¿Qué estabas esperando?. Paul David Tripp
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Название: ¿Qué estabas esperando?

Автор: Paul David Tripp

Издательство: Bookwire

Жанр: Религиозные тексты

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isbn: 9781629460024

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      Tomas estaba batallando y listo para hacer sus maletas. No era que estuviese enfrentando algún desastre que lo hubiese dejado devastado y solo. De hecho, a la distancia, Tomas parecía tener una buena vida. El tenía una esposa brillante, hermosa e inteligente. Tenía tres niños hermosos menores de siete años. Su trabajo nunca era aburrido o trivial. Pero Tomas jugaba con el deseo de renunciar a su propia vida. Simplemente ya no lo podía disfrutar. El y Daniela parecían funcionar todo el tiempo con una irritación reprimida el uno hacia el otro. Sus horarios eran ridículamente exigentes, y sus hijos parecías estar en contante necesidad de atención. Tomas sentía que era raro el día en el que no se sintiera molesto con Daniela por alguna razón. Estaba cansado de trabajar duro sin ver resultados y ya no encontraba mucha razón para continuar.

      Cynthia estaba en la cama despierta. Miraba a Manuel. Era difícil para ella comprender que el hombre acostado a su lado era el mismo que la había cautivado. Mientras una lagrima corría por su mejilla, recordaba la contagiosa sonrisa de Manuel y su sentido del humor. Pensaba cómo él era capaz de hacer que las cosas más triviales se convirtieran en algo placentero. Recordaba que solía emocionarse al sonido de su voz; pero ya no más. De alguna manera, en el camino, Manuel había dejado de ser Manuel. Ahora parecía permanentemente distraído y frustrado. Se pasaba el tiempo viendo deportes o en la computadora. Ir a la cama era particularmente difícil para Cynthia. Ella anhelaba un poco de ternura antes de que ambos sucumbieran al cansancio y se durmieran, pero no había ternura. Manuel se metía a la cama, fastidiado otra vez, murmuraba un buenas noches, le daba un beso mecánico y se daba la vuelta para dormirse. Noche tras noche, Cynthia se acostaba y permanecía despierta buscando una razón para continuar.

      Desde el principio, Erica sabía que Willy era muy apegado a su familia, pero nunca pensó que sería como esto. Ella se sentía como una extraña en su propia vida. Estaba cansada de pasar cada día festivo y vacación con la familia de Willy. Estaba cansada de las complicaciones del matrimonio, la familia extendida, el trabajo, la iglesia. ¿Cuántos días festivos había pasado viendo a Willy y a sus hermanos divertirse y pasarla bien, indiferentes al hecho de que ella no estaba bien? Ella se había dado cuenta tiempo atrás donde estaba la lealtad de Willy, y sabía que nunca habría una decisión que él no discutiera con su familia. Había pensado mucho sobre lo que decía la Biblia acerca de “dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,” y sabía en lo profundo de su corazón que Willy nunca había dejado a su familia. Erica estaba cansada de ser una extraña y le resultaba difícil continuar.

      Nathan se paró allí con la nota arrugada en su mano. La había encontrado varias semanas atrás en el piso de su armario. Las cosas se habían dificultado desde entonces. Anita no lo había negado. Ella se había infatuado emocionalmente con un compañero de trabajo. La relación no había sido física en ninguna manera. De hecho, nunca se habían juntado fuera del trabajo, pero no por eso la nota dejaba de ser devastadora. Quienquiera que la leyera la consideraría una carta de amor. Nathan no sabe por qué la conserva. No sabe por qué la saca día a día y la lee una y otra vez. Él solo lo hace. Anita parece tener remordimiento y hace todo lo que puede para remediar lo sucedido. Nathan está agradecido que ella renunció al trabajo, pero no puede olvidar la nota. Se interpone en su vida como un Everest que sabe que necesita ascender pero nunca lo hace. Es como si esa nota se hubiese llevado todo motivo para continuar.

      Sandra mira el huevo crudo que su hija de tres años acaba de botar al suelo, y quisiera gritar. Se siente más como policía que como madre. Le parece que día tras día se pasa limpiando y ordenando desde que se levanta hasta que se va a la cama para luego levantarse y hacerlo de nuevo. Se viste con un sudadero y zapatos deportivos; los días cuando se sentía atractiva casi se han borrado de su memoria. Paco ha ganado peso y tampoco luce muy bien. Ella pasa frente al espejo de cuerpo entero en el corredor y piensa, “¿que nos sucedió?” La mañana cuando se cayeron al suelo en el armario los álbumes de fotos de sus primeros años de matrimonio, ella tocó fondo. Le parecía que las fotos eran de una pareja, un tiempo y un lugar diferentes. Estaba cansada de su existencia doméstica y no podía encontrar mucha motivación para continuar.

      Roberto simplemente está cansado del trabajo duro. Es difícil no desear los primeros años de nuevo. Estar con Jésica había sido tan divertido. Él amaba la espontánea libertad de su relación y sus horarios. Le encantaba el hecho de que Jésica parecía estar siempre dispuesta para todo en todo momento. Él sabía que no siempre sería así, pero nunca se imaginó que llegaría a ser como era. Con su nuevo trabajo y el arribo de los gemelos, él y Jésica hacían poco que no fuera trabajar duro. Ocupado y agotado, la vida no era muy divertida, aun en los raros momentos cuando tenían tiempo para estar juntos. Cuando Roberto trabaja hasta tarde, Jésica se queja de que él no está en casa para ayudar, y cuando está en casa para ayudar, ella se queja de que no está haciendo suficiente dinero. Roberto se lo resume bien a un compañero de trabajo: “cuando sientes que no puedes ganar, es difícil continuar tratando”.

      Nora y Cristian están cansados de discutir, pero no saben cómo parar. Se levantan de lado diferente del universo cada mañana y miran todo desde perspectivas opuestas. Ambos están convencidos de estar en lo correcto y constantemente se frustran cuando el otro no ve las cosas a su manera. Han llegado a un punto en el que parece que nada importa. Las toallas tiradas en el baño o el queso que se ha secado en el refrigerador se han vuelto asuntos más importantes de lo que deberían ser. Ambos dirían que se aman mutuamente, y se piden perdón después de que el calor de otro altercado se desvanece, pero no paran de discutir. Es una existencia infeliz y ambos lo sienten. Silenciosamente se preguntan que se necesitará para que las cosas sean diferentes y qué van a hacer si nada cambia.

      LO QUE NO DEBERÍA SER

      Les sucede a todos. Es una realidad inevitable del matrimonio. Como sea, de alguna manera, todo matrimonio se convierte en un conflicto. La vida después de la luna de miel es radicalmente diferente de la luna de miel que la precede. La persona con la que te encantaba jugar es con la que ahora vives y trabajas. La persona que una vez fue tu escape de las responsabilidades, es ahora tu responsabilidad más grande. Pasar tiempo junto es radicalmente diferente que vivir juntos. Lo que era motivo de atracción ahora es fuente de irritación. Todos nos enfrentamos al hecho de que de alguna manera nuestro matrimonio no es lo que debería de ser. ¿Por qué? Las razones se encuentran en lo que miramos en el primer capítulo.

      En algún punto durante el camino, te diste cuenta que tu también eres una persona pecadora casada con otra persona pecadora y que estás viviendo en mundo fracturado. A veces esta realidad hace que pequeños momentos intrascendentes sean mas difíciles de lo que deberían ser; a veces significa enfrentar cosas devastadoras que nunca pensaste que tendrías que enfrentar. Pero le sucede a todos. En algún punto necesitas algo más sólido que el romance. Necesitas algo más profundo que los intereses compartidos y la atracción mutua. Necesitas algo más que habilidades de supervivencia matrimonial. Necesitas algo que le dé paz a tu corazón y fuerza a tu resolución cuando no te sientas romántico y tus problemas te estén abatiendo.

      Todos los matrimonios se convierten en algo que los esposos no querían que fuese. Tu vas a tener que lidiar con cosas que no planeaste enfrentar. En cada matrimonio el pecado complica lo que de otra manera sería simple. En cada matrimonio este mundo quebrado hace las cosas más complicadas y difíciles. En cada matrimonio la euforia del romance se desvanece y es reemplazada por un amor más sólido y maduro, o el egoísmo del pecado reduce el matrimonio a un estado de letargo relacional.

      ¿Qué haces cuando tu matrimonio se convierte en lo que no debería ser? ¿Qué haces en los momentos cuando no te sientes tan atraído a tu esposa? ¿Hacia dónde miras cuando estás irritado, herido o desanimado? ¿Qué buscas? ¿Hacia dónde corres?

      BASADO EN LA ADORACIÓN

      ¿Qué es entonces lo que te motiva a continuar cuando los pequeños problemas se te han metido en la piel o los grandes problemas te han dejado devastado? ¿Cómo СКАЧАТЬ