Название: Historia de las ideas contemporáneas
Автор: Mariano Fazio Fernandez
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
Серия: Historia y Biografías
isbn: 9788432137587
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La finalidad teórica de la formulación política de Rousseau es la salvaguardia de la igualdad y libertad originales. Para que esta finalidad se logre es imprescindible observar, en este contrato, una cláusula: «La alienación total de cada asociado, con todos sus derechos, a toda la comunidad»15.
La libertad natural se transforma en la sociedad del contrato en libertad civil. El poder que surge del contrato —la soberanía o voluntad general del pueblo— está formado por los derechos de todos los ciudadanos. En este sentido, la voluntad popular que legisla es la voluntad propia del ciudadano, porque todos ellos forman parte del poder, es decir de la comunidad que custodia los derechos individuales, y que es erigida en soberano. En esta coincidencia consiste la libertad, que es definida como «la obediencia a la ley que nosotros mismos nos hemos dado»16.
Libertad, para Rousseau, es autonomía, autolegislación. Este concepto será retomado por Kant, que lo pondrá en la base de su sistema moral. La igualdad se transforma en igualdad legal: la ley es la declaración de la voluntad general y es igual para todos.
Si bien queda claro que la intención última de Rousseau era la defensa de los derechos que consideraba como parte integrante de la naturaleza humana, algunas de las instituciones que propone tienden hacia el totalitarismo. Rousseau explica que, dado que los hombres se reúnen en sociedad para alcanzar el bien común —la defensa de la libertad y de la igualdad—, la voluntad general que surge de la alienación de los derechos de los individuos tenderá necesariamente hacia este bien común. Además, añade Rousseau, nadie quiere causarse daño a sí mismo. Sin embargo, la falta de contenidos concretos de este bien común hacia el que está orientada la voluntad general —los únicos contenidos son la libertad como autolegislación y la igualdad legal, es decir derechos formales— hace que el sistema de Rousseau, basado en la soberanía popular, termine en un formalismo, susceptible de recibir distintas configuraciones institucionales. En el Contrato social, a nombre de una voluntad general absoluta, indivisible e infalible, se niegan el derecho de asociación, la libertad de enseñanza y se reduce la libertad religiosa. Era el precio que se debía pagar frente al redescubrimiento de algunos derechos naturales que no estaban suficientemente fundamentados en una concepción de la naturaleza humana capaz de dar razón no sólo de su origen sino también de su fin trascendente17.
5. La Ilustración alemana
En Alemania, la Ilustración atraviesa diversas fases. La amplitud de los intereses de los ilustrados alemanes, el prestigio que adquieren sus principales centros universitarios y el influjo de algunas de las tesis defendidas, hacen de la Aufklärung el precedente de la época de oro de la filosofía y de la literatura alemana, que presenta entre sus hombres más destacados a un Kant, un Goethe o un Hegel.
La primera fase de la Ilustración alemana está representada por dos filósofos del derecho. Samuel Pufendorf (1632-1694) y Christian Tomasius (1655-1728) elaboran una doctrina del derecho natural de perfil racionalista, donde los preceptos de justicia se deducen de leyes y principios generales y racionales. Ambos filósofos —pero más específicamente Tomasius— separan el derecho natural de la metafísica y de la teología. El análisis metafísico del hombre, llevado a cabo por la segunda escolástica para fundamentar el derecho natural, es sustituido por un análisis psicológico de las tendencias y pasiones humanas.
Con Christian Wolff (1679-1754) se da inicio a la segunda fase de la Ilustración alemana. Profesor universitario en Halle, es el representante más típico de la filosofía que pocos años más tarde Kant denominará dogmática. Wolff tiene la pretensión de crear un sistema filosófico completo. Siendo discípulo de Leibniz, y tomando elementos metafísicos de la segunda escolástica, y en particular del esencialismo de Suárez, su sistema es una gigantesca construcción lógico-formal, completa, coherente, pero alejada de la realidad sensible. En este sistema la lógica desarrolla un papel metodológico fundamental. El principio de no contradicción y el de razón suficiente constituyen el sustrato formal de toda ciencia.
Las ciencias pueden ser racionales o empíricas, y cada una de ellas tiene un aspecto teórico y una aplicación práctica. Sin una gran originalidad —se puede decir que Wolff es un ecléctico— dejó a la posteridad filosófica una terminología que gozaría de gran éxito en el futuro: después de Wolff se generalizó los términos ontología para referirse a la metafísica, crítica para la teoría del conocimiento, se habló de teodicea más que de teología natural.
Wolff era un creyente sincero, y al mismo tiempo era un racionalista. Por eso, no dudó en considerar a la razón como juez de la fe. Esta posición teórica le ganó las antipatías de los pietistas, que llevaron a Wolff al exilio, aunque retornará a su patria bajo la protección del rey. Esta circunstancia de la vida de Wolff nos permite pasar a tratar del ámbito más específico de la Aufklärung: la filosofía de la religión y en particular la relación fe-razón.
En la Alemania del siglo XVIII existía un grupo religioso llamado pietista. De origen luterano, el pietismo subrayaba la importancia del aspecto interior de la religión: la fe se manifiesta primordialmente en el sentimiento y en la religiosidad personal más que en las verdades dogmáticas. Aunque esta actitud puede parecer contraria o al menos no muy favorable a la Aufklärung, sin embargo la desconfianza pietista frente a todo tipo de metafísica o de teología escolástica logró unir a dos movimientos aparentemente antitéticos.
El tercer periodo de la Ilustración alemana se desarrolla en la última parte del gobierno de Federico el Grande (1712-1786), rey de Prusia, amigo de filósofos ingleses y franceses, y protector de Voltaire. El mismo rey escribió algunas obras filosóficas, como el Ensayo sobre el amor de sí considerado como el principio de la moral (1770).
La introducción y traducción de algunos libros de los deístas ingleses Toland y Tindal favoreció el desarrollo de una corriente de deísmo alemán. En este ambiente intelectual hay que citar a Hermann Samuel Reimarus (1694-1768), de raza hebrea, y decidido defensor de la religión natural. En una obra publicada póstumamente por Lessing, y que llevaba como título Apología y defensa de los adoradores racionales de Dios, Reimarus sostenía que la única revelación divina era el mundo natural. Las revelaciones sobrenaturales eran sólo invenciones humanas, y los mismo milagros eran una ofensa a Dios, que ha querido crear un mundo organizado y gobernado mediante un sistema racional.
Otro filósofo de origen judío y de convicciones deístas es Moses Mendelssohn (1729-1786), quien no compartía la hostilidad de Reimarus contra la revelación sobrenatural. Mendelssohn se interesó sobre todo acerca de la relación entre religión y poder político, defendiendo la tolerancia y la no intervención del Estado en materias religiosas.
El filósofo de mayor relieve en este ámbito de la filosofía de la religión de la Ilustración alemana es Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781). Este autor también será importante como punto de unión entre las ideas estéticas de Baumgarten, discípulo de Leibniz, y la teoría estética de Goethe. Por lo que se refiere a su pensamiento filosófico, no concuerda plenamente con Reimarus, aunque se hubiera ocupado de la publicación póstuma de una de sus obras. Lessing no cree que un cuerpo de doctrina pueda ser demostrado racional y universalmente, aunque se trate de verdades estrictamente naturales. La verdad absoluta y definitiva pertenece sólo a Dios. La actitud de Lessing respecto a la verdad se evidencia con esta célebre cita del alemán: «Si Dios tuviese en su mano derecha todas las verdades, y en su mano izquierda la única y siempre móvil aspiración a la verdad, con la posibilidad de errar siempre y eternamente, y me dijera: “elige”, yo me pondría humildemente de rodillas a su izquierda y diría: СКАЧАТЬ