Fotografía de naturaleza. Iñaki Relanzón
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Fotografía de naturaleza - Iñaki Relanzón страница 5

Название: Fotografía de naturaleza

Автор: Iñaki Relanzón

Издательство: Bookwire

Жанр: Сделай Сам

Серия: FotoRuta

isbn: 9788412227741

isbn:

СКАЧАТЬ

       Objetivos

      La lista de ópticas que han pasado por mis manos es muy larga, sobre todo teniendo en cuenta que he combinado varios formatos fotográficos. Además, el hecho de trabajar en casi todas las especialidades fotográficas en la naturaleza, me obliga a disponer de objetivos muy distintos y variados. Cuando salgo al campo escojo la combinación que más se adapta al trabajo que voy a realizar aunque, en algún caso, cuando viajo por períodos largos de tiempo o realizo expediciones en las que puedo tratar casi cualquier motivo fotográfico, el equipaje compuesto por cámaras, ópticas y complementos puede llegar a pesar más de 60 kilos.

      Mi objetivo más polivalente, el que llevo montado en una de mis cámaras por defecto, es el 24-70 mm f/2.8. Es versátil, lo suficientemente angular como para fotografiar paisajes y lo bastante tele como para realizar algún retrato o fotografiar algún detalle. Cuando necesito una óptica más abierta recurro a mi 14-24 mm f/2.8; este ultra gran angular es excelente para fotografía de interiores y para paisajes más amplios, aunque su lente frontal esférica complica enormemente la utilización de filtros. Ya existen hoy día filtros y portafiltros para este tipo de ópticas, pero cualquier fotógrafo que base su trabajo en viajar a lugares tan remotos y hostiles como yo sabrá que su uso y transporte es incómodo y que el riesgo de rotura es demasiado alto. Este zoom ultra gran angular es muy adecuado en fotografía nocturna y del firmamento.

      Capítulo aparte se merece una óptica de gama paralela a las anteriores que durante muchos años utilicé para fotografiar paisaje, pero que ahora uso bajo el agua, en mi carcasa subacuática, debido a su versatilidad: el 17-35 mm f/2.8.

      En ocasiones, pero de manera esporádica, echo mano de mi ojo de pez, un 15 mm f/2.8. En realidad hay que ser muy comedido en el empleo de esta óptica y donde más la utilizo es bajo el mar, para fotografiar grandes animales como tortugas, delfines o ballenas, pero de vez en cuando me permito su utilización en fotografía de paisaje.

      Aunque no soy un especialista en retratos, cuando viajo a lugares remotos durante largas temporadas y puedo relacionarme con poblaciones locales me siento lo suficientemente cómodo como para afrontar la fotografía de personas y sujetos en su entorno. En esas situaciones me gusta hacer uso del 50 mm f/1’4. Este objetivo tiene un bokeh o desenfoque delicioso debido a su gran apertura de diafragma y, aunque su focal es corta, resulta muy adecuado para retratos.

image

      Fotografié estos sarrios acercándome a ellos con respeto y muy lentamente, con un superteleobjetivo y un monopie.

      En cuanto a focales algo más largas, un teleobjetivo corto, versátil y que complementa a la perfección al 24-70 mm es el 70-200 mm. Utilizo este zoom tanto a pulso para fotografiar fauna o realizar retratos como montado en el trípode para fotografiar paisajes.

