Название: El aborto
Автор: Lizzie Ling
Издательство: Bookwire
Жанр: Религия: прочее
isbn: 9788412393934
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Imagina a un médico en el ala de neonatología que pasa muchas horas tratando de salvar la vida de un bebé prematuro. En el ala de al lado, un compañero está acabando con la vida de un bebé totalmente sano en el útero de la misma edad gestacional. Un tercer médico, en una clínica del mismo hospital, está tratando de ayudar a una pareja infértil que está desesperada por tener su propio bebé. Por desgracia, estas escenas están relacionadas, ya que, al tratar de resolver nuestros problemas, hemos creado más.14
La práctica médica no es la única en la que se refleja esta contradicción, sino que también la vemos en dos áreas más: el lenguaje que usamos y las leyes que creamos.
EL LENGUAJE QUE USAMOS
Cuando Meghan Markle, la Duquesa de Sussex, anunció su embarazo, todo el mundo estaba encantado. Es como si su bebé ya hubiese nacido: la prensa debatía cómo se llamaría y a qué escuela iría. Si le hubiese pasado algo a Archie durante el embarazo, el dolor nacional e internacional hubiese sido enorme. Ya era un niño.
En la clínica prenatal, asumen lo mismo. Los padres, absortos en las imágenes de la ecografía, se maravillan al ver los dedos de la mano y del pie de su bebé. ¿Es un niño o es una niña? ¿Qué nombre le pondrán? ¿Qué harán? Hay una sensación de anticipación y celebración.
Sin embargo, esto no es lo que ocurre en la clínica de abortos. Allí también les harán una ecografía a las madres, pero en este caso la pantalla mira hacia el otro lado. Al no verlo es más fácil suprimir la verdad de lo que está ocurriendo y evitar parte del dolor. Por razones parecidas, se refieren al bebé como un “embarazo” cuando hablan, y al acto del aborto como a “vaciar el útero” o “interrumpir el embarazo”. La realidad de la situación no ha cambiado, pero el efecto de transformar la terminología es que han suavizado el procedimiento y han deshumanizado al niño —lo que hace que sea más fácil llevar a cabo el aborto—.
A veces, el lenguaje se cambia por compasión (incluso si es erróneo y a corto plazo). En ocasiones, se altera para manipular. Sea cual sea la razón, debemos reconocer que las palabras que usamos tienen poder. Cuando las repetimos una y otra vez, pueden producir de manera sutil grandes cambios en la manera en la que pensamos. Debemos ser conscientes de esto y tener cuidado con el lenguaje que usamos.
LAS LEYES QUE CREAMOS
Es evidente también que hay contradicciones en las leyes que creamos, las cuales se han basado por tradición en los principios judeocristianos. Estos principios valoran la vida y la protección del débil. Sin embargo, la legislación se ha apartado de estos principios para dar cabida al aborto y, al hacerlo, las leyes y el pensamiento que las respalda se han vuelto contradictorios.
La ley, históricamente, ha protegido la vida de los no nacidos. En la actualidad, en Estados Unidos, la Ley sobre la violencia contra víctimas no nacidas (2004) es una ley federal que reconoce a un bebé no nacido como víctima legal si le matan o lesionan al perpetrar algunos de los 60 crímenes violentos enumerados en dicha ley. En el Reino Unido, existe un delito legal de “destruir la vida de un niño” para alguien que mata a un no nacido que era capaz de nacer vivo. La ofensa conlleva una posible cadena perpetua, al igual que ocurre con el asesinato.
No obstante, en los últimos 50 años, las cosas han cambiado de manera dramática en el mundo occidental y los no nacidos ya no reciben la protección de la que una vez disfrutaron. En un gran número de países, el aborto es legal bajo una serie de circunstancias. Y, en la práctica, esto supone que el aborto está disponible bajo demanda. En Estados Unidos, el caso Roe contra Wade25fue crucial en 1973. En el Reino Unido, fue la Ley del aborto de 1967. Ambas produjeron un aumento drástico del número de abortos realizados.
Uno de los factores que provocó el cambio fue el movimiento feminista y la lucha por la igualdad de género, aunque también las angustiosas historias de abortos clandestinos peligrosos y con terribles resultados supusieron una fuerte influencia.36Detrás de todo ello se encuentra el abandono de la cosmovisión cristiana.
En el Reino Unido, bajo los términos de la Ley del aborto de 1967, este se permite durante todo el embarazo si la madre está bajo peligro, si es probable que sufra daños serios y permanentes, o si es posible que el bebé nazca con una discapacidad grave. Una persona puede abortar por motivos mucho menos restrictivos hasta las 24 semanas de gestación, por lo que el aborto, en la práctica, es a demanda hasta ese momento. En 1967, se podía abortar originalmente hasta las 28 semanas, pues, en aquel momento, se consideraba que era el “límite de la viabilidad” —la edad a la que, si el bebé naciese, podría tener posibilidades de sobrevivir—. En 1990, lo redujeron a 24 semanas como resultado de la Ley de fertilización humana y embriología. Sin embargo, en la actualidad, con los avances en el cuidado neonatal, los bebés sobreviven a partir de las 22 semanas de gestación y abundan en el ala de neonatos aquellos que nacen entre las 22-24 semanas de gestación, muchos sobreviven sin ninguna complicación relacionada con el nacimiento prematuro.
En Estados Unidos, cada Estado puede imponer restricciones a la ley federal que legalizó el aborto. A menudo, cambiar estas leyes estatales causa una gran controversia y provoca que se presenten apelaciones a los tribunales superiores.
En el plano internacional, las leyes respecto al aborto varían según el país, pero, en general, se dirigen hacia una relajación y liberalización de las medidas. Sin embargo, Polonia es una excepción llamativa. En 1993, este país eliminó de la legislación una cláusula que permitía el aborto para mujeres que “viviesen en circunstancias difíciles”, que, en realidad, permitía el aborto a demanda. En la actualidad, en Polonia, el acceso al aborto es mucho más complicado y solo es legal si el embarazo supone una amenaza grave para la salud de la madre, como resultado de un acto criminal (como una violación) o si los análisis prenatales confirman que el feto tiene problemas graves e irreversibles.NT7

N. de la T. Véase, por ejemplo: https://www.lavanguardia.com/vida/ junior-report/20210201/6209063/polonia-limita-forma-total-aborto. html
DOS PUNTOS DE VISTA
Desde el punto de vista general, la opinión acerca del aborto se ha polarizado en dos bandos, de los que se oye hablar y debatir en los medios de comunicación y en la política.
Un bando, que se describe a sí mismo como “proelección”, cree que el derecho de la mujer a elegir prima sobre cualquier derecho que pueda tener el bebé. La frase “es mi cuerpo, es mi decisión”, describe la postura proelección. No es difícil empatizar con algunos de los aspectos de esta postura. Después de todo, las mujeres cargan con el peso del embarazo y de dar a luz y, en la mayoría de los casos, con la responsabilidad diaria de criar al niño o niña. Además, también están las consecuencias para las aspiraciones futuras de la mujer: sus esperanzas, sus sueños, su carrera profesional y su estilo de vida. Incluso es posible que no haya elegido quedarse embarazada.
El otro bando es el СКАЧАТЬ