Figuraciones contemporáneas de lo absoluto. AAVV
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Название: Figuraciones contemporáneas de lo absoluto

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Oberta

isbn: 9788437086866

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СКАЧАТЬ segundo lo dialéctico o lo negativo, sea preciso impregnar de dialéctica negativa al mundo para que se convulsione. Basta con hacerse cargo de la negatividad inherente al momento especulativo. Por tanto, la dialéctica no es la introducción, sino el reconocimiento, la activación de aquello que es ínsito en su mismo corazón, que es su negatividad. Por eso, veremos que no se trata de cultivar activamente la maldad. Somos partidarios de la bondad, de ser activamente buenos. El bien decir, el bendecir, es el que reconocerá inmediatamente la negatividad inherente en lo que hay. Si esto es así, con este trabajo la esencia negativa se muestra como la potencia propiamente dicha de la comunidad y como la fuerza de su autoconservación. Así que el proceso que les propongo es que vayamos, de la mano de Hegel, en este texto que nos conduce de las guerras al matrimonio. Y tal es el camino que nos corresponde hacer.

      Lo que sí interesa a nuestros efectos es esta relación sin mezcla, porque es en el amor, en la confianza y en la comunidad de la totalidad de la vida individual en donde se sostiene esta relación que llamamos ahora matrimonio. Y nos va a interesar, de todas estas relaciones que ya están en la palabra matrimonio, la relación entre el hermano y la hermana –y no solamente la relación entre el marido y la esposa–. Porque la familia no sólo tiene propiedad. Una familia –según Hegel– no puede basarse en la propiedad, dado que la propiedad es persona universal y perdurable. Tiene necesidad de una posesión permanente y segura, de un patrimonio. Así que Hegel subraya –lo sostiene él, no sólo el título que les propongo– que sin patrimonio no hay matrimonio. No habla He-gel de una propiedad más o menos asentada y asegurada, sino de algo otro. Si nos fijamos en esta relación de la posesión permanente y segura llamada «patrimonio», será la relación del hermano y la hermana –y no sólo, insistimos, la relación entre marido y esposa– la que nos va a llevar en la dirección de lo que hemos de pensar hegelianamente. Se trata de una sangre que ha alcanzado en ellos la quietud y el equilibrio. Sería muy desatinado que hiciéramos una mera lectura antropológica de la propuesta de Hegel. Sería muy desatinado que hiciéramos una lectura sociológica de la propuesta hegeliana. Sería muy desatinado que hiciéramos una propuesta en términos psicológicos de Hegel o, dicho de otro modo, sería muy desatinado que de aquí se extrajeran meras consignas para la vida particular. Ésta es una posición ontológica, que no va a afectar simplemente a la vida particular, va a afectar a la forma de vivir.

      LA PERMANENTE RECONCILIACIÓN

      Y si esto es así, lo que ahora nos importa es señalar que hay un modo de proceder que es el de reconciliar como hermanar frente a la unilateralidad. El hermano pasa de la ley divina, en cuya esfera vivía, a la ley humana. Y es necesario considerar con atención la figura singular de la hermana en la Fenomenología del espíritu. La esposa sigue siendo, quizá, la directora de la casa, la guardadora de la ley divina, pero el hermano y la hermana se sobreponen a su esencia natural. Se presentan en su significación ética como diversidades que dividen entre ambos las diferencias que la sustancia ética se da. Y aquí aparece en el texto de Hegel la figura de Antígona de Sófocles. Porque tras la muerte de un esposo, otro puede sustituirle, tras la muerte de un hijo, puede tener un segundo. Pero ya no puede esperar el nacimiento de un hermano. Será la justicia la que reduzca de nuevo a equilibrio a lo universal cuando éste se haga demasiado prepotente sobre lo singular. La armonía del mundo ético se tambalea. Familia y comunidad se oponen porque dos derechos diferentes se enfrentan. El resultado de este conflicto será la desaparición de sus esencias y de las conciencias de sí que las encarnan. Tanto la ley divina como le ley humana son vencidas por el destino, pero la verdad de este destino que encara la conciencia de sí es el hombre, el sí-mismo efectivo, que resurge escondido de esta tragedia. Para Antígona, las órdenes de Creonte son una violencia humana; para Creonte, el acto de Antígona es una desobediencia criminal. Por eso es preciso tomar conciencia de que la ley no es ajena y de que es para mí, que se agota en estar a mi servicio. Será precisa la unidad de la esencia y la potencia, es decir, del contenido СКАЧАТЬ