      Para fotografiar fauna necesito emplear potentes ópticas que se conocen como superteleobjetivos. En este grupo trabajé durante años con un 300 mm f/2.8, de una calidad óptica extraordinaria, pero muy poco versátil para fotografía de acción: cuando estaba con un sujeto móvil —como un lémur en las selvas de Madagascar— que se me acercaba y alejaba constantemente moviéndose por los árboles, este teleobjetivo se me quedaba corto o largo con mucha frecuencia. Fue un acierto cambiarlo por el excelente 200-400 mm f/4, menos luminoso —algo que compenso subiendo un punto el ISO— pero tremendamente superior en cuanto a versatilidad. Completo mis ópticas largas con el 600 mm f/4, un potentísimo teleobjetivo de más de 4 kilos de peso imposible de utilizar a pulso. Aunque este teleobjetivo es muy adecuado para fotografía desde escondite, donde no hay que transportarlo ni sostenerlo, confieso que en una ocasión lo llevé conmigo durante una travesía de varios días por los Pirineos. Fue un lastre terrible —más todavía si consideramos que llevaba en mi mochila otras ópticas, agua, saco de dormir, tienda de campaña y equipo de acampada— pero me permitió conseguir la fotografía de sarrios que necesitaba para uno de mis últimos libros.

image image

      Un fotógrafo que cubre tantas temáticas naturales, acaba necesitando material fotográfico muy diverso.

      Con estas dos últimas ópticas suelo combinar dos multiplicadores, el x 1’4 y el x 2 (o duplicador). Estas lentes se colocan entre la óptica principal y el cuerpo de la cámara y, como su propio nombre indica, multiplican la distancia focal de aquella. El primero de los dos, el x 1,4, tiene una calidad extraordinaria y lo utilizo muy a menudo, aunque me hace perder un punto de luz. El segundo, el duplicador, ya conlleva una pérdida de calidad más considerable y dos puntos de luz, así que sólo lo uso en casos realmente extremos.

      Para fotografía macro empleo el extraordinario Micro Nikkor 105 mm f/2.8, capaz de proporcionar por sí solo un ratio de ampliación de 1 o tamaño real. También, en ocasiones, combino este objetivo con el multiplicador x 1’4 o con otros elementos como los tubos de extensión.

       Elementos de soporte

      Actualmente trabajo con un par de trípodes, uno más grande, robusto y de fibra de carbono y otro más pequeño y portátil para viajes rápidos. Tan o más importante para mí es la rótula: he probado infinidad de ellas, pero para fotografía de paisaje ninguna sustituye a una rótula micrométrica de 3 ejes, que me permite encuadrar y realizar pequeñas correcciones con una precisión extrema. Para fauna en movimiento y combinándola con los teleobjetivos mencionados, sin embargo, la rótula perfecta es la del tipo gimbal, que permite movimientos rápidos y suaves en todas direcciones.

image

      La rótula de tres ejes es ideal para fotografiar paisajes.

      Soy un gran defensor de los monopies. Para fauna en acción o fotografía rápida, un monopie sencillo con una rótula basculante me permite evitar trepidaciones y fotografías movidas sin tener que recurrir a mi trípode, que en ocasiones es demasiado lento de montar.

      Cuando fotografío desde un vehículo —en África es muy habitual— utilizo un sencillo saco de tela relleno de arroz, alubias o arena que me posibilita apoyar la cámara y el teleobjetivo en el filo de la ventanilla. A veces también uso un soporte casero que consiste en una pequeña plataforma apoyada en el vehículo en la que enrosco la rótula gimbal.

image

      Las rótulas del tipo gimbal son ideales para fotografía de fauna y acción.

      A mi equipo de soporte hay que sumar un gran número de utensilios con los que puedo sujetar una cámara o un flash en la rama de un árbol, en una cañería o en la ventanilla de mi coche, como pinzas, brazos articulados o flexos.

image

      Aunque las imágenes obtenidas con una cámara de fototrampeo sean de mala calidad, pueden aportar mucha información acerca de la fauna que nos rodea.

       Iluminación

      Aunque cada vez utilizo menos la luz artificial y más la natural hay situaciones en las que uno o varios flashes electrónicos pueden marcar la diferencia. Siempre he usado flashes Nikon o Metz, pero en los últimos años, y viendo cuánto sufrían estos dispositivos al trabajar en la intemperie durante horas, he optado por otras marcas. Actualmente casi todos los flashes ya vienen de serie СКАЧАТЬ