Название: El único e incomparable Bob
Автор: Katherine Applegate
Издательство: Bookwire
Жанр: Книги для детей: прочее
Серия: Ficción juvenil
isbn: 9788412199017
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Había un pequeño agujero en una esquina del cerco de Iván. Él estaba profundamente dormido, acurrucado con un animal de peluche desgastado que parecía un gorila cansado.
Estaba roncando y, caramba, ese tipo roncaba como todo un profesional. En su palma abierta había un trozo de plátano, el cual —todavía siento escalofríos cuando pienso en ello— comí de inmediato, directo de su mano.
El gorila podría haber juntado los dedos y yo habría estallado como un globo de líquido perruno. Pero él siguió durmiendo.
Y luego —espera, siento más escalofríos, porque o estoy desquiciado o soy el perro más valiente del planeta, tal vez un poco ambas cosas— salté sobre su gran barriga peluda y redonda.
Así es. Escalé el Monte Iván.
De locos, lo sé. No tengo ni idea de lo que estaba pensando. Tal vez estaba tan agotado que perdí un poco la razón. Tal vez fue que la tremenda barriga se veía tan cálida y acogedora que supuse que valía la pena correr el riesgo.
Hice mi baile de cama. Los perros no nos sentimos bien hasta que hacemos uno de esos bailes rápidos antes de echarnos a dormir.
Una vez que todo estaba en orden, me acosté, formé un pequeño bulto de cachorro y remonté las olas sobre esa barriga como un diminuto y endeble bote en un inmenso océano marrón.
Cuando Iván abrió los ojos, a la mañana siguiente, no pareció sorprenderse de encontrar a un cachorro roncando sobre su vientre. Se negó a moverse hasta que yo desperté.
Creo que estaba tan contento como yo de haber encontrado un nuevo amigo.
La increíble historia del mejor
amigo del hombre
Antes de que pasara mucho tiempo, Iván y yo nos convertimos en los mejores compañeros.
Somos una pareja poco común, por supuesto. Iván es callado y sereno, un filósofo, un artista. Desearía poder ser más así. Nadie me ha acusado nunca de ser sensato.
¿De ser temperamental? Por supuesto.
Y no puedo hablar con palabras bonitas, como Iván. Soy un perro callejero, después de todo. Y me siento orgulloso de serlo.
Aun así, estamos conectados de una manera que nunca he conseguido con los humanos.
¿“El mejor amigo del hombre”? De ninguna manera. ¿“El mejor amigo del gorila”? Puedes apostar por ello.
Me parece que la primera vez que escuché esa frase —“El mejor amigo del hombre”— fue mientras veía la televisión con Iván.
En algún momento, Iván tuvo un pequeño televisor, y veíamos un montón de cosas juntos. Películas viejas o de vaqueros, dibujos animados, lo que se te ocurra. El pobre grandullón se encontraba atrapado en una jaula diminuta y no tenía mucho más que hacer más allá de lanzar sus “bolas de mí” a los boquiabiertos humanos.
El caso es que Iván y yo éramos grandes admiradores de la televisión. Anuncios de comida para gatos. Concursos de bolos. Operación Triumfo. ¿Qué más se podría pedir?
Una vez vimos un programa especial en el canal de naturaleza. Se llamaba La increíble historia del mejor amigo del hombre. Todo el programa era sobre perros famosos. Había perros de rescate y perros de terapia y perros de guerra y perros bomberos y perros actores y estos perros y aquellos perros. Y aquí, entre nos, la mayoría eran simplemente canes triunfadores.
Luego hablaron de este perro llamado Hach-no-sé-qué. ¿Hach-chico, tal vez? Parece que su dueño murió (sólo por curiosidad, me opongo a la palabra “dueño”, pero dejemos ese detalle de lado por ahora), y Hach-no-sé-qué se sentó durante más de nueve años en el mismo lugar, en la misma estación de tren, día tras día, esperando a que éste regresara.
La cosa es que el narrador hablaba sin parar sobre este perro, y todo lo que decía eran verdaderas exageraciones: ¡Qué leal! ¡Qué cariñoso! ¡Saca los pañuelos! ¡Bla, bla, bla, y más bla, bla, bla! ¡El mejor amigo del hombre!
Y a Hach-no-sé-qué le hicieron su propia estatua. No es broma.
Al perro que se sentó alrededor de nueve años a esperar a un hombre muerto.
En mi opinión
Ese perro era un bobo.
Un zopenco.
Un tonto.
Soy tuyo
Déjame hablarte sobre ser El mejor amigo del hombre.
Ser El mejor amigo del hombre significa un montón de cosas. Compañerismo. Caricias en la barriga. Pelotas de tenis.
Pero también puede significar una autopista oscura e interminable, y una ventana abierta de una camioneta.
Puede significar el olor del viento húmedo cuando unas manos agarran la caja en la que te encuentras con tus hermanos y hermanas, y sales volando hacia la cruel noche y aun así, aun así y por más disparatado que parezca, tú estás pensando: Pero soy tuyo, soy tuyo, soy tuyo.
Nadie
Eso es lo que puede proporcionarte ser El mejor
amigo del hombre.
Una carretera oscura.
Una caja vacía.
Y no tener a nadie en el mundo, salvo a ti mismo.
Primeros días
No recuerdo mucho de mis primeros días como cachorro. Eso fue hace tres años, pero a veces siento como si hubiera sido hace trescientos. Sobre todo, recuerdo haber peleado con mis hermanos por el mejor lugar para comer. Muchos retorcimientos y quejidos. Un tumulto suave con olor a leche. Como si fuéramos un solo animal, grandioso y enorme.
Nunca conocí a papá, y mamá no nos contó mucho sobre él, excepto que era un problema. Mamá tenía un hermoso abrigo beige. Chihuahua, algo de esto,
algo de aquello. Bonita línea de sangre…
Los mestizos son los mejores.
Mamá nos cantaba. Nos narraba historias. Establecía las reglas.
Me pregunto si sabía que no tendría mucho tiempo para prepararnos para el mundo.
Nacimos en un lugar oscuro. Tal vez bajo las escaleras de un porche, porque recuerdo el sonido de botas subiendo y bajando, el horrible y penetrante hedor de los pies humanos.
Ellos llamaban Reo a mamá. Y la alimentaban casi a diario, aunque algunas veces ella debía buscar sola su comida.
Nunca СКАЧАТЬ