Название: E-Pack Jazmin Especial Bodas 2 octubre 2020
Автор: Varias Autoras
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Pack
isbn: 9788413752334
isbn:
Tara se levantó del banco.
—¡No culpes a Axel de lo que está pasando!
—Quizá no sea éste el mejor momento para un encuentro familiar —sugirió Evan—. Me temo que el fuego se acerca.
Axel agarró a Tara del brazo y la mantuvo tras él mientras se dirigía hacia la salida de la iglesia y le preguntaba a Sloan:
—¿Dónde demonios estabas escondido?
—Estaba intentando seguir el rastro del tipo que incendió la casa de mi hermana —respondió Sloan fríamente—, mientras tú te dedicabas a seguirla a ella.
Tara se detuvo en seco y amenazó a su hermano con un dedo. Axel la soltó y dejó que se acercara a él.
—No te atrevas a juzgar a nadie, Sloan —le advirtió—. Eres tú el que nos has puesto a todos en peligro.
Sloan cambió inmediatamente de expresión. De pronto, parecía asustado.
—Tara, tienes que comprenderlo.
—Tara —la llamó Axel, y ella corrió hacia él—. Tristan está fuera, en el coche, a unos treinta metros de distancia. Tenemos que mantener la cabeza gacha y correr juntos. En cuanto lleguemos, métete directamente en el asiento de atrás.
Tara temblaba mientras se aferraba a su mano, pero confiaba en él. Sabía que Axel no permitiría que les ocurriera nada ni a ella ni a su hijo. Así que intentó dominar el miedo y asintió.
—De acuerdo.
Axel abrió la puerta de la iglesia y salieron corriendo a toda velocidad hacia el coche. A los pocos segundos, Tara estaba en el asiento trasero del coche y la puerta se cerraba tras ella.
—¿Adónde va? —gritó al ver que Axel corría de nuevo hacia el interior de la iglesia.
—Va a atrapar al responsable de esto. ¡Mantén la cabeza baja! —le ordenó Tristan.
Tara inmediatamente se hizo un ovillo en el asiento.
—Max —oyó decir a Tristan, y se dio cuenta de que estaba hablando por radio—. ¿Está despejada la autopista?
—Sí.
—Tara, ¿has visto u oído algo antes de que empezara el fuego?
—No. Sólo a los invitados a la boda —estaba desesperada por poder mirar por la ventana—. ¿Adónde me llevas?
—Al Double-C. Es una gran fortaleza. Allí estarás a salvo.
—¿Por qué Axel no viene conmigo?
—Porque ahora mismo está haciendo lo que tiene que hacer.
Tara presionó la mejilla contra el cuero del asiento. Si le ocurría algo a Axel, no sería capaz de soportarlo.
Volvió a oírse el crepitar de la radio.
—Ha habido disparos —informó una voz masculina—. Ha caído un hombre.
Tara se irguió inmediatamente en el asiento.
—¿Qué hombre?
—¡Baja la cabeza inmediatamente!
Tara volvió a tumbarse con el rostro empapado en lágrimas. ¿Qué hombre? Todavía no habían recibido una respuesta cuando llegaron al rancho. Si el terror no le hubiera impedido pensar, le habría sorprendido la cantidad de gente que los esperaban. En el instante en el que la puerta del coche se abrió, corrieron Gloria y Emily hacia ella.
—Todo va a salir bien —le repetían una y otra vez mientras entraban en la casa.
—Necesito saber a quién han disparado —insistió ella.
Emily palideció.
—¿Han disparado a alguien?
Jefferson entró en aquel momento en la habitación armado con un rifle.
—Tristan está intentando averiguar lo que ha pasado.
Tara fijó la mirada en el arma que el padre de Axel sostenía con tanta naturalidad y se le revolvió el estómago. Miró a Gloria con expresión de desesperación y ésta la condujo inmediatamente al cuarto de baño.
Una vez allí, Tara se lavó la cara y se dejó caer de rodillas en el suelo, pero no sucumbió a las náuseas, sino a las lágrimas. Lloraba por todo lo que no había dicho, por todas las oportunidades que había dejado pasar.
—Eh —al cabo de un rato, Emily entró en el cuarto de baño y la abrazó—, esto no sirve de nada.
—Le quiero. ¿Por qué no he sabido decírselo?
—Ya se lo dirás —la tranquilizó Emily—. Pero si te pones así, terminarás afectándole al bebé.
Tara por fin alzó la cabeza.
—Si me hubiera ido de Weaver cuando vino a verme, nada de esto habría ocurrido.
Emily tomó una toalla para secarle las lágrimas.
—Si te hubieras ido de Weaver, estoy segura de que mi hijo habría salido detrás de ti. Ahora, vamos. Tienes que quitarte ese vestido, que está destrozado, y descansar un rato.
Tara no quería descansar. Quería ver a Axel. Tener la certeza de que se encontraba bien. Pero se levantó y siguió a la madre de Axel escaleras arriba.
Una repentina conmoción en la puerta hizo que el corazón le diera un vuelco. Se detuvo en la escalera y se aferró a la barandilla con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Y de pronto, allí estaba. Axel.
Fue como si el mundo hubiera dejado de girar. Axel corrió hacia ella y no se detuvo hasta que estuvo a sólo unos centímetros de distancia.
Tara alargó las manos hacia él y palpó su camisa, como si estuviera buscando alguna herida.
—No estoy sangrando —le aseguró Axel suavemente.
Tara le rodeó el cuello con los brazos y se aferró a él. Y jamás en su vida se había sentido tan maravillosamente bien como cuando Axel la envolvió en sus brazos.
—Si te hubiera pasado algo, me habría muerto.
—Estoy bien. Mason y Sloan han atrapado al tipo. Tu hermano ha estado siguiéndole desde que se produjo el incendio en tu casa. Es el hermano de María Delgado —la abrazó con fuerza—. Max le tiene encerrado y el tipo no para de llorar, diciendo que él sólo quería hacerle pagar a Sloan lo que le ocurrió a su hermana. Sabía que cualquier cosa que ocurriera se la atribuirían a los hombres de Deuce… Pero ya ha terminado todo, СКАЧАТЬ