El Corazón Del Tiempo. Amy Blankenship
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Название: El Corazón Del Tiempo

Автор: Amy Blankenship

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Зарубежное фэнтези

Серия:

isbn: 9788873042228

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СКАЧАТЬ con la cabeza, "Ellos sentirán un vínculo y crecerá, pero aparte de eso, no sé el futuro, solo el pasado. Ellos te protegerán como lo hicieron antes. Para eso nacieron, es su razón para vivir".

      Ã‰l rápidamente desvió la mirada de la de ella que buscaba en sus ojos la verdad de sus palabras relacionadas también con él. "Aún tenemos tiempo, pero por ahora quiero que dejes de esconder tus poderes de sacerdotisa, y que estés consciente de tu entorno. Yo te cuidaré y le he dicho a Toya que también te cuide de cerca".

      Kyoko lo miró muy de cerca tratando de recordar algo acerca de él. Él parecía conocerla muy bien. Mirando profundamente en sus ojos ella susurró con curiosidad, "¿Qué tan cercanos éramos?"

      Una agitación de afecto oculto cruzó sus orbes doradas antes de que Kyou se tensionara y se alejara de ella. Su exterior relajado volvía a su lugar, él gruñó al mirar hacia la puerta, luego rápidamente volvió a ella. "No repitas lo que te dije porque ellos recordarán por sí solos".

      Kyoko saltó cuando escuchó que tocaron la puerta fuertemente, luego se abrió sin permiso.

      Toya se había empezado a preocupar por la seguridad de la chica y pensó en interrumpir, con la intención solo de salvarla de la frialdad de la que sabía que Kyou era capaz. Su mirada fue rápidamente atraída hacia ella mientras entraba.

      "Bueno, veo que ella sobrevivió a su charla", Sus iris brillaban en color plata aún sintiendo que algo no estaba bien. "Si ya terminaste con Kyoko, Suki la está esperando". Toya levantó sus ojos dorados a Kyou sin darse cuenta de los destellos plateados que empezaban a mostrarse en sus orbes.

      Kyou le dio a Toya su usual mirada en blanco y asintió con la cabeza en silencio.

      Kyoko miró a Toya de forma cálida, porque ahora que estaba usando sus sentidos, ella podía percibir que se había estado preocupando por ella, aunque no actuara como tal.

      "Hubiera dado la vida por ti", las palabras de Kyou volvieron a su mente.

      Kyou observó su comodidad con Toya, y sintió un distante pero familiar anhelo, que lo hizo fruncir el ceño. Él recordó bien este sentimiento, y sus ojos se entrecerraron al mirar al guardián plateado. ¿Siempre mantendría un lazo especial con su hermano que no tendría con los otros?

      Kyoko se mantuvo de pie, asintiendo con la cabeza se despidió de Kyou y le dió una sonrisa secreta que Toya no pudo ver, luego regresó con Toya y le agradeció con una de sus sonrisas más dulces. "Vamos, no dejemos esperando a Suki". Ella salió por la puerta dejando a Toya ahí parado con un sentimiento de calidez. Un sentimiento que solo la sonrisa de ella podía causar.

      Ã‰l sacudió la cabeza tratando de sacar ese sentimiento, y luego le frunció el ceño a Kyou, notando lo estaba observando intensamente. "¿Qué? Preguntó Toya con un tono de voz fuerte sabiendo que no obtendría ninguna respuesta. Al decidir que no valía su tiempo, él salió por la puerta, cerrándola fuerte detrás de él, y apresurándose para alcanzar a Kyoko.

      Toya observó la espalda de Kyoko mientras ella caminaba rápidamente por el pasillo. Debe tener prisa por alejarse de Kyou. Él sonrió, acelerando para alcanzarla, lo cual no fue un problema, considerando que era un guardián. Sus pensamientos se oscurecieron un poco, preguntándose si ella al menos sabía que era él. Él lo dudó o ella no le hubiera sonreído como lo hizo.

