Название: E-Pack Jazmin Especial Bodas 2 octubre 2020
Автор: Varias Autoras
Издательство: Bookwire
Жанр: Языкознание
Серия: Pack
isbn: 9788413752334
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Cisco se alegró de que Jake se hubiera convertido en un médico capaz de cuidar a un tipo que le había hecho la vida imposible en su juventud.
Por lo visto, le había perdonado sus pecados. Seguramente, porque no conocía ni la mitad.
–Hay que llevarlo a un hospital, ¿verdad?
Jake entrecerró los ojos y respondió:
–Digamos que no puedo hacerme cargo de él.
–Eso no es una respuesta.
–Easton, sabes perfectamente que la ley me impide hacer otra cosa. Lo siento mucho. Tengo las manos atadas.
Easton hizo una mueca de desagrado. Por mucho que Jake Dalton le gustara, odiaba todo lo que representaba: los médicos, los hospitales, el olor de los antisépticos y la enfermedad con su presencia constante.
Pero, sobre todo, odiaba el sentimiento de pérdida.
Tenía la impresión de que cada vez que trataba con un médico, perdía a alguien. Había empezado con la muerte de sus padres, cuando ella solo era una adolescente estúpida que creía tener un control total de su universo.
Su padre falleció en el acto la noche de aquel enero tormentoso en que su coche chocó frontalmente con otro.
Su madre sobrevivió al accidente y la llevaron a un hospital de Idaho Falls, donde tuvo ocasión de verla; pero Janet Springhill falleció en la mesa de operaciones.
Más tarde, Guff sufrió un infarto. Fue ella misma quien lo encontró en el suelo del granero y le prestó los primeros auxilios mientras esperaba la llegada de la ambulancia, pero murió durante el trayecto a Idaho Falls. Easton, que los seguía en su coche, se enteró cuando llegaron a su destino.
Luego, Jo enfermó de cáncer y recibió tratamiento en ese mismo hospital, donde murió dieciocho meses después.
Estaba harta de tanto dolor. Cansada de tantas pérdidas.
Por supuesto, Easton era consciente de que los hospitales también eran lugares asociados con la vida; a fin de cuentas, había estado presente cuando Mimi dio a luz a Abby. Pero su experiencia general no podía ser más negativa.
–Se niega a que lo llevemos a un hospital –continuó Jake–. Le he dicho que se puede quedar en el pueblo si alguien cuida de él.
Easton dio por sentado que ese alguien tendría que ser ella.
–¿Qué cuidados necesita?
–Fundamentalmente, que alguien se ocupe de que descanse lo suficiente y no haga tonterías –respondió Jake.
–Eso es muy fácil de decir –murmuró ella, sacudiendo la cabeza–, pero sospecho que no va a ser tan fácil de hacer.
–Haz lo que puedas. Cisco tiene que descansar para recuperarse de esa infección. Pero, si le sube la fiebre, avísame de inmediato.
–Por supuesto.
Jake la miró con expresión sombría. Easton conocía muy bien esa expresión; la preocupación por sus pacientes y por las personas que cuidaban de ellos era una de las grandes virtudes del único médico de Pine Gulch.
–Te daré el mismo consejo, East. Tómatelo con calma. Si no puedes con él, contrata a alguien del pueblo para que cuide a nuestro amigo.
Easton pensó que su idea era bastante razonable; estaba demasiado ocupada para cuidar de Francisco y de una niña pequeña. Pero, por otra parte, Cisco le había pedido ayuda; había ido al rancho porque la necesitaba. Y era la primera vez en diez años que acudía a una persona de su familia cuando tenía un problema.
–Creo que me las arreglaré. Solo serán unos días. He hablado con Burt y me ha dicho que los chicos y él podrán cuidar del rancho.
–¿Estás segura?
–Deja de preocuparte por mí, Jake. No soy tu paciente –respondió.
Easton le dedicó una sonrisa llena de cariño. Le estaba muy agradecida por su apoyo durante la enfermedad de Jo. De no haber sido por él y por la enfermera del hospital, Tess Claybourne, quien después se casó con Quinn y se convirtió en Tess Southerland, no habría sido capaz de soportar aquellos días.
–Está bien… pero no te agobies demasiado, Easton. Tienes la fea costumbre de preocuparte por todos excepto por ti misma.
Ella reaccionó con una mueca burlona.
–Oh, vamos. No me dirás que soy la única persona en esta habitación que tiene ese defecto, ¿verdad?
–Buena respuesta, East –ironizó Jake–. Pero asegúrate de que se toma sus medicinas y llámame inmediatamente si tienes alguna duda o su estado empeora.
–Lo haré.
–En tal caso, dejaré que te lo lleves. Estará contigo dentro de un minuto.
–Gracias, Jake.
Jake sonrió y la dejó en la sala de espera para atender a otros pacientes. Como era el único médico de la localidad, siempre estaba ocupado.
–Es un gran hombre, Isabela; el tipo de hombre en el que te deberías fijar cuando crezcas. Una persona encantadora y digna de confianza.
La niña sonrió y Easton sintió una punzada en el pecho. Tenía miedo de encariñarse con ella, porque Cisco la llevaría con su familia cuando se recuperara.
Segundos más tarde, la puerta de la clínica se abrió y apareció un hombre alto, uniformado y de cabello rubio. Era el jefe de policía de Pine Gulch.
Los ojos verdes de Trace Bowman se iluminaron al verla.
–¡Easton! ¡Qué sorpresa!
Trace se acercó y le dio un beso en la mejilla. Olía muy bien a jabón y a loción para después del afeitado.
–¿Qué ocurre? ¿Estás enferma? –continuó–. ¿De quién es esta maravilla?
Isabela lo miró con fascinación y se rio cuando Trace empezó a hacer el tonto para ganársela.
–Oh, es una larga historia… Pero no te preocupes, no estoy enferma –respondió ella–. ¿Y tú? ¿Qué haces en la clínica?
Trace se encogió de hombros.
–He venido a hablar con Jake sobre uno de sus pacientes de la semana pasada. Nuestro amigo sospecha que era víctima de abusos y quiero informarle del estado de la investigación –respondió.
Easton maldijo a Cisco para sus adentros por haberse presentado justo entonces. Estaba empezando a salir con Trace y era evidente que los dos deseaban llegar más lejos.
Le gustaba mucho; más que ninguno de los hombres con los que había salido. Tenía conversación, escuchaba sus opiniones y era fiable. СКАЧАТЬ