Название: Teología con alma latina
Автор: Daniel Salinas
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9786124252624
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Con referencia a Escobar, Salinas destaca la fuerte crítica que formuló a la teología de Iglecrecimiento, ya que contiene “ideas que llevan a reducir el evangelio al mínimo para tener en el redil el máximo de personas, o a evangelizar causando el mínimo posible de cambio social, que han caracterizado al cristianismo nominal de América Latina.”
Hay dos entidades a las cuales Salinas otorga un rol decisivo en su análisis: Iglesia y Sociedad en América latina (ISAL) y la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL). La primera, constituye un espacio de vanguardia que surge en el ámbito de las iglesias protestantes históricas a instancias del Consejo Mundial de Iglesias y que procura desarrollar una teología que buscó responder a los grandes cambios sociales a nivel mundial y la fuerza revolucionaria en el contexto de América Latina. La teología isalina fue pionera en la temática, toda vez que su génesis (1961) es anterior a la propia Teología de la Liberación, de vertiente católica y que tuvo su bautismo recién en el CELAM II (1968).
En cuanto a la FTL, difícilmente hubiera surgido sin el acicate de ISAL y de la Teología de la Liberación. Cabe consignar también la influencia indirecta del libro de Peter Wagner Teología latinoamericana: ¿evangélica o izquierdista? que el propio autor repartió en el Primer Congreso de Evangelización (CLADE I) desarrollado en Bogotá en 1969 a instancias de la Asociación Billy Graham. Esa obra —más allá de la tenue ponderación de Juan Luis Segundo— estaba atravesada por muchos postulados verdaderamente incomprensibles como el que sostiene que la misión de Cristo en el mundo lejos estaba de incluir la justicia social ya que eso, argumentaba Wagner, es “complicar el problema del mal.” Nos hemos ocupado en criticar esos postulados en ¿Para qué sirve la teología?2 Los osados presupuestos de Peter Wagner provocaron que los teólogos evangélicos asistentes al evento —entre otros, C. René Padilla, Samuel Escobar y Emilio A. Núñez— se reunieran allí mismo para sentar las bases de la creación de la FTL, cuya primera reunión oficial se realizó en Cochabamba, Bolivia, en 1970. Altamente significativo es el tema que se abordó allí: inspiración y autoridad de la Biblia. Las diversas ponencias implican una toma de distancia de los teólogos evangélicos tanto del fundamentalismo estadounidense como del liberalismo europeo, especialmente alemán, y la tenue reivindicación de la teología de Karl Barth.
Justamente el año 1970 marca el comienzo de una década de producción teológica con publicaciones influyentes como la obra de C. René Padilla, Misión integral, a la que habría que agregar El Evangelio hoy. En el primero de esos libros, se destaca la teología crítica de Padilla en cuanto a la acomodación del Evangelio a la cultura y el reduccionismo evangelical de la mera aceptación de Cristo como Salvador. El autor cita a modo de botón de muestra el siguiente párrafo de Padilla:
El acto de “aceptar a Cristo” es el medio para alcanzar el ideal de la “buena vida” sin ningún costo. La cruz pierde su escándalo, puesto que apunta al sacrificio de Jesucristo por nosotros, pero no es un llamado al discipulado: es cruz de Cristo, no del discípulo. El Dios de este cristianismo es el Dios de la “gracia barata”, el Dios que siempre da pero nunca demanda nada, el Dios hecho expresamente para el hombre-masa que se rige por la ley del menor esfuerzo y busca las soluciones fáciles, el Dios que se concentra en aquellos que no tienen posibilidad de negarse a él porque lo necesitan como analgésico.
Otros dos espacios teológicos son considerados por Salinas: el crecimiento exponencial del pentecostalismo —para cuyo análisis le han sido útiles las observaciones, entre otros, de Carmelo Álvarez— y la irrupción destacada de las teólogas latinoamericanas. Salinas da cuenta de la reunión que, bajo los auspicios de la Asociación Ecuménica de Teólogos del Tercer Mundo se realizó en Buenos Aires del 31 de octubre al 4 de noviembre de 1985 para dialogar sobre la teología femenina. Particularmente destaca la participación y evaluación que de la misma realizó la mexicana Elsa Tamez.
En sus conclusiones, el autor señala el problema mayor que siempre ha encarado la teología evangélica en América Latina. Dice:
Aparte de algunos esfuerzos de ISAL y FTL, por ejemplo, para derrumbar las barreras denominacionales e ideológicas, la mayoría de los avances en el pensamiento teológico han sido restringidos a los resguardos eclesiásticos. La sospecha y la desconfianza han hecho que la unidad sea difícil y hasta imposible. Ésta es, y sigue siendo, la mayor debilidad y limitación del desarrollo teológico evangélico en América Latina.
Coincidimos con ese diagnóstico, razón por la cual sería importante distinguir cuidadosamente entre teologías protestantes —vinculadas a las iglesias “históricas”— y las teologías clásicamente denominadas “evangélicas”, ya que ambas corrientes ponen de relieve las diferencias de concepción de la participación social y, sobre todo, política de los cristianos en América latina, lo cual revela posicionamientos ideológicos difíciles de conciliar.
En síntesis, Teología con alma latina constituye un trabajo importante para entender los caminos que la teología evangélica ha recorrido en el siglo XX en el que se destaca el esfuerzo de su autor en la búsqueda de fuentes primarias, distinguiendo cuidadosamente las diversas etapas de su desarrollo y los nuevos desafíos que confrontan los evangélicos en el presente. Será un libro útil para los estudios de la teología histórica en América Latina.
Dr. Alberto F. Roldán
Doctor en teología (ISEDET). Máster en ciencias sociales (UNQ). Máster en educación (USAL)
Ramos Mejía, Pascua de 2018
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2 Alberto Roldán, ¿Para qué sirve la teología? Buenos Aires: FIET, 1999, pp. 143–145. Una segunda edición revisada y ampliada ha sido publicada por Libros Desafío, Grand Rapids, 2011.
Introducción
A los evangélicos latinoamericanos se nos ha acusado de ser propagadores pagados de la ideología política norteamericana, de ser agentes secretos de la agencia de inteligencia estadounidense, de ser lacayos políticos de la extrema derecha norteamericana, y de ser enemigos de nuestra cultura y tradiciones, entre otras cosas. Una mirada a nuestra historia servirá para demostrar la falsedad de semejantes acusaciones. El desarrollo del pensamiento evangélico en Latinoamérica muestra una simbiosis entre los elementos exógenos y endógenos que a lo largo de los años han interactuado para definir nuestra situación actual como protagonistas activos en el panorama religioso y social en nuestro continente. Nuestra historia muestra que desde un comienzo los evangélicos se preocuparon por definir, dentro de su contexto, la fe y la práctica religiosa pertinente. Si bien al comienzo hubo mucha repetición de lo importado, no fue un proceso lineal, sino que, más bien, las tradiciones recibidas se evaluaron y “latinizaron” para hacerlas nuestras. Sin embargo, los evangélicos latinoamericanos adolecemos de una falta de memoria histórica.
La gran mayoría no conoce los aciertos, las luchas y los avances del pensamiento evangélico en nuestras naciones. Hoy nos sentimos obnubilados por los predicadores que envían sus palabras por satélite, pero desconocemos a los predicadores fieles de antaño. Seguimos hechizados por los del norte mientras ni siquiera conocemos lo que han publicado los nuestros. Este libro busca salvar este impasse. Aquí aparecen nombres de aquellos que nos han precedido y que han marcado de alguna manera lo que somos los evangélicos hoy. Debemos entender el proceso que hemos vivido para ayudarnos a navegar los desafíos de la actualidad. En este libro podemos ver algunas de las preguntas que nuestros correligionarios se hicieron y cómo las respondieron СКАЧАТЬ