      En la parte superior de los escalones, Kyoko sabía que Toya la había alcanzado porque ella podía sentirlo detrás de ella. Sí, ella podía sentir su poderosa aura, pero era un poco diferente al sentir la de Kyou. Ella cerró los ojos solo por un segundo. Buscando el aura Kyoko decidió que no le daría importancia a qué tan malo fuera, su aura era de hecho muy cálida y la hacía sentir entre otras cosas protegida.

      Ella entendía que Toya suponía ser más joven que Kyou, pero además podía sentir el poder escondido dentro de él. Un poder que de ser aprovechado, podía hacer que Toya superará a su hermano en un segundo, aunque dudaba que alguno de ellos estuviera consciente de ello. Kyoko estaba disfrutando el uso de sus sentidos, ahora que los había activado de nuevo.

      "Entonces..." ella volteó hacia él, "¿Dónde están Suki y Shinbe?"

      Toya entrecerró los ojos al mirarla ahora que su mentira se había descubierto. ¿Cómo diablos sabría él donde estaban Suki y Shinbe? Él solo volvería por ella para alejarla de Kyou.

      "No lo sé", dijo con tono perezoso.

      Kyoko frunció el ceño al mirarlo, "Pero tú dijiste..."

      Toya la interrumpió. "Deberías agradecerme por salvarte", le dijo, inclinándose hacia ella para intimidarla.

      "¿Salvarme de qué?" Kyoko murmuró en su cara, al no gustarle su actitud. Dios, a veces realmente podía comportarse como un estúpido.

      "De Kyou", Toya gruñó fuertemente de vuelta, apretando su puño. Ella realmente podía hacerlo enojar con su linda boca. ¿Bonita boca? ¿De dónde había venido todo eso? Él se alejó de ella sorprendido y confundido.

      Sorprendida, Kyoko se quedó mirándolo por un minuto. Ella empezó a reírse de él primero suavemente y luego más fuerte. "¿Lo hiciste?" preguntó ella, tratando de respirar entre risas. "¿Por qué lo harías?" ella apaciguó su risa y finalmente sonrió ampliamente, aunque sus ojos aún tenían una mirada traviesa.

      "Eso fue muy dulce. No sabía que te importaba" arrugando su nariz al mirarlo, tratando de mantener una cara seria.

      Toya la miró sintiendo que el chiste era sobre él. "Entonces, ¿Decidiste si te vas a quedar después de todo, Sacerdotisa?" escupió la última palabra como si le quedara un mal sabor en la boca.

      Kyoko perdió su sonrisa, y puso su cara a centímetros de la de él, mirando fijamente a sus ojos dorados. "Si he decidido, guardián", le dijo alzando una ceja, luego volteó y se bajó rápidamente por las escaleras riendo.

      "¡SÍ!" Kyoko exclamó en silencio y mentalmente anotó un punto en su lado de la pizarra. "Kyoko uno, Toya cero".

      Los ojos de Toya se ensancharon por un instante antes de darse cuenta de que la pequeña chica lo había conseguido. "¡Maldita sea!”, siseó y se apartó después de ella.

      Kyoko estaba casi en la parte inferior de los escalones cuando sintió que sus instintos de Sacerdotisa estaba en sobre marcha. Sintiendo a otro guardián además de Toya, miró a su alrededor. La única persona lo suficientemente cerca como para causar esa sensación era un estudiante que se encontraba de pie en la parte inferior de las escaleras, mirándola con interés.

      Mirando de cerca, estaba desconcertada con los destellos purpuras que recorrían su cabello indomable y los ojos más hermosos. Mientras ella miraba aquellos ojos podía jurar que podría ver el brillo de todos los colores apareciendo dentro de sus iris.

      Toya ahora permanecía detrás de Kyoko. Al ver que se detenía de repente, notó que estaba mirando a Kamui. 'Así que ella puede СКАЧАТЬ