Debates presidenciales televisados en el Perú (1990-2011). Lilian Kanashiro
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Название: Debates presidenciales televisados en el Perú (1990-2011)

Автор: Lilian Kanashiro

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия:

isbn: 9789972453595

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СКАЧАТЬ en los debates españoles predomina el ataque como estrategia discursiva; también señala la influencia del formato en esta situación. También se observó que el debate se enfoca más en la discusión de propuestas que en la imagen del candidato (Téllez et al., 2010).

      Con un énfasis en lo audiovisual, el estudio titulado «Cara a cara electoral televisado» plantea que el medio televisivo es un mensaje en sí mismo en la dinámica de los debates electorales televisados. Ello supone para los candidatos el desafío de adaptar sus discursos al código mediático. En ese sentido, destaca la importancia de los planos cortos en la narrativa audiovisual, que permiten construir una relación de mayor proximidad con los candidatos (Quintas y Quintas, 2010).

      En el plano del discurso proyectado por los candidatos, se encuentran los estudios de Fernández (2009), quien sostiene que el debate sigue una línea más irracional que racional, ya que se presenta como un centro de pelea, donde la argumentación e intercambio de ideas no es el fin último. La interacción entre los interlocutores emplea estrategias para no crear una apariencia de agresor inmediato, sino más bien un ambiente de cortesía negativa; aun así, es cierto que el debate sigue un proceso donde el desacuerdo lleva, inevitablemente, a una descortesía explícita y, muchas veces, la conversación termina en ataque (Fernández, 2009). En esa misma línea, Cantavella y Mejía (2010) resaltan la peculiar carga agresiva que diferencia un debate de otro dentro de la misma serie. Señalan una retórica más proyectada hacia el futuro que hacia el presente y la dificultad para discernir la veracidad de las palabras de los debatientes, en gran parte, por la velocidad del discurso y el uso de términos técnicos en la discusión. Discernimiento que es posible a posteriori a partir de la cobertura periodística del evento (Cantavella y Mejía, 2010). En el mismo campo, Bañón (2010) enfoca su estudio en el uso de las pausas dentro de los discursos proyectados por los candidatos. En ese sentido, concluye que el candidato Rajoy emplea las pausas para valorar negativamente a su contrincante, mientras que, en el caso de Zapatero, las pausas le sirven para destacar el interés por ideas generales (Bañón, 2010, pp. 34-35).

       8. Debates electorales televisados en Brasil

      El primer debate electoral televisado entre candidatos a la presidencia de Brasil se desarrolló en las elecciones de 1989. No obstante, como varios autores lo señalan, existieron experiencias previas de debates entre candidatos en jurisdicciones menores. En 1989, y por primera vez en 29 años, los brasileños acudirían a las urnas para el ejercicio del voto directo con la presentación de 23 candidaturas.

      El sistema electoral prevé la posibilidad de dos vueltas (turnos) electorales y se acostumbra a organizar debates tanto en primera como en segunda vuelta. El primer debate electoral para la primera vuelta se llevó a cabo el 17 de junio de 1989 y fueron invitados once candidatos, de los cuales dos se abstuvieron de participar: Ulysses Guimarães y Fernando Collor de Mello. Los resultados de la primera vuelta pusieron en directa competencia a Luiz Inácio Lula da Silva, por el Partido de los Trabajadores, y a Fernando Collor de Mello, en representación del Partido de Reconstrucción Nacional.

      En los debates, que están disponibles en internet, se observa que el formato del primero estaba organizado en tres grandes bloques: un primer bloque de presentación y respuesta a una pregunta planteada por la emisora organizadora del debate, un segundo y tercer bloque de preguntas y respuestas entre los candidatos, y un cuarto bloque final con preguntas por parte de los periodistas.

      Como parte de la campaña de la segunda vuelta electoral, se desarrollaron dos debates electorales patrocinados por las cuatro emisoras más importantes de Brasil (Manchete, Bandeirantes, Globo y SBT). El primero tuvo lugar en los estudios de TV Manchete, en Río de Janeiro, y el segundo se llevó a cabo en la ciudad de São Paulo, en los estudios de TV Bandeirantes.

      Leite (2003) señala que el inicio de los debates presidenciales es más recordado por el escándalo en la manipulación de las imágenes que por su realización. La controversia surgió en el último debate de la serie, que se produjo a pocos días de la jornada electoral. Al día siguiente de la emisión en vivo, los noticieros de TV Globo presentaron una edición del debate electoral que seleccionaba los momentos más importantes del evento, la cual fue muy cuestionada con el argumento de que se privilegiaba el desempeño de Collor de Mello y que, además, se le favorecía con la exposición de un minuto y medio más que al candidato Lula. El Partido de los Trabajadores interpuso una queja ante el Tribunal Electoral que fue desestimada. Asimismo, en la sede de Río de Janeiro de la emisora Globo, actores y artistas de la televisora protestaron contra la edición. De acuerdo con las memorias de TV Globo, los responsables del noticiero trataron el debate siguiendo los criterios de edición de un partido de fútbol, esto es, seleccionando los mejores momentos de cada tiempo. Admiten, a su vez, que la idea era que quedase claro que Collor de Mello había sido el ganador del debate. La televisora argumenta que las noticias posteriores al debate afirmaban que la performance de Lula no había sido la mejor. Como conclusión de tal episodio, la emisora reconoció que ello provocó un daño a su imagen, razón por la cual se adoptó como norma institucional no editar los debates políticos, además de afirmar que los debates, al ser una confrontación de ideas, no pueden ser tratados como partidos de fútbol (O’Globo, 2012, sección de Debate Collor X Lula). Cabe agregar que la situación era particularmente interesante dado el empate técnico entre ambos candidatos; analistas políticos de aquel entonces sostienen que la cobertura periodística posdebate fue crucial en el triunfo del candidato Collor de Mello (Leite, 2003, p. 14).

      Luego de aquel controvertido inicio, no se propiciaron debates electorales entre candidatos presidenciales hasta 2002. En las elecciones de 1994 y 1998, el candidato Fernando Henrique Cardoso se negó a participar de los debates electorales. En contraste, el año 2010 se caracterizó por el despliegue de hasta diez debates electorales, entre los que se produjo por primera vez un debate online organizado por el diario Folha do S. Paulo y el portal UOL el 18 de agosto de 2010 (Vasconcellos, 2011, p. 1).

      Un aspecto crucial para la consolidación institucional de los debates electorales en Brasil ha sido el papel jugado por los más grandes broadcasters del país.

      Record, Bandeirantes e Globo tiveram papel fundamental na transformação dos acontecimentos em verdadeiros media events, dando-lhes tratamento mediático de acordo: publicidade, horário nobre, seleção de seus maiores nomes para apresentação/mediação, criando um ambiente que deixasse explícita sua singularidade e relevancia. (Leite, 2003, p. 14)5

      En líneas generales, se puede señalar que los debates presidenciales brasileños se caracterizan por organizarse en forma de series a través de las cuales las grandes emisoras se reparten el patrocinio, lo que da pie a la proliferación de los mismos. Otro común denominador en dichos eventos es la presencia del periodismo como actor que propone preguntas a los candidatos. También se aprecia una moderada evolución en el uso del lenguaje televisivo; si bien predominan los planos medios y la cámara fija, hay experiencias puntuales de apertura de encuadres y mayor movilidad de la cámara en el debate de segunda vuelta entre el candidato Lula da Silva y el candidato Serra, lo que les dio la posibilidad de moverse en el escenario. Además, se observa un mayor empleo de la tecnología en la explicación de las reglas, dinámicas y formatos de los debates. Finalmente, se incluye la representación del electorado, ya sea a través de la presencia selecta de público (2002) o de preguntas formuladas previamente por los ciudadanos.

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       9. Debates electorales televisados en México

      El СКАЧАТЬ