Название: Sujetos en la burocracia
Автор: Vincent Dubois
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9789563572247
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Epistemológicamente el texto se ubica en el análisis de las interacciones, reconociendo que si bien se explican por la estructura social, están inscritas dentro de un orden propio. Este trabajo intelectual el autor lo despliega a partir de cuatro ideas fuerza que retrotraen a cuatro corrientes de pensamiento. En primer lugar, aquella proveniente de los trabajos de Street-level bureaucracy de Michael Lipsky en la cual reconoce que las políticas públicas emergen de, “se fabrican en”, la suma de acciones de los agentes del Estado y que las rutinas cotidianas de la administración actualizan las estructuras sociales. En segundo lugar, los aportes de la microsociología de la escuela de Chicago, particularmente de la obra de Erving Goffman. Esto se observa en la atención puesta sobre la idea de intercambio que se produce en las interacciones y relaciones que se establecen en los servicios públicos entre los funcionarios y las personas que acuden a estos para acceder a prestaciones, “los públicos o usuarios”. En tercer lugar, la sociología bourdesiana, permitiendo relevar y hacer aparecer en el análisis una doble dinámica: por una parte, la importancia de las trayectorias de vida y posiciones sociales de los agentes de lo social en y mediante su interacción, y por otra, las formas cómo se establecen relaciones de poder y de qué manera, a través de estas, se produce una violencia simbólica que desemboca en formas de interiorización de normas y reglas administrativas, así como lenguajes y clasificaciones propios de la nominación de lo social. Finalmente, una cuarta idea y corriente, que es menos explícita y está menos referenciada por el autor en el libro, refiere a las formas de subjetivación foucaultianas y de resistencia propuestas por J. C. Scott (2000). Me refiero a la importancia que le da el autor a mostrar que, de ningún modo, los agentes sociales actúan en estas relaciones asistenciales de manera pasiva o como mecanismos de sometimiento o plena subordinación. Por el contrario, el autor nos conduce a que las entendamos como el ejercicio de libertad discrecional que permite la tensión entre la arbitrariedad y la constricción.
Para finalizar, uno de los aportes que esperamos que este libro brinde al desarrollo de las ciencias sociales latinoamericanas se refiere al conocimiento y despliegue de la etnografía del Estado en tanto enfoque y campo de investigación. Si bien desde hace décadas se viene desarrollando en otras latitudes, en Latinoamérica es aún restringido, siendo uno de los trabajos más emblemáticos el realizado por el sociólogo argentino Javier Auyero en su libro Pacientes del Estado (2013). En términos generales, este modo de conocer implica comprender la política no como la ejecución de acciones del Estado, sino como una práctica (es decir asociada a sujetos) a partir de la cual se reconfiguran y redefinen los vínculos con los ciudadanos y se instituyen nuevas formas de fabricar “lo social”. Distanciándose de aquellas aproximaciones tradicionales que analizan al Estado como un ente universal, abstracto y totalizador, la etnografía del Estado pone su atención en el quehacer; es decir, en las formas complejas y conflictivas del actuar estatal.
En otras palabras, si en general los estudios del Estado se han orientado a comprender sus racionalidades, sus diversas formas de conformación, organización y funcionamiento, así como sus manifestaciones y consecuencias en tanto órgano de poder y violencia, los trabajos etnográficos se enfocan en los diferentes espacios, formas y prácticas a través de las cuales el Estado está constantemente siendo experimentado y deconstruido, mediante la ilegibilidad de sus propias prácticas, documentos y palabras. Deborah Poole y Veena Das (2004), denominan “márgenes del Estado” a aquellos espacios de desorden, de incomprensión, de conflicto y tensión en torno a los cuales se opera al Estado y el Estado opera. Esta perspectiva se articula con los trabajos de otros autores (Herzefeld, 1992; Graham, 2002; Gupta 2005, 2012; Hoag, 2010, entre otros) que ponen de relieve los contextos socioculturales y los actores que producen el Estado. En esta misma línea los trabajos realizados por Didier Fassin y otros investigadores en el libro Juger, réprimer, accompagner. Essai sur la morale de l’État (2013) (Juzgar, reprimir, acompañar. Ensayo sobre la moral del Estado) buscan indagar en “el corazón del Estado”, en el funcionamiento ordinario de las instituciones públicas, pero también, metafóricamente, en los valores y los afectos que atraviesan las políticas de los gobernantes y las prácticas de los agentes. El Estado es visto etnográficamente como una realidad concreta y situada, lo cual quiere decir que se encarna en individuos concretos y se inscribe en una temporalidad. Esta manera de analizar el Estado se focaliza en las instituciones, en los oficios o modos de hacer, en los agentes que ejecutan las políticas, asumiendo que en este proceso ellos las transforman y re-crean. Pero, por sobre todo, la etnografía del Estado pone atención a las relaciones que establecen estos agentes con las poblaciones que se constituyen como públicos. En esta línea, y tal como Dubois lo muestra en su libro, sabemos que los actores se desplazan argumental y decisionalmente entre los extremos de estas ambivalencias, produciendo conductas aparentemente irracionales o sobrecargadas de intencionalidad. En este sentido, la etnografía del Estado se orienta a observar los dilemas presentes en las experiencias de los actores que participan de la acción pública, para comprender cómo las reglas institucionales, los valores y las propias emociones participan en las decisiones que toman.
A partir de un trabajo etnográfico del quehacer cotidiano de la política de asistencia, este trabajo aporta sustantivamente a la discusión sobre la acción pública, espacio de atención interdisciplinaria en el que confluye el trabajo social, la ciencia política, la sociología y la psicología social. Las constataciones en torno a la orgánica compleja del cotidiano del Estado permiten develar dinámicas de la política pública donde se ensamblan cultura, rutinas, afectos y racionalidades diversas.
Carolina Rojas Lasch
Bibliografía
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