Тюльпаны. Выращивание и уход. Составление букетов. Группа авторов
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Название: Тюльпаны. Выращивание и уход. Составление букетов

Автор: Группа авторов

Издательство: ХАРВЕСТ

Жанр: Хобби, Ремесла

Серия:

isbn: 5-17-007343-7, 985-13-1091-3, 978-5-17-007343-7, 978-978-985-13-1091-3

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СКАЧАТЬ despojo, desesperanza, angustia, enajenación, miseria o hipocresía. Así, la tormenta de sonidos imbervaleses-guatemaltecos se constituye en maldición/regalo-material para el entretejido de su música.

      (…)Pensaba en las causas de su conflicto básico, que eran llevar en las arterias los ayes de un pueblo, y en la conciencia el rechazo instintivo de sectores «cultos», formados por miopes y sordos; situación que explicaba por qué se había puesto a hacer valses –como una especie de gracioso paréntesis musical-, en medio de una labor que se encaminaba hacia lo «sonoro-social», y que había asentado un manifiesto estético, que contenía el afán idealista de plasmar el paisaje sonoro urbano en su profundo contenido (p. 54).

      «Siempre habrá un Huisderio», sentencia Orellana en El violín valsante de Huis. Armadel, no solamente en la música, aunque sea quizás en las artes (no las elitistas y elitizadas) en donde la transgresión, la no-racionalidad y la rebeldía tengan la tierra más fértil para la disputa del surgimiento de la vida no dañada. Pero quizás, si abrimos bien los ojos y los oídos, hallaremos muchos Huisderios; allí, entre las mujeres, hombres, niños/as y ancianos/as bastante comunes, es decir rebeldes, inconformes, incómodos y soñadores, como afirman allá por la Selva Lacandona (Holloway, 2013, p. 111).

      María Alejandra Privado Catalán

      Referencias consultadas

      Ak’abal, H. (1996). Lluvia de luna en la cipresalada. Guatemala: Artemis Edinter, S. A.

      _____. (2000). Guardián de la caída de agua. (4.a ed.), Guatemala: Artemis Edinter, S. A.

      _____. (2001). Aqajtzij. Palabramiel. Guatemala: Cholsamaj.

      Bajtin, M. (1998). La cultura popular en la edad media y en el renacimiento. El contexto de François Rabelais. España: Alianza Editorial.

      Benjamin, W. (2012). Escritos políticos. Traducción de Alfredo Brotons y Jorge Navarro. Madrid: Abada Editores.

      Holloway, J. (2013). ¡Comunicemos! México: Grietas Editores.

      Martínez, S. (1998). La patria del criollo. Ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca. (2.a ed.), México: Fondo de Cultura Editores.

      Privado, M. (2010). Lo social en las fibras de la música de Joaquín Orellana. Guatemala: Editorial Cultura.

      Tischler, S. (2001). Guatemala 1944: Crisis y revolución. Ocaso y quiebre de una forma estatal. (2.a ed.), Guatemala: F&G Editores.

      1 La noción de ethos es entendida siguiendo a Tischler (2001, p. 53), como «conciencia o "espíritu" que -como factor social- condiciona un modo de vida, particularmente un determinado tipo de subjetividad que se expresa en la organización de la vida social y económica; es decir como acción social».

      2 La patria del criollo como «producto ideológico de la lucha que sostenían los criollos con la madre patria, con España. Como cualquiera otra idea política, ésta era la expresión de un complejo de intereses de clase que tenía su origen en una situación económica. Los criollos estaban defendiendo su patrimonio de herederos de la conquista, y ese patrimonio fue la base material de la que surgió entre ellos la idea de patria» (Martínez, 1998, p. 34).

      3 «A lo largo de siglos de evolución, el carnaval medieval, prefigurado en los ritos cómicos anteriores de antigüedad milenaria (en los que incluimos las saturnales) originó una lengua propia de gran riqueza, capaz de expresar las formas y símbolos del carnaval y de transmitir la cosmovisión carnavalesca unitaria pero compleja del pueblo. Esta visión, opuesto a todo lo previsto y perfecto, a toda pretensión de inmutabilidad y eternidad, necesitaba manifestarse con unas formas de expresión dinámicas y cambiantes (proteicas) fluctuantes y activas. De allí que todas las formas y símbolos de la lengua carnavalesca estén impregnadas de lirismo de la sucesión y la renovación, de la gozosa comprensión de la relatividad de las verdades y las autoridades dominantes. Se caracteriza principalmente por la lógica original de las cosas "al revés" y "contradictorias", de las permutaciones constantes de lo alto y lo bajo (la rueda) del frente y el revés, y por las diversas formas de parodias, inversiones, degradaciones, profanaciones, coronamientos y derrocamientos bufonescos. La segunda vida, el segundo mundo de la cultura popular se construye en cierto modo como parodia de la vida ordinaria, como un "mundo al revés"» (Bajtín, 1998, p. 7).

      4 «El rasgo sobresaliente del realismo grotesco es la degradación, o sea la transferencia al plano material y corporal de lo elevado, espiritual, ideal y abstracto» (Bajtín, ibid., p. 11).

      5 De los poemarios de Humberto Ak’abal: Aqajtzij. Palabramiel; Lluvia de luna en la Cipresalada; Guardián de la caída de agua.

      6 «(…) En otras palabras, en la idea de felicidad resuena inevitablemente la de redención. Y con esa idea del pasado que la historia hace suya sucede lo mismo. El pasado comporta un índice secreto por el cual se remite a la redención. ¿No nos roza, pues, a nosotros mismos un soplo del aire que envolvió a los antecesores? ¿No existe en las voces a que prestamos oído un eco de las ahora enmudecidas? (…) Si es así, hay entonces una cita secreta entre las generaciones pasadas y la nuestra. Y sin duda, entonces, hemos sido esperados en la tierra. A nosotros entonces, como a cualquier otra generación anterior, se nos habrá dotado de una débil fuerza mesiánica a la que el pasado posee un derecho. Ese derecho no cabe despacharlo a bajo precio. El materialista histórico lo sabe» (Benjamin, 2012, p. 168).

      Lo aquí escrito fue pensado para su posible integración al oyente de la música del mismo nombre, confiando en que las dos cosas, al fusionarse en el escucha, complementarían mutuamente sus imágenes. Por tanto no pretende ser un trabajo literario, ni proyectarse como tal.

      La música contiene símbolos que tenderían a expresar causas y resultados de una situación determinada: la hondura espiritual de un personaje conflictuado y contradictorio, genial y enajenado; cuyas insólitas actuaciones se dan en un ambiente aldeano, inmersas en baladas y valses criollos que ama y detesta al mismo tiempo. Su afición a pulsar un violín, que es su pasión y su condena, y en el que toca cosas raras y extrañas (estas se referirían, quizás, a un arte desconocido en un contexto provinciano) le granjea la hostilidad de otros músicos y el desprecio de sus coterráneos. Ante ello, toca, con altanería y burla, un vals tras otro.

      Se despertó en mí, gradualmente, cierto «amor» por la realidad de las cosas simbolizadas con sonidos, y ello me hizo derivar a la armazón de un texto, el cual, amén de las razones apuntadas, pretendió, por una parte, dar «vida» a cosas abstractas, y por otra canalizar la especie de compasión provocada por el personaje y su tránsito en senderos de fatalidad.

      A pesar de ser todo una ficción, hay lugares reales, y personajes «aledaños» que preludian y también «apuntalan» al personaje ficticio, y que se originan en personas que existieron; estas representan con la singularidad de sus vidas, y en su medio, un especial significado, igual que otras entidades humanas que accionan con la miopía aldeana, la farsa y las artes de abalorio, la prepotencia pintoresca, la simulación oficialista, etcétera.

      Con el afán quizás pueril, de aunar música y significados, creo que fui exagerando posibilidades, ya que en principio, la música (que por cierto no necesita de ninguna clase de agregados) СКАЧАТЬ