Название: Derecho, derechos y pandemia
Автор: Susanna Pozzolo
Издательство: Bookwire
Серия: Palestra Extramuros
isbn: 9786123252274
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Si la plaga que describió Camus fue básicamente una metáfora del fascismo12, del nacionalismo excluyente y genocida, que era rampante en la sociedad del “mundo de abajo”, una cloaca fétida llena de bajos instintos de dominación y muerte, la que hoy nos golpea tiene muchos rasgos de gran capital globalizado, de la loca y descontrolada circulación de la mercantilización y del dinero que cubre todo el planeta con su red logística, quemando recursos, bosques y finalmente vidas. El dinero por medio del dinero, la absoluta libertad de circulación del capital y su producción por medio de productos financieros creativos, capital que se alimenta del capital y de la promesa de este13, sobrepasa fronteras, límites y controles. La tierra aplastada por este movimiento perpetuo se abre dando la bienvenida a cualquier infección. El virus biológico se replica y se propaga tan fácilmente como un virus informático a lo largo de las primeras vías virtuales, luego muy reales, de las cadenas productivas y comerciales del new brave world global. La plaga se cuela en la fiesta e interrumpe trágicamente las vacaciones, como le sucede al protagonista de Muerte en Venecia de Thomas Mann, el escritor Gustav von Aschenbach14. En la Venecia descrita por Mann, a diferencia del Orán de Camus, la epidemia empuja hacia la anarquía, el desencadenamiento de un deseo de vivir que rompe la norma porque sabe que es atacado con furia. En cambio, en Orán las calles están desiertas y silenciosas, y todos están en su habitación como esperando una sentencia. Pero, tanto en Venecia como en Orán, la plaga manifiesta ce qu’il y a d’inquietant et de jamais reposé dans le monde15.
La pandemia trae de vuelta al orden del día la cuestión del Estado y la soberanía. El Estado se reafirma como actor clave. En caso de emergencia, es él quien toma las riendas de la acción colectiva, no el mercado. Las fronteras se levantan de nuevo. Hay límites. Se multiplica. Las calles están vigiladas. De hecho, hay demasiado control. Y debe haber un solo comando, incluso si esto luego resulta ser algo irregular y disputado entre el gobierno central, las regiones, los municipios, cada uno con su propio derecho a la gestión de la seguridad pública. Se atenúa la dimensión supraestatal, aunque sea aquella de la que se espera una solución a la crisis de suministro de materiales y medicamentos, y luego la ayuda decisiva frente a la crisis económica que inevitablemente se anuncia. Y estamos asistiendo a una metamorfosis de la soberanía. Esto ocurre en forma de “inmunidad”16. La distinción de amigo y enemigo que, según algunas versiones dramatizadas de la soberanía, es la clave de esta, su “línea divisoria”, esta distinción que se presta fundamentalmente del discurso de la guerra se traduce ahora como la distinción entre sanos y enfermos. Y estamos interesados en mantenernos saludables, “inmunes”. No te dejes contagiar por los “enfermos”, por el otro que representa un peligro. La diferencia entre interno y externo se remodela según una disciplina de control médico. “No me toques”, noli me tangere.
No obstante, esta perspectiva y ese imperativo pueden revertirse fácilmente. “No me toques” también se dice para evitar que el otro se ponga en riesgo, no solo para distanciarlo y excluirlo como potencialmente enfermo. El control médico, la biopolítica que se manifiesta en la soberanía como “inmunidad”, de hecho, tiene la necesidad de darse como una “cura”. Y esto puede entenderse no solo como dispensario, o recuperación en el hospital, sino como cuidado, preocupación por el otro, sorge en alemán, palabra que significa “cuidado” y “preocupación” al mismo tiempo. Se trata de la atención al otro desde uno mismo, fuera de uno mismo, salir de la concentración en lo que solo me concierne a mí.
Es ponerse a disposición del otro, no en forma de obediencia o sumisión, sino en forma de compasión y amistad. Cuente conmigo – quiero decir. En el cuidado, la subjetividad sale de su encierro, se refleja en el otro, y del otro, y su vida, y su salud, se nutre y enriquece. Y es un enriquecimiento existencial y moral, no económico. La centralidad del cuidado, con todo lo desafiante de este para la soberanía como dimensión monocrática y egocéntrica, el interés por los demás y el entorno que nos rodea, este es el principio que nos salva de la plaga, y lo que realmente esta nos enseña.
1 E. Hobsbawm, Ages of Extremes: The Short Twentieth Century 1914-1991, Time Warner Books, London 1995
2 K. Polanyy, The Great Transformation, Ferrar & Rinehart, London 1944.
3 S. Zizek, Pandemic!: Covid-19 Shakes the World, Polity, London 2020.
4 C. Ginzburg, Paura, reverenza, terrore, Adelphi, Milano 2015.
5 L. Canfora, La scopa di Don Abbondio. Il moto violento della storia, Laterza, Roma-Bari 2018.
6 I. Krastev, ¿Ya es mañana? Como la pandemia cambiarà el mundo, Debate, Madrid 2020.
7 J. London, The Iron Heel, George Platt Brett, New York 1908.
8 M. Cacciari, Il lavoro dello spirito, Adelphi, Milano 2010, p. 60.
9 G. Agamben, “Lo stato d’eccezione provocato da un’emergenza immotivata”, Il Manifesto, 26 febbraio 2020, e G. Agamben, “The Inventtion of an Epidemic”, European Journal of Psychoanalysis, March 2020.
10 Vedi B. Henry-Lévy, The Virus in the Age of Madness, Yale University Press, New Haven, Conn., 2020.
11 Cfr. E. Mauro, Liberi dal male. Il virus e l’infezione della democrazia, feltrinelli, Milano, 2020.
12 A. Camus, La peste, Livre de poche, Paris, 1965.
13 J. Lanchester, Whoops!: Why Everyone Owes Everyone and No One can Pay, Penguin, London, 2010.
14 Th. Mann, Der Tod in Venedig, Fischer, Frankfurt am Main, 1983.