Название: Vida, pasión y muerte en Pisagua
Автор: Bernardo Guerrero Jiménez
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
isbn: 9789567628452
isbn:
Intentar escribir algo sobre Pisagua no es solo un ejercicio intelectual, muy por el contrario, es ante todo un compromiso social. Es la responsabilidad y el deber de contribuir a buscar la verdad, a despertar las conciencias y a develar –en la medida de lo posible- el sentido de la Historia.
Por otro lado, no es fácil conciliar el sinsabor de nuestras bocas, el horror de nuestras mentes, el dolor de nuestros corazones y la estricta objetividad científica, cuando aún está latente el drama de Pisagua. Sin embargo, es un compromiso histórico aportar a descongelar nuestras mentes después de un largo y triste invierno, y abrir los caminos a la verdad y esperanza en un mañana mejor.
A nivel nacional, y especialmente a nivel regional, Pisagua ocupa un lugar destacado en la historia oral, en la memoria colectiva del pueblo. En este sentido, no es conveniente abordar parte de la historia de Pisagua sin referirse a los tristes, lamentables y dramáticos acontecimientos allí ocurridos, pues éstos adquieren significado en su relación con otros, en el devenir histórico.
El presente trabajo tiene como finalidad presentar una breve reseña histórica sobre Pisagua, con especial énfasis en los hechos acaecidos durante la Guerra del Pacífico. En honor a la verdad, no pretende ser un trabajo desde la perspectiva del estricto enfoque metodológico de la historia, sino más bien, de exponer (describir) algunos hechos y consideraciones que conlleven a la meditación y reflexión. En última instancia, el sentido y significado de la Historia es un derecho individual y colectivo.
2.- Antecedentes Históricos
La Caleta de Pisagua Viejo se encuentra situada en la desembocadura del río Camiña (19°. 32´ Lat-Sur y 70°. 13´ Long-Oeste).
Desde tiempos prehispánicos fue conocida por los pueblos pescadores que se asentaron en las caletas del norte.
Durante la administración hispana fue poblada oficialmente por orden del Corregidor de Arica, que solicitó a las autoridades del Virreinato del Perú, el asentamiento de españoles con la finalidad de consolidar el dominio estatal en Pisagua (Administración Fiscal), a fin de controlar el contrabando de mercaderías internadas por esa caleta hacia el Alto Perú (Bolivia)1.
Bajo la administración peruana, Pisagua adquirió en forma paulatina importancia debido a la naciente Industria Salitrera. Así, por Ley del Gobierno del Perú, el 3 de septiembre de 1831, se decretó la habilitación de Pisagua y Mejillones del Norte, como sitios para embarcar Salitre. Los primeros embarques de Salitre provenientes de las oficinas de Dolores, Chinquirai, Matamunqui, Paradas de Zavala, etc., se realizaron por la antigua Caleta. Posteriormente, la creciente actividad de la industria salitrera, significó el aumento de las actividades portuarias en la Caleta, que resultó inadecuada e insuficiente para las operaciones de embarque. Por tal razón, se habilitó una bahía más grande y segura, situada al Sur de la antigua, que recibió el nombre de Huaina Pisagua, el puerto actual, y que creció en forma paulatina gracias a la industria salitrera.
Durante la administración chilena, Pisagua adquirió mayor importancia. Cabe destacar que como consecuencia de la Guerra del Pacífico, la Provincia de Tarapacá, fue anexada al territorio nacional. Sin embargo, Pisagua fue incorporada a la soberanía nacional el 2 de noviembre de 1879, fecha en que las tropas chilenas realizaron el memorable desembarco, hazaña que inició la Campaña de Tarapacá.
El 31 de octubre de 1884, mediante Decreto del gobierno de Chile, refrendado por el Presidente, Don Domingo Santa María y del Ministro Don José Manuel Balmaceda, se creó la Provincia de Tarapacá, dividida en dos Departamentos: Pisagua e Iquique2.
El auge salitrero convirtió a Pisagua en un importante Puerto. Se estima que tuvo una población superior a las 8.000 personas. Sin embargo, el término del ciclo del Salitre, significó la muerte de Pisagua. Triste final, pero por esas cosas de la historia, décadas más tarde volvería a renacer bajo los signos del dolor, el terror y la vergüenza, que le tenía reservado el devenir histórico.
3. La Guerra del Pacífico.
Durante el desarrollo de la Guerra del Pacífico, llamada por algunos la Guerra del Salitre, Pisagua fue escenario de uno de los hechos destacados de las armas chilenas.
El puerto de Pisagua fue bombardeado en más de una oportunidad por unidades de la Armada chilena. En la primera, el 18 de abril de 1879, se presentaron en la bahía de Pisagua el blindado “Blanco” y la “O”Higgins”:
“(…) Los cañones de los buques hicieron fuego sobre la población, que en pocos momentos quedó destruida en parte, por las bombas y por el incendio que éstas produjeron”.
“(…) Aquel espectáculo era aterrador; los ancianos, los niños y las mujeres pudieron huir a tiempo, se refugiaron en los cerros vecinos”3.
El 23 de julio de 1879, el “Cochrane” y la “Magallanes” bombardearon por segunda vez el puerto de Pisagua. Es conveniente destacar que el mando chileno comunicó –previo al bombardeo- a las autoridades de Pisagua el objetivo de la acción: destruir las lanchas e instalaciones portuarias.
El 2 de Noviembre la Escuadra chilena bombardeó por tercera vez la Caleta, acción previa al Asalto y Toma definitiva de Pisagua.
Después de la Campaña Marítima y de obtener el control del Mar, Chile se abocó a los planes de invasión de la Provincia. Así, la Campaña de Tarapacá se convertía en el segundo paso de la estrategia militar chilena.
La pérdida del poder naval produjo una profunda impresión en Perú, aunque también en Bolivia. Sin embargo, “(…) en el Perú la impresión fue mucho mayor: Grau era su orgullo y el Huáscar su gloria… las costas quedaban a merced del enemigo, podía desembarcar donde quisiera”4. El dominio del mar determinó la Campaña Terrestre de Tarapacá.
El ejército expedicionario se embarcó en Antofagasta a mediados de Octubre de 1879, bajo las órdenes del Coronel Emilio Sotomayor. El 28 de Octubre, los preparativos estaban listos.
El Perú estaba en una situación difícil, podía perder Tarapacá. Además, la Guerra se desarrollaría en adelante en territorio peruano.
Según Gonzalo Bulnes, el Presidente de Chile, Aníbal Pinto, pensaba que el objetivo militar debía ser la Provincia peruana de Tarapacá. Ahora bien, “(…) para llevar a efecto la idea esencial de la operación, había que tomar una posición del interior con agua y llegar rápidamente a ella por ferrocarril. Había en Tarapacá tres lugares apropiados con estos requisitos: Patillos, que comunicaba la costa con el Pozo de San Lorenzo: Iquique, unido con la Noria y con Pozo Almonte, y Pisagua, con Dolores”5.
El 28 se embarcó el Ejército Expedicionario en Antofagasta. Aunque existen diferencias en las cifras dadas por historiadores chilenos y peruanos, las tropas ascendían aproximadamente a 10.000 hombres. El ejército chileno se componía de “(…) una división de 4.890 hombres de Infantería y Artillería para bajar en СКАЧАТЬ