Название: En vivo y en directo
Автор: Fernando Vivas Sabroso
Издательство: Bookwire
Жанр: Изобразительное искусство, фотография
isbn: 9789972454240
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El espectáculo lo abrió el boliviano Raúl Shaw Moreno, integrante de Los Panchos; le siguió la peruana Ketty Dyer; la chilena Martha Ramírez; Piero Solari, ya por entonces autonombrado embajador musical de Italia; Herbert Castro, cómico uruguayo bastante aplaudido; y variedades criollas. Concluidos los números vivos siguió un especial documental de la RCA Victor y un largometraje, Sólo los ángeles tienen alas, estupenda elección que hizo que Cary Grant, Jean Arthur y Rita Hayworth fuesen las primeras luminarias de Hollywood en asomarse a la televisión. Tratábase de una notable película de Howard Hawks sobre unos pilotos comerciales de república bananera, aventureros existenciales y fronterizos, cuya exacerbada responsabilidad civil los lleva a los límites del sacrificio militar. Para poner la nota casual, la neblina mantiene a los protagonistas estancados en un pueblo selvático absolutamente ficticio llamado Barranca, como nuestra ciudad costeña.
Si algo escaseó el día inaugural fueron los auspicios. Aparte de la RCA, más anfitrión que anunciante, electrodomésticos Neisser fue de los poquísimos anunciantes persuadidos de comparecer en la noche. Buen cliente y amigo de radio América, el señor Walter Neisser Nothmann no tenía idea de las características y del poder de venta del medio. A falta de ideas y recursos para un spot en vivo, un escueto logo se adosó en la cortina que fungía de decorado.
Por una temporada, los auspicios fueron el talón de Aquiles del canal 4. Películas sobraban, pues se había comprado un copioso lote, había series como parte de un paquete nada despreciable de la NBC y las figuras del acto inaugural seguirían presentándose en los días sucesivos, llenando el prime-time con shows musicales; pero urgían anunciantes que pagaran los 10 mil soles que costaba cada largometraje y, lo más importante, que aportaran la liquidez para producir espacios en vivo.
Umbert y González persuadieron a sus amigos para anunciar en su pantalla pionera. A falta de filmes publicitarios cualquier cartón con el nombre del producto podía fijarse unos segundos al aire. Tras algunos silencios, las ventas del canal lograron salir adelante. La programación de los primeros días fue, más o menos, la que sigue: A las 7 de la noche arrancaban dibujos animados, a las 7.30 la serie El sheriff de Cochise, y según los días, seguía Jim de la selva o Sheena, la reina de la selva, inconveniente coincidencia de títulos afines; a las 8.30 de la noche había algún show musical con figuras del medio como Piero Solari o Lucy Díaz, la segunda esposa de González; a las 9 o 9.30 entraba algún teleteatro extrajera (programas unitarios de media hora), a las 10 un noticiero de 15 minutos sin elaboración local, pues se pasaba el rollo fílmico que llegaba en avión y, a continuación, un largometraje de cierre. En enero, se hizo insostenible el costo de un filme de estreno diario y este se pasó a los domingos; en febrero, el arribo de nuevos anunciantes los volvió a poner en su sitio.
Primeras aventuras en vivo
A diferencia de los Delgado Parker, que inauguraron su canal con un paquete de programas armados y ensayados con semanas de anticipación, los apurados pioneros del 4 decidieron ir paulatinamente introduciendo la producción nacional. Para los musicales no había que pensar mucho, la orquesta de Carlos Pickling y dos cámaras en el set central bastaban; las complicaciones escenográficas vendrían poco después. Además, contaban con un director ágil y experimentado que fue el consejero técnico de todos los que debutaron detrás de las cámaras en el 4, el cubano Santiago García Bas, más conocido como “Chago” García. Junto a él destacaba el peruano Héctor “Tito” Velarde Cruz, que había hecho un rápido aprendizaje en la TV Tupi de Sao Paulo, y en el 4 fue un estimado director de cámaras y de la unidad móvil. A ellos y a Maurice Jouvet, director argentino que pasó una corta temporada en Lima, les tocó dirigir los primeros musicales que fueron complejizándose desde el simple escenario presidido por el órgano de Álex Hammond los primeros días de 1959 hasta el rudimentarlo bar junto al que cantaba la argentina Alicia Duncan unas semanas más tarde (se dice que este fue el primer programa con un decorado susceptible de llamarse tal) y ya en febrero el Canta Brasil, musical con el conjunto de paso Reyes do Samba, incluyendo una secuencia ambiental y coreográfica llamada Satán visita la Tierra.
Fuera de escuchar a las estrellas cantando en vivo los dueños no tenían muchas ideas de lo que se podía hacer en televisión. Pedrín Chispa, que ya estaba comprometido con el futuro canal de los Delgado Parker, estuvo temporalmente en el 4 con el mismo teatro de marionetas que había establecido en el 7. Adaptaba cuentos conocidos, a veces en capítulos unitarios, a veces continuados, y lo demás quedaba librado a las manos del señor de los muñecos. Los primeros tiempos también fueron propicios para una popularísima figura de la radio y la escena cómica, Teresita Arce, la chola “Purificación Chauca”, autora de sus propios libretos, quien, en un espacio muy modesto e intermitente (sus fallas de auspicio se confunden con sus faltas al canal y sus nunca confirmadas amenazas de censura) soltaba su rutina verbal impostando a distintas “cholas” del Perú hasta acabar en su emblemático silbido. Las entrevistas a doctores fueron otro primerísimo intento de producción en vivo. En atmósfera de total sobriedad se anticipaba así la función asistencial de la televisión.
Había que romper esta improvisada oferta escénica musical, esta simple asignación de directores y espacios a cantores contratados en las boites y sky rooms de Lima, y atacar otros géneros televisivos. Ya la radio tenía nombres y conceptos que podían dar fácilmente el salto a la pantalla. Lo más fácil y urgente era armar el flanco noticioso y así, a pocos días de fundado el canal, apareció El mundo al vuelo (también conocido como Telenoticias), primer y breve noticiero de la televisión comercial (cinco minutos), dirigido por Juan Weiss, judío de origen alemán. El nombre aéreo no era casual, auspiciaba Avianca. Utilizando fotos encargadas a un reportero gráfico del diario La Prensa y revistas extranjeras tijereteadas —“¡tumba!” era la señal dada por el coordinador para cambiar una vista por otra— pasaron algunas temporadas para que el canal se proveyera de un departamento de revelado de filmes. A mediados de 1959, Antonio Tineo asumió la dirección y Arturo Pomar hizo de locutor, ampliando a 15 minutos el relato de noticias. En agosto de 1962 el informativo del canal se convirtió en Noticiero Conchán con la dirección y comentarios editoriales de Raúl Ferro Colton, la voz de Arturo Pomar (eventualmente la de Carlos Flores Ledesma), y el más famoso crédito de presentación de los sesenta: un backing con un grifo y un autito que volaba en honor de la gasolina del auspiciador. Al mediodía se difundía el Telediario dirigido por Tineo y narrado por Osvaldo Vásquez.21
El rubro infantil tenía conspicuos espacios sonoros como el Radio Club Infantil de Maruja Venegas, o el del “Tío Johnny” Salim en la misma radio América. Era cosa de semanas que la naciente América incursionara en el terreno. Pero Johnny hubo de esperar unos años para presentarse en televisión, pues le salió al paso otro “Tío Juan”, con más peso y canas que él y, según creían los dueños de América, mayor capacidad de controlar a los mocosos en vivo y en directo.
El club de los niños
El СКАЧАТЬ