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alt="lista con tildes"/> Existe una tecnología conocida, A, que representa también la productividad de todos los factores.
El componente A —cuando la función de producción es multiplicativa— es asimismo el factor que permite trasladar las unidades en que se expresan los recursos productivos —trabajo y capital— desde sus propias y respectivas unidades a aquellas en las que se expresa el producto.
Se analizará en primer lugar el caso más común de los libros de texto de Macroeconomía, en los cuales se propone la producción Q conformada por la de bienes de consumo, C, y de capital, I, siendo ambos parte de Q que representa el universo de nuevos bienes producidos por la economía, estando expresado Q en términos reales o físicos, pudiéndoselo también proponer en términos monetarios, multiplicando el producto por P que se define, por ahora, simplemente como el precio de Q.
Consecuente con el supuesto anterior, P es también el precio de C e I.
La economía produce los bienes de capital que son, como se decía, parte del producto Q; cuando estos bienes de capital se han completado, se transforman en capital.
K, se deprecia a una tasa d, exógena, que depende del ritmo de desgaste físico y de obsolescencia, y el capital, como se indicó, tiene un precio PK, que en una primera instancia se considerará dado (más adelante, cuando se analice el modelo de dos sectores, se propondrá que el precio del capital, que se tomará como igual al precio de los nuevos bienes de capital, se obtiene en el mercado respectivo; véase Antonelli, 2013).
Cuando se distinga entre la producción de bys y la de bienes de capital, se incluirá un subíndice para denotar de qué tipo de producción y correspondientes precios se trata.
Cuando se explicite el precio del capital, este es el mismo, se trate de nuevos o existentes bienes de capital.
Las empresas son propietarias del capital, esto es, no alquilan capital (para una visión alternativa, véase Mankiw, 2006).
Corolario de lo anterior, las empresas pueden emplear su capital más o menos intensamente, según la demanda.
Per contra, el capital no se puede despedir o las empresas deshacerse de él de alguna otra manera, ni siquiera vendiéndolo, cuando se opera a escala macroeconómica; esto es así porque si bien a nivel microeconómico sí pueden hacerlo, en el análisis macroeconómico, en tanto todas las empresas venden su capital, su precio caería a cero y entonces estas preferirán conservarlo.
Consecuentemente, las empresas deben pagar la tasa d aunque no utilicen el capital, ya que no pueden impedir que este se desgaste, aunque pueden —y de hecho lo hacen en la etapa contractiva del ciclo— evitar reponerlo.
El trabajo, per contra, no es producido por la economía como lo son los bys y los bienes de capital o inversión, y las empresas pagan por él conforme lo necesitan; y es en parte en este sentido que en los textos de Macroeconomía suele utilizarse el concepto de fijo para el capital y variable para el trabajo.
El precio del trabajo, w*, proviene de los procesos de maximización de la utilidad de los aspirantes a trabajadores (véase Antonelli, 2013, libro III), así como de las convenciones colectivas de trabajo.
Las empresas pueden disponer, circunstancialmente, de cierto poder monopólico, el cual, no obstante, se diluye en la medida en que otras copian los métodos de aquellas que son ocasionalmente monopólicas.
Las proposiciones relativas a los cambios, tanto paramétricos como a través del tiempo, se consideran como un ejercicio equivalente a un menú, en el sentido de que una posición comparada con otra no supone que la primera ha sido cumplida sino solamente contemplada.
En línea con lo anterior, los cambios no transcurren en el tiempo histórico sino lógico (Robinson-Eatwell, 1979).
La economía es cerrada y el sector Gobierno no está presente.
El sector monetario está en equilibrio, con un banco central que controla la oferta y donde el precio del dinero es la tasa de interés.
Las posibles respuestas
En lo que sigue se propondrán algunas respuestas posibles a las cuestiones planteadas en el punto anterior, basadas en los supuestos arriba propuestos. Como ya se indicó anteriormente, en la primera parte del análisis se hará abstracción del problema de la medición del capital y la posibilidad de no existencia de una función de producción agregada. Posteriormente se abordarán ambas cuestiones, ofreciéndose algunas reflexiones al respecto.
La función agregada y la acumulación
-El caso de un solo sector
En una primera instancia se trabajará con una función de producción de un único producto agregado Q; luego se desarrollará un modelo de dos sectores, separando precisamente la producción de bys de la de bienes de capital (QC y QK, distinguiéndose también el trabajo y el capital utilizados en cada uno de los dos sectores de la economía). Asimismo, inicialmente se considerará una función de producción Q= Q(N,K), para más adelante incluir la tecnología de la economía y operar con una función Q= AQ(N,K), donde A representa precisamente la tecnología y también la productividad total de los factores en tanto la función es de tipo multiplicativa.
-La relación agregada de producción
La TNC postula que el proceso de acumulación de una economía puede ser descrito a través de una función de producción agregada que emplea trabajo y capital.