Название: Mundos Universos
Автор: Guido Pagliarino
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Научная фантастика
isbn: 9788873041047
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âSoy varón y me llamo Ornulatinval Tamagonemistralin Rutillinainon, pero, para usted, abogado, solo Or, como me suelen llamar los amigos: ¿podemos tratarnos de tú?
Osvaldo aceptó el juego que, según creÃa, le planteaba su achacoso cerebro:
âSÃ, gracias, y yo soy Osvaldo.
âQuerido Osvaldo, es un honor llamar por su nombre a una autoridad mundial del derecho como tú. Pero, si me lo permites, ahora iré al grano, es más, primero me ocuparé de lo que realmente te interesa más y luego de lo que te interesa menos.
âAh, vale, ¿y vosotros soisâ¦?
âEspera, por favor. Ahora mismo, lo que más te interesa es sin duda que te hemos curado completamente, gracias a ciertos rayos terapéuticos que te hemos lanzado por teletransporte. Ahora tienes el fÃsico absolutamente sano de un adolescente, no solo los órganos sino también los músculos y los huesos y si, supongamos, trataras de hacer cien flexiones, no te resultarÃa imposible. De todos modos, te lo confirmarán los nuevos análisis hospitalarios a los que te sometas, dado que hoy y los dÃas siguientes continuarás sintiéndote maravillosamente bien: los médicos se asombrarán de su restablecimiento, los incrédulos hablarán de remisión espontánea y los demás pensarán en un milagro. En realidad, sencillamente, nuestras ciencias están mucho más avanzadas que las vuestras y no solo las fÃsicas, sino también las ciencias sociales. Y también la ética: epistemologÃa, ciencia y ética impregnan totalmente lo que vuestros pensadores llaman humanismo sapiencial-cientÃfico. El objetivo de nuestros intelectuales es siempre y solo el bien de la persona, que nunca se considera un instrumento, sino siempre y solo el fin principal de la investigación: no como pasa, también para ti, sobre vuestra Tierra, donde muchas veces la epistemologÃa, la ciencia y la técnica han sido y son antihumanistas. Basta con pensar en el gas Zyklon B y las V1 y V2 de vuestro Hitler o los experimentos actuales con fetos humanos.
Osvaldo, no estando ya completamente seguro de estar sufriendo una alucinación, dijo dirigiéndose al móvil:
â¿Quién me asegura que estoy curado de verdad? ¿Quién me dice que mi cerebro no me está dando ilusiones consoladoras?
âNo sufres percepciones ilusorias y, como te he dicho, los análisis médicos te lo demostrarán: ¡no solo estás curado, sino que tienes las células óptimas de un joven! La salud es un pago anticipado por el trabajo profesional que queremos pedirte. En cuanto a nosotros, los purkilatronalarcolmintranikianos, somos antropomorfos como vosotros, pero... um... con algunas diferencias. Y tal vez pueda decirse que para vosotros somos a la vez tan terrestres como extraterrestres, porque nuestro planeta Purkilatronalarcolmintranik, al que para simplificar puedes llamar Alter Terra, es idéntico a la Tierra, es decir, tiene los mismos mares y continentes y la misma antigüedad geológica, gira sobre el mismo eje en un dÃa de duración parecido al vuestro y en torno a una estrella idéntica a vuestro Sol en 365 dÃas y 6 horas. Pero los dos planetas no existen en la misma cuerda de la creación, sino sobre dos, tan vecinas entre ellas como para ser prácticamente coincidentes.
A pesar de la perplejidad que sufrÃa, Osvaldo siguió conversando y respondió adecuadamente:
âRecuerdo un programa de televisión en el que se hablaba de la teorÃa supersimétrica de las cuerdas. Ahà decÃan que algunos astrofÃsicos piensan que todo lo que existe es una expresión directa de algo que solo podÃa definirse como una energÃa vibratoria, es decir, que suponÃan vibraciones de cuerdas o filamentos supersutiles y supersimétricos que, a pesar de tener dimensiones, serÃan tan finos y cortos que no se podrÃan apreciar ni siquiera con instrumentos millones de veces más potentes de los mejores actuales. Pensé en algo similar a los universos paralelos de la ciencia-ficción.
âSe puede llamar asÃ. Tal vez dijeran también que la teorÃa de las cuerdas o filamentos requiere, para poder demostrarse, la conjetura de al menos seis dimensiones además de la del tiempo y las tres espaciales y, según algunos de vuestros investigadores, además una séptima dimensiónâ¦
â⦠SÃ, me acuerdoâ¦
âPero se trata de un número muchÃsimo mayor. En cualquier caso, ninguno de vuestros estudiosos ha encontrado, por el momento, pruebas de las multidimensiones, aunque sean reales, como te estoy demostrando en la práctica con mi intromisión interdimensional.
Osvaldo tenÃa finalmente la sensación de no ser vÃctima de alucinaciones, sino que se movÃa en la realidad, tal vez porque la posibilidad de estar curado era demasiado fascinante como para negarle la confianza a esa voz misteriosa. Se dirigió al móvil:
âMe has dicho que queréis mi ayuda. EstarÃa dispuesto. ¿De qué se trata?
âDe defendernos en una causa anteâ¦
âEstaba a punto de darme de baja en el colegio de abogados y retirarme a una casa de salud âle interrumpió.
âLos sabemos, antes de contactarte nos informamos sobre ti. Pero podrÃas renunciar ¿no? Después de todo ahora estás totalmente sano.
âVale⦠bueno, supongamos que sÃ. ¿De qué causa se tratarÃa? ¿SerÃa civil o penal? Soy abogado civil.
âTambién lo sabemos. El proceso, como estaba a punto de decirte, serÃa ante el Tribunal Internacional de La Haya.
â¡Ah! Efectivamente, he llevado varias causas de derecho internacional público. Pero, perdona, ¿a titulo de qué estarÃais sometidos al derecho internacional?
âSomos un Estado, el Estado Ãnico de Krallumpntalvinstrinil, que se extiende sobre todo nuestro planeta. El proceso serÃa en vÃa civil, no penal. Aunque vuestro mundo nos considera, de manera totalmente injusta, como crueles criminales, no lo somos y no hemos tenido nunca denuncias penales. Es la voz popular la que nos ha culpabilizado durante milenios, a causa de cuentos, primero orales, luego escritos y más recientemente en pelÃculas que han alimentado la especie maligna de que somos violentos contra vosotros, los seres humanos, además de que nos gusta comeros, prefiriendo la carne tierna de vuestros niños.
En la cara de Osvaldo apareció una expresión de gran desconcierto.
âPor el contrario, nuestra especie es apacible y la defensa de los débiles es para nosotros uno de los mandamientos supremos. Desde siempre practicamos la caridad hacia el prójimo, como quiere el Creador de lo existente. No hemos cometido nunca aquello que algunos de vuestros textos sagrados llaman el pecado original.
â¿Sois ángeles?
âNo, no soy un mensajero divino, salvo, tal vez, en el sentido muy humilde de que, como mis iguales, testimonio con mi vida la verdad y la justicia: verás, Osvaldo, cómo sabré demostrarte con certeza que somos criaturas benevolentes. Pero, entretanto, vuelve por favor a tu despacho y llévate también el móvil interdimensional. Sobre tu mesa hemos teletransportado un portátil: es muchÃsimo más potente y complejo que vuestro mejor notebook, aunque se parezca, se abre como uno terrestre y la conexión es wireless, pero interdimensional. Cuando lo abras, encontrarás todos los datos que nos conciernen, informaciones que te servirán СКАЧАТЬ