empieza por el descenso de una escalera de inspiración Eiffel que cuenta con 207 escalones de los 543 que vas a recorrer. También hay tres ascensores a tu disposición. Tras descubrir galerías a las que solo se accede a pie, un embarcadero permite tomar asiento en una barca, guiada por un patrón, para un paseo pedagógico en tiempo real. ¡El espectáculo es grandioso! En las entrañas de la Tierra, podrás caminar hasta el Grand Dôme, una auténtica catedral subterránea de 94 metros de altura donde la naturaleza se ha solidificado. Al bajar de nuevo, te sumerges en la Gran Columna, espectacular estalactita de 75 metros de longitud. Es altamente recomendable reservar, sobre todo en verano donde se buscan esos 13 grados del abismo y la cola de espera, con un cenador previsto para tal fin, ¡está hasta los topes!
Novedad en 2018: gratis un audioguía disponible para acompañarte desde el principio de la visita. Combina con habilidad las explicaciones técnicas con recreaciones de la aventura de Eduard-Alfred Martel y de su compañero de expedición. No es necesario manipular el aparato, se pone en marcha automáticamente. Para los niños, es un murciélago el que toma la voz del audioguía para explicarles mientras se divierten las peculiaridades del paraje.