Caballeros del rey. Jorge Sáiz Serrano
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Название: Caballeros del rey

Автор: Jorge Sáiz Serrano

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Oberta

isbn: 9788437084336

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СКАЧАТЬ de 1435: la flota real que salió al encuentro de una armada genovesa caía derrotada y el rey, sus hermanos y los numerosos nobles e integrantes de su corte que le acompañaban fueron capturados y enviados al duque de Milán, Filipo María Visconti, señor nominal de Génova. Sin embargo la habilidad diplomática del rey pudo transformar su derrota y captura en una alianza y una liberación:[99] un pacto con el duque de Milán en octubre de 1435 (por el que el duque respaldaría al Magnánimo en la conquista de Nápoles y éste al duque contra el condottiere Sforza y el papado, repartiéndose sus áreas de influencia en Italia, Milán al norte y Nápoles al centro-sur) dejaba al rey las manos libres para continuar la guerra.

      De regreso a las operaciones armadas Alfonso V tuvo que combatir entre 1436 y 1440 a cuatro rivales esenciales: desde un principio a los nobles pro-angevinos (la guerra napolitana era una pugna de bandos nobiliarios); al papado (Eugenio IV), señor nominal del reino napolitano, decidido a impedir el triunfo aragonés actuando, entre el otoño de 1437 y febrero de 1438, a través de su brazo armado, el patriarca-condottiere Vitteleschi; pero también desde 1438 al propio René d’Anjou quien, libre de su cautiverio borgoñón, se puso al frente de barones locales, recibió un decidido apoyo de Génova, sublevada contra el dominio milanés, y atrajo a su causa a un condottieri reputado como Jacobo Caldora; y, finalmente, a la amenazante presencia en el norte del reino del condottiere Francesco Sforza, señor de la marca de Ancona, región de los estados pontificios fronteriza con el reino napolitano –donde también disponía de importantes señoríos–, interesado en consolidar su poder local y quien sería atraído tardíamente a la causa angevina. Para el monarca la guerra se presentaba dura y larga. La isla de Ischia junto con Gaeta, tomada por el infante Pedro el 25 de diciembre de 1435, se convirtieron en las principales bases de los ejércitos y galeras del rey. Inicialmente fracasó en su intento por acabar pronto la contienda con un golpe decisivo (fallido asedio de Nápoles en otoño de 1438 en el que pereció su hermano, el infante Pedro); pero la inesperada muerte de Jacobo Caldora (noviembre de 1439) favoreció la decisión real de ir estrechando un cerco sobre Nápoles que comenzó con las operaciones de 1439-1440: las conquistas de Acerra (diciembre de 1439), Aversa (enero de 1440) y Benevento (diciembre de 1440) extendían una tenaza sobre la capital casi insalvable.