Mitología Inca. Javier Tapia
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Название: Mitología Inca

Автор: Javier Tapia

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

Серия: Colección Mythos

isbn: 9788418211102

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СКАЧАТЬ Pacha, porque en el fondo no servían para nada ni merecían perdón.

      El puma sagrado, símbolo de Kay Pacha

      Los buenos y los justos ascenderían a Hanan Pacha, pero los impíos debían ir a otro lugar donde no echaran a perder la creación de Viracocha.

      Entonces creó a Uku Pacha, el mundo de abajo, el hogar de los muertos indignos, de los niños abortados, de las mujeres que traicionaban el linaje, de los hombres que no merecían los bienes ni los dones, e incluso de las bestias y los seres viles, como las serpientes rastreras, las cuevas asesinas, las plantas inservibles, la oscuridad malvada y las almas aviesas y débiles.

      En Uku Pacha habitaba una serpiente gigantesca, cruel y voraz, que devoraba a los peores hombres y mujeres que en el mundo terrenal, Kay Pacha, habían sido de lo peor, quitándoles así, además del cuerpo, el alma.

      Viracocha tuvo todo dispuesto antes de crear a la Pachamama y al hombre, porque pensó en todo y así no faltara nada.

      El Gran Viracocha tres mundos creó:

      Hanan Pacha.

      Kay Pacha.

      Uku Pacha.

      En el primero irían las estrellas y los dioses, junto a la promesa de la elevación.

      En el segundo se asentarían los seres vivos.

      En el tercero habitarían los demonios y los seres indignos.

      No hay engaño.

      Quien conoce los designios de Viracocha sabe su porvenir.

      Todo nos dio Viracocha para poder regresar a su lado, y ser dioses como los incas que nos señalan el camino.

      El inca está de paso en esta vida de Kay Pacha, pues su verdadero lugar está en Hanan Pacha, que es donde habita su alma y simiente divina.

      El que no es inca irá a Uku Pacha al terminar sus días.

      Así creó Viracocha al universo, y así seguirá para siempre jamás.

      Aunque oficialmente Viracocha es el dios supremo y creador de todas las cosas, en otras leyendas y cantares andinos su supremacía no es tan clara, ya que a otras deidades, como a Amaru, también se les considera divinidades creadoras.

      Cantar de Amaru

      Todo blanco como la piedra de cal, Amaru navegaba entre los fuegos y las aguas de los cielos.

      Iba encendiendo luces y regando vida, limpiando y preparando los terrenos para la siembra de las semillas.

      De las semillas brotaban pachas que afianzaban sus piedras con las raíces para no deshacerse en los cielos.

      Así nació Pachamama, con Quilla (la Luna) como compañera.

      Amaru estaba contento y quiso bajar hasta Pachamama, dejando su tea en el cielo y trayendo el agua consigo.

      De esa agua nació el lago Titicaca, donde Amaru hizo su casa y formó, para no estar solo, a una raza de gigantes, casi tan grandes como él.

      Pero los gigantes no eran listos ni tenían corazón.

      Amaru iba en su nave por el lago, triste porque los gigantes no lo amaban ni se comportaban bien entre ellos, y tenían pensamientos de destrucción y venganza, pero los gigantes eran fuertes y rijosos, blancos y casi tan altos como él, así que en lugar de enfrentarlos cuerpo a cuerpo, los engañó para que entraran al agua.

      Los gigantes no sabían nadar y recelaron, pero Amaru se paró en medio del lago para que vieran que no lo cubría el agua, y entonces se animaron a mojarse las piernas.

      No se dieron cuenta que el cuerpo de Amaru era como el de un pez de cintura para abajo. Amaru se había transformado para flotar en el agua.

      Cuando los gigantes ya estaban dentro, Amaru hizo que de la tea del cielo cayeran muchos rayos y que las aguas del lago aumentaran.

      Los gigantes querían salir, pero no podían porque los pies los tenían hundidos en el lago. Entonces se dieron cuenta del engaño y quisieron atrapar a Amaru para que se ahogara con ellos.

      Amaru entonces hizo que su cuerpo fuera ágil y escurridizo como el de una serpiente, y así se les escapaba de las manos.

      La tormenta no cesaba y el lago empezaba a parecer un mar.

      Muchos gigantes empezaron a ahogarse, pero algunos, los más grandes, resistían y perseguían a Amaru para matarlo.

      La cabeza de Amaru se volvió roja y como de águila, y de la espalda le brotaron grandes alas que agitó con fuerza para salir volando antes de que lo alcanzaran.

      El lago Titicaca creció tanto que acabó por tragarse a todos los gigantes. No quedó ni uno solo para muestra.

      Sus carnes y sus huesos se disolvieron con el tiempo, y ahora son sedimento.

      Amaru, apesadumbrado por su pérdida, bajó al mundo interior para limpiarlo de los restos de los gigantes, luego subió al cielo, y desde entonces baja y sube del cielo a la tierra para comunicar a los dioses con los seres del mundo material, y al mundo interior para hacer limpieza, con sus grandes alas, cuerpo de serpiente, cola de pez y cara de llama.

      Del aliento de Amaru nació la humedad de las montañas para que nunca sufran sequía.

      Amaru, representación artística

      Con sus rayos horadó las piedras para que corriera el agua y se formaran los manantiales.

      Con el fuego limpia la tierra y labra la piedra, y de las entrañas de la Tierra saca los metales.

      Amaru dio cabeza a los hombres y sabiduría a las mujeres, para que nunca fueran ingratos con los dioses y se ayudaran entre ellos.

      Mucho aprendió Amaru de su amarga experiencia con los gigantes, y tanta fue su dedicación a la Pachamama y a sus habitantes, que se convirtió en un dios, además de astuto y señor del señuelo y el engaño, muy inteligente y muy sabio.

      Cantar de Yaku

      De agua y piedra formó el universo Yaku, con mano firme y tierna.

      De todos los lugares del universo escogió esta Tierra.

      Y de toda esta Tierra escogió a Ollantaytambo, donde todavía se puede ver su rostro barbado, como la barba del puma, labrado en la montaña.

      Yaku quiere mucho a la Tierra y a sus habitantes, sobre todo a los que viven o pasan por Ollantaytambo.

      Todo lo que le pidas a Yaku te será concedido.

      La montaña labrada de Ollantaytambo

      Yaku СКАЧАТЬ