Redención. Pamela Fagan Hutchins
Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Redención - Pamela Fagan Hutchins страница 17

Название: Redención

Автор: Pamela Fagan Hutchins

Издательство: Tektime S.r.l.s.

Жанр: Зарубежные детективы

Серия:

isbn: 9788835429685

isbn:

СКАЧАТЬ de fondo alrededor de la cabeza de la voz ocultaba su rostro.

      Sin embargo, Ava reconoció la voz. —Jacoby, siéntate, hijo mío. Le dio una palmadita al asiento acolchado de Naugahyde que tenía a su lado. Una isla pequeña.

      Darren Jacoby, todavía con su uniforme de policía, se sentó frente a Ava, y los dos lugareños intercambiaron besos en la mejilla. Por un momento se había visto muy bien, en la oscuridad.

      —Hola, señora Connell, dijo por encima del hombro.

      Realmente no parecía querer llamarme Katie. Oh, bueno. —Hola, oficial Jacoby.

      —No puedo quedarme mucho tiempo, le dijo a Ava. —Estoy de servicio. Mi turno termina a las diez. Estoy haciendo la ronda cuando te veo. ¿Qué haces?

      —Fuimos a ver al investigador privado que me recomendaste, le dije a su perfil.

      Me devolvió la mirada, inexpresiva. —Bueno, espero que te vaya bien. Cuando vuelvas a los Estados Unidos.

      Era tan poco sutil. —Cinco días, —dije—.

      —Ten cuidado, entonces. Volvió a centrar su atención en Ava. —¿Quieres salir más tarde? Tengo Love and Basketball en DVD.

      Oh, cielos, aún menos sutil. También podría alquilar una valla publicitaria.

      —Oh, Jacoby, no puedo. Tengo una cita.

      Su mandíbula se abultó y la ira brilló en sus ojos tan rápido que casi no la capté. —Siempre hay alguien, ¿no es así, Ava? La mandíbula se relajó. Los grandes hombros se encogieron. —Bueno, en otra ocasión.

      —Por supuesto, —dijo ella.

      —Me voy, entonces.

      Él y Ava volvieron a besarse la mejilla, él se volvió e inclinó la cabeza hacia mí, y se alejó, como un gran oso pardo desde atrás. No le gustaba mucho, pero aun así me dolía por él.

      Ava puso una cara triste. —Siempre será así. No se rinde fácilmente. Sacó su teléfono y dijo: —Será mejor que compruebe mi cita. Unos pocos clics después, dijo: “Guy reservó una habitación aquí, en la colina. Una suite. Oh là là”.

      —¿Podré conocerlo? —pregunté—.

      —No. Es muy reservado con nosotros. Señaló el tercer dedo de su mano izquierda y pronunció la palabra «casado». —Ni siquiera se pone en contacto conmigo. Es como si tuviera algo con su asistente, Eduardo.

      —Lo siento, dije, porque no sabía qué más decir. Me sonó bastante engreído y horrible.

      —Oh, no hay problema, —dijo Ava, y espantó el problema imaginario con la mano. —Es un senador. La gente lo conoce. Es una isla pequeña.

      Así lo había notado.

      Pensé en cómo me sentía cuando Nick me ignoraba en público. Y ni siquiera estaba “teniendo algo” con él. Jacoby tampoco estaba con Ava, pero eso no parecía impedirle tener grandes emociones por su cita. —¿Pero no hiere tus sentimientos?

      Ava frunció los labios. —No le quiero, Katie. Es simpático, y está tratando de conseguir un piloto para un programa de televisión, protagonizado por un servidor. Conseguimos lo que queremos el uno del otro. Me gustan más los ricos que los poderosos, y él no es rico. Bebió otro sorbo de champán.

      Me acomodé el cabello detrás de la oreja. ¿Piloto de un programa de televisión? Su senador Guy tenía que ser mi compañero de copas desde mi vuelo de llegada. Decidí no mencionarlo, ya que había coqueteado conmigo sin descanso. Oye, si su acuerdo no molestaba a Ava, no iba a dejar que me molestara a mí. Tal vez sería más feliz si fuera tan desapasionado como ella. Tal vez. Pero probablemente no.

      —Entonces, ¿quién es «el tipo» equivocado, de todos modos? —dijo ella.

      —¿Qué? —pregunté, pensando por un momento que todavía estábamos hablando de Guy, ese es su nombre.

      —El que se supone que no debes anhelar.

      Ah, él. Le indiqué a la camarera que pidiera más champán. Luego, con cuidado, me abrí paso a través de la historia, tratando de no activar ninguna mina terrestre que hiciera estallar mi frágil paz de Nick.

      Ava dijo: —Estás mejor sin él. Me ocuparé de ti y te encontraré un hombre para mantener tu mente ocupada esta semana.

      —Nada de hombres, Ava.

      —¿Eh? ¿Así que vas a suspirar? Parece que no huyes demasiado de él.

      —No hay que suspirar. Estoy huyendo. De verdad.

      Ava no parecía convencida. —Si tú lo dices, Katie. Si tú lo dices.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4QAYRXhpZgAASUkqAAgAAAAAAAAAAAAAAP/sABFEdWNreQABAAQAAAA8AAD/4QOQaHR0cDov L25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wLwA8P3hwYWNrZXQgYmVnaW49Iu+7vyIgaWQ9Ilc1TTBNcENl aGlIenJlU3pOVGN6a2M5ZCI/PiA8eDp4bXBtZXRhIHhtbG5zOng9ImFkb2JlOm5zOm1ldGEvIiB4 OnhtcHRrPSJBZG9iZSBYTVAgQ29yZSA3LjEtYzAwMCA3OS5kYWJhY2JiLCAyMDIxLzA0LzE0LTAw OjM5OjQ0ICAgICAgICAiPiA8cmRmOlJERiB4bWxuczpyZGY9Imh0dHA6Ly93d3cudzMub3JnLzE5 OTkvMDIvMjItcmRmLXN5bnRheC1ucyMiPiA8cmRmOkRlc2NyaXB0aW9uIHJkZjphYm91dD0iIiB4 bWxuczp4bXBNTT0iaHR0cDovL25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wL21tLyIgeG1sbnM6c3RSZWY9 Imh0dHA6Ly9ucy5hZG9iZS5jb20veGFwLzEuMC9zVHlwZS9SZXNvdXJjZVJlZiMiIHhtbG5zOnht cD0iaHR0cDovL25zLmFkb2JlLmNvbS94YXAvMS4wLyIgeG1wTU06T3JpZ2luYWxEb2N1bWVudElE PSJ4bXAuZGlkOjcwMzRjMGJkLTA3YzgtNDUwMS05NzhlLTZhMzU0OTg1Y2RhZCIgeG1wTU06RG9j dW1lbnRJRD0ieG1wLmRpZDpFODI1MEQ0NzFGNTUxMUVDODVDNkYzOUNBNTlGQkExMSIgeG1wTU06 SW5zdGFuY2VJRD0ieG1wLmlpZDpFODI1MEQ0NjFGNTUxMUVDODVDNkYzOUNBNTlGQkExMSIgeG1w OkNyZWF0b3JUb29sPSJBZG9iZSBQaG90b3Nob3AgQ0MgMjAxNSAoTWFjaW50b3NoKSI+IDx4bXBN TTpEZXJpdmVkRnJvbSBzdFJlZjppbnN0YW5jZUlEPSJ4bXAuaWlkOjg4OWUzYzhkLWUzYmMtNDQz MC04NjkwLTcyN2FmZWM5YTA3MSIgc3RSZWY6ZG9jdW1lbnRJRD0iYWRvYmU6ZG9jaWQ6cGhvdG9z aG9wOjA3MWNiYjQ2LTAwYTItODE0Zi1hNjk1LTJjMzRlNmI4N2EyMyIvPiA8L3JkZjpEZXNjcmlw dGlvbj4gPC9yZGY6UkRGPiA8L3g6eG1wbWV0YT4gPD94cGFja2V0IGVuZD0iciI/Pv/uAA5BZG9i ZQBkwAAAAAH/2wCEAAYEBAQFBAYFBQYJBgUGCQsIBgYICwwKCgsKCgwQDAwMDAwMEAwODxAPDgwT ExQUExMcGxsbHB8fHx8fHx8fHx8BBwcHDQwNGBAQGBoVERUaHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8f Hx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fHx8fH//AABEICowHCAMBEQACEQEDEQH/xADpAAACAgMB AQEAAAAAAAAAAAAAAQIDBAUGBwgJAQEBAQEBAQEBAQAAAAAAAAAAAQIDBAUGBwgQAAEDAwIDBQMG BQkTBwgHCQEAAgMRBAUhEjFBBlFhIhMHcYEUkaEyQiMIsVJiFTfBcjNzJLR1Fhjw0eGCkqKy0kOT s9OElNRVtVYX8VODNHQ1NmNUpMQlhZVGwqPjRGTkpSZ СКАЧАТЬ