El Observador. La Solución Al Génesis. Alberto Canen
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Название: El Observador. La Solución Al Génesis

Автор: Alberto Canen

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Физика

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isbn: 9788873046769

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      Los planetas, al recibir cada vez menos impactos, comenzaron a enfriarse, y al enfriarse generaron una cáscara, una costra, una superficie sólida, la corteza terrestre sobre la que actualmente caminamos. No sólo se formó la superficie, sino que además, los gases que se liberaron y quedaron atrapados por la fuerza de gravedad dieron lugar a una atmósfera, como es el caso de nuestro planeta Tierra y la atmósfera cuyos gases hoy respiramos.

      

      

      Por su parte, el hielo de la nube original, también atrapado, originó el agua y, por consiguiente su acumulación generaría los mares, los ríos, la lluvia.

      

      

      Bien, muy bien, ahora pensemos cómo fue ese tiempo en que el planeta, aunque ya se había enfriado bastante como para que la costra terrestre se formara, aún era demasiado caliente como para que el agua lograra acumularse en forma líquida sobre la superficie. En esa época, el ciclo de: evaporación–condensación–lluvia era mucho más rápido debido a las altas temperaturas de la superficie. En ese tiempo, la humedad era verdaderamente insoportable. Lluvias y tormentas eléctricas se sucedían sin solución de continuidad. La lluvia se evaporaba tan sólo tocar la tierra.

      Un cielo impenetrable, mucha niebla, y la luz del Sol que apenas lograba filtrarse.

      Seguramente habría sido imposible para una persona, de haber podido estar en la superficie, haber visto las estrellas o el mismo Sol debido, por un lado, a lo cerrado de las nubes y la niebla, y por otro, a causa del polvo remanente que aún flotaría en el espacio entre los planetas en formación.

      Â¿Suena muy complicado o difícil de imaginar? Sí, es posible.

      Me parece que un buen ejercicio, para ubicarse en esa situación, sería imaginarse estar en medio de una fuerte tormenta de arena y una vez allí intentar ver el Sol.

      Seguramente veríamos la luz, el resplandor que nos rodea, pero difícilmente podríamos identificar con exactitud la fuente, el origen de esa luz. El polvo, “la arena” que vuela en la tormenta, ese polvo en suspensión nos impediría ver el Sol.

      Por otra parte, mientras “afuera” se desarrolla esta “tormenta de arena” aquí dentro, en la atmósfera del planeta, nos encontraríamos en medio de una lluvia hirviente torrencial, con nubes, rayos y relámpagos, además de erupciones volcánicas, lluvias de cenizas y vapores venenosos.

      Ciertamente todo un escenario, un tremendo escenario, un escenario muy distinto del actual.

      Este escenario, en el que hoy probablemente no duraríamos vivos ni un minuto, crearía las condiciones ideales para iniciar el camino de la vida (humedad, temperatura, rayos cósmicos y radiación solar -que impactaban sin casi ningún impedimento). Condiciones ideales que crearían los primeros aminoácidos, las primeras cadenas moleculares. Cadenas que luego darían origen a organismos más complejos.

      

      

      Ahora, que las condiciones están dadas, vamos a adentrarnos en el siguiente paso. La evolución de la vida.

      

      

      

      

      Chapter 4

       3

      Â¡Y EN ESTE RINCÓN… LA VIDA…!

      

      

      

      

      Ya vimos antes que la vida, como la conocemos en nuestro planeta, se inició con y en el agua. El agua tiene un papel fundamental para nuestro tipo de existencia. Pensemos que nosotros, los humanos, estamos compuestos por un setenta por ciento de ese elemento, casi podríamos decir que somos animales acuáticos adaptados a la superficie.

      Bien, debemos situarnos en el lugar y pensar que, de manera simultánea, el planeta se enfría, el agua permanece en estado líquido por más tiempo, y se acumula en los lugares más bajos por simple efecto de la gravedad.

      Este océano inicial -al parecer-, era uno solo y las tierras -como continentes- también.

      La ciencia llama hoy a ese súper continente único Vaalbará-Pangea [6].

      Pangea no permanece como único continente sino que se fractura y sus segmentos derivan, navegan, por decirlo así, sobre la lava fundida que está debajo de la corteza y dan lugar a los continentes que hoy conocemos.

      Pangea es el resultado de la evolución del primer continente Vaalbará, que probablemente se formó hace unos 4.000 millones de años. Pangea se fracciona hace unos 208 millones de años en Laurasia y Gondwana. En la actualidad fragmentos de este antiguo continente forman parte de África, Australia, India y Madagascar.

      Cronología

      Supercontinentes Menores o Parciales:

      -Nena (Supercontinente, surge hace aproximadamente 1.800 millones de años).

      -Atlantica (Supercontinente, surge hace aprox. 1.800 millones de años).

      -Gondwana (Surge hace aproximadamente 200 millones de años).

      -Laurasia (Junto con Gondwana, Laurasia surge hace aproximadamente 200 millones de años).

      -Eurasia (Eurasia es el supercontinente actual conformado por Europa y Asia).

      Supercontinentes Mayores:

      -Vaalbará (Surge hace aproximadamente 4 mil millones de años).

      -Ur (Supercontinente, surge hace aproximadamente 3 mil millones de años).

      -Kenorland (Surge hace aproximadamente 2.500 millones de años).

      -Columbia (Supercontinente, surge hace aproximadamente 1.800 millones de años).

      -Rodinia (Surge hace aproximadamente 1.100 millones de años).

      -Pannotia (Surge hace aproximadamente 600 millones de años).

      -Pangea (Surge hace aproximadamente 300 millones de años).

      

      

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