Название: Obras Completas - Edward Bach
Автор: Edward Bach
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9789507546631
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La dieta promedio contiene una deficiencia de almidón. A mayor cocción más se reduce la pequeña cantidad presente hasta hacerse inútil, causando rupturas en la cápsula de celulosa y una hidrólisis18 parcial de los carbohidratos, de manera que el intestino ciego carece totalmente de azúcar, a partir de la cual puede ser drenada la reacción ácida.
3) Hay un exceso de proteína de carne a partir de la cual pueden producirse muy fácilmente venenos de naturaleza tóxica.
La comparación de las heces entre los que viven con una dieta promedio y los que consumen una gran cantidad de alimentos crudos ha sido muy interesante y sorprendente. El color promedio es marrón oscuro, cuando debería ser marrón claro. El aroma promedio es el que se describe como fecal, y no debería de existir olor, como mucho un leve aroma a leche agria. La reacción promedio según la describen los libros de texto es alcalina, mientras que debería ser fuertemente ácida al tornasol.
Químicamente están ausentes la mayoría de los cuerpos putrefactos, como el escatol y el indol, y finalmente, el contenido bacteriano difiere enormemente en ambos.19 Los especímenes comunes se componen en la mayoría de los casos de los colibacilos, estreptococos, bacilos portadores de esporas y bacterias anormales, las que describiré más adelante, mientras que los únicos organismos hallados en deposiciones saludables son el ácido láctico y los colibacilos.20
Sería suficiente este gran contraste para convencer a cualquiera sobre las ventajas que brinda una dieta adecuada y el beneficio que representa para el individuo la ausencia de todo el material habitual en descomposición. Sin embargo, hay algo más, porque en los intestinos sanos que he descrito no es fácil la presencia de bacterias anormales, las que no pueden producir toxinas con facilidad. Por el contrario, el medio alcalino, como se entiende desde hace muchos años en la totalidad de los laboratorios, es un excelente caldo de cultivo para la mayoría de las bacterias patógenas, y en el que sólo ellas son capaces de producir toxinas.21
Además, el organismo natural limpiador del intestino, los bacilos del ácido láctico, prácticamente se extinguen cuando el contenido del cecal es alcalino.
Consideremos ahora las bacterias anormales, responsables en general de la toxemia. Dichos organismos se hallan casi universalmente en la civilización. Son los bacilos del tipo gramnegativo que no fermentan la lactosa. Hemos descrito en detalle una extensa variedad de ellos, pero el número de las diferentes formas es tan grande que es imposible clasificarlos todos; por el momento es suficiente agruparlos. No son patógenos en el sentido vulgar de la palabra, en cuanto no producen la enfermedad, aunque pueden ocasionalmente ser causantes de las condiciones locales de los intestinos. No obstante, el peligro reside en su acción continuada y prolongada, y las toxinas que se producen lentamente a través de la vida gradual e insidiosamente disminuyen la vitalidad del individuo y aumentan la susceptibilidad tanto a enfermedades agudas como crónicas. Según la virulencia de la toxemia, e igualmente importante según la resistencia del huésped, será el número de años necesarios antes de que se manifiesten los síntomas. En la mayoría de los casos el ser humano se infecta a edad temprana, y es tan común hallar tales organismos –no sólo en el adulto sino también en los niños– que podrían ser considerados, como en algunos laboratorios, habitantes más o menos normales, si no fuera por los sorprendentes resultados obtenidos en el tratamiento de la enfermedad crónica con su eliminación.
Una vez que han logrado entrar en el cuerpo, parecen vivir en la región de la vesícula biliar y de los conductos biliares, y los estadounidenses han demostrado esto ampliamente al obtenerlas en un alto porcentaje de casos pasando una sonda a través de la boca y el estómago hacia el duodeno.
El tratamiento para eliminar la toxemia intestinal se basa en dos puntos: por un lado, la dieta debería evitar el mayor contenido de material productor de toxinas posible y ser lo más adecuada para el desarrollo de la bacteria limpiadora y la inhibición de organismos anormales; por otro, eliminar del paciente las bacterias que desarrollan toxinas. La dieta consiste en suprimir todas las formas de carne cocida, lo que produce fácilmente los venenos, y mantener al paciente casi exclusivamente a base de una dieta de verduras, frutas frescas, frutas secas y cereales.
Esta simple práctica reduce enormemente la cantidad de toxinas producidas en los intestinos. Si se continúa por un período largo, se tiende a eliminar las bacterias patógenas; desafortunadamente, en la mayoría de los casos este proceso requiere de muchos años para completarse, porque las toxinas parecen afirmarse probablemente en la vesícula biliar y en los conductos biliares, exactamente de la misma forma que sucede con los portadores tifoideos, como se ha comprobado en muchas oportunidades.
Por lo tanto, la eliminación de dichos organismos no es fácil. Los antisépticos intestinales han permitido resultados beneficiosos durante un tiempo, aunque no en forma permanente.
La dieta correcta, como lo he explicado, es un proceso muy largo. La terapia de vacunas parece dar mejores resultados. Para este fin, las vacunas deben darse con mucha precaución, debido a que han tenido un profundo efecto en el sistema, y a menos que se den de una manera científica pueden hacer daño.
Después de la dosis –la mínima posible para que dé resultado– todos los síntomas deberían agravarse; en condiciones ideales durarán uno o dos días, pero en casos más severos pueden extenderse a un mes.
Luego comenzaría la mejora y a medida que se prolongue y se produzca el restablecimiento, incluso si fuera por un año, no debería administrarse ninguna dosis posterior. Siguiendo este método, incluso en casos severos de enfermedad crónica, es extraordinario cómo unas pocas dosis pueden lograr una curación.
Les he presentado en líneas generales las condiciones de un intestino tóxico. La diferencia entre las excretas promedio y las heces sanas y limpias de la dieta natural, sin putrefacción ni olor, obviamente debe tener una gran influencia en el individuo. Además, la flora que se observe deberá ser completamente diferente y convincente. Pero para poder apreciar la importancia de la eliminación de la condición tóxica es necesario, como lo hemos hecho en los últimos años, observar muchos casos tratados de esta forma y los sorprendentes resultados obtenidos con ello.
Esta condición no es el real desencadenante de la enfermedad, sino que su acción insidiosa, extendida por meses o años, disminuye la vitalidad y resistencia del individuo, permitiendo la posibilidad de infección debido a la presencia de la verdadera causa provocadora. Eliminar esta condición permite al cuerpo luchar en forma más eficaz y sorprendente, incluso en casos de enfermedad avanzada. El bacilo de la tuberculosis es aceptado en general como causa de la tisis, sin embargo, el descubrimiento de ese germen ha ayudado poco en la lucha contra la enfermedad, excepto en la protección contra la infección.
No podemos considerar al bacilo de la tuberculosis peligroso por sí solo, salvo en condiciones de vitalidad disminuida, y en la mayoría de los casos de tisis se ha obtenido un gran beneficio, incluso después que la enfermedad está bien establecida, por medio de la eliminación de la toxemia subyacente.22 De igual manera, esto se aplica a una gran cantidad de enfermedades crónicas. El tratamiento general mejora el estado del paciente y el individuo entonces se cura de la condición local. Uno de los métodos más seguros de aumentar la resistencia y de provocar una mejoría general es limpiando los intestinos y aliviando el cuerpo de los venenos tan comunes en ella.
Les interesará saber que a partir de los experimentos desarrollados, muchos de los remedios СКАЧАТЬ