Название: El libro de las mil noches y una noche
Автор: Anonimo
Издательство: Bookwire
Жанр: Книги для детей: прочее
isbn: 9788026834847
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Y todos tomaron parte en el gran festín, bebieron toda clase de vinos, y comieron una cantidad prodigiosa de pasteles y confituras.
Y después, rociada la sala con agua de rosas, según costumbre, se despidieron del visir y de Nureddin.
Entonces el visir mandó a sus esclavos que llevasen a Nureddin al hammam y le diesen un baño. Y el visir le regaló uno de sus mejores trajes entre sus trajes, y después le envió toallas, palanganas de cobre, pebeteros y todas las demás cosas necesarias para el baño. Y Nureddin se bañó y salió del hammam con su traje nuevo y estaba más hermoso que la luna llena en la más bella de las noches. Después Nureddin cabalgó en su mula torda, encaminándose hacia el palacio del visir, y al pasar por las calles le admiraban todos, elogiando su hermosura y la obra de Alah. Y descendió de la mula, entró en casa del visir y le besó la mano. Entonces el visir…
En este momento de su narración,
Schehrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.
PERO CUANDO LLEGO LA 20ª NOCHE
Ella dijo:
He llegado a saber, ¡oh rey afortunado!, que entonces el visir se levantó, acogiendo con júbilo al hermoso Nureddin y diciéndole:
"Entra, ¡oh hijo mío! en la cámara de tu esposa, y sé dichoso. Mañana te llevaré a ver al sultán. Y ahora sólo me resta implorar de Alah que te conceda todos sus favores y todos sus bienes".
Entonces Nureddin besó otra vez la mano del visir, su suegro, y entró en el aposento de la doncella. ¡Y sucedió lo que había de suceder! ¡Y esto fué referente a Nureddin!
En cuanto a Chamseddin, su hermano… he aquí lo que ocurrió. Terminada la expedición que hizo con el sultán de Egipto, hacia el lado de las Pirámides, regresó inmediatamente a su casa. Y se inquietó mucho al no encontrar a su hermano Nureddin. Y preguntó por él a sus esclavos, que le respondieron: "Núestro amo Nureddin, el mismo día que te fuiste con el sultán, montó en una mula enjaezada con gran lujo, como en los días solemnes, y nos dijo: "Me voy hacia la parte de Kaliubia, estaré fuera unos días, pues noto opresión en el pecho y necesito aire libre; pero que no me siga nadie.
Y desde entonces no hemos vuelto a tener noticias suyas".
Entonces Chamseddin deploró mucho la ausencia de su hermano y fué aumentando su dolor de día en día, hasta que acabó por convertirse en una aflicción inmensa. Y pensaba: "Seguramente, el motivo de que se haya marchado no es otro que aquellas palabras tan duras que le dije la víspera de mi viaje con el sultán. Y esto y no otra cosa le ha obligado a huir. Pero es preciso que repare la falta cometida contra él y que disponga que lo busquen".
Y Chamseddin fué inmediatamente a ver al sultán, y le refirió lo que ocurría. Y el sultán mandó escribir mensajes autorizados con su sello y los envió con emisarios de a caballo en todas direcciones a todos sus lugartenientes de todas las comarcas, y les decía en estos pliegos que Nureddin había desaparecido y que precisaba buscarle fuese donde fuese.
Pero transcurrido algún tiempo, todos los correos regresaron sin ninguna noticia, porque ni uno solo había ido a Bassra, donde estaba Nureddin. Entonces Chamseddin, lamentándose hasta el límite de las lamentaciones, exclamó: "¡Mía es toda la culpa! ¡Todo esto me ocurre por mi poco tacto y mi falta de discreción!"
Pero como todo tiene su término,
Chamseddin acabó por consolarse, y un día pidió en matrimonio a la hija de un gran comerciante de El Cairo, hizo su contrato con ella y con ella se casó. ¡Y sucedió lo que había de suceder!
Y se dió la coincidencia de que la misma noche que penetró Chamseddin en la cámara nupcial, fué justamente la misma en que Nureddin penetró en el aposento de la hija del visir de Bassra. Y permitió Alah esta coincidencia del matrimonio de los dos hermanos en la misma noche, para demostrar que manda en el destino de las criaturas.
Y todo se verificó, además, según lo habían combinado los dos hermanos antes de su querella, pues las dos esposas quedaron preñadas la misma noche: parieron el mismo día y a la misma hora, y la de Chamseddin, visir de Egipto, parió una niña cuya hermosura no tuvo igual en todo el país, y la de Nureddin, de Bassra, dió a luz un niño tan hermoso que no había otro como él en todo el mundo.
Ya lo dijo el poeta: ¡El niño!… ¡Cuán delicado es!… ¡Y qué gentil! ¡Y qué gracioso!… ¡Beber su boca! ¡Beber esta boca hace olvidar las copas llenas y los vasos desbordantes! ¡Beber en sus labios, apagar la sed en la frescura de sus mejillas y mirarse en el manantial de sus ojos, es olvidar la púrpura de los vinos, sus aromas, su sabor y toda su embriaguez! ¡Si viniese la misma Belleza a compararse con este niño, bajaría humillada la cabeza!
Y si le preguntáseis: "¡Oh Belleza! ¿Qué te parece? ¿Viste jamás nada semejante?" Ella contestaría:
"¡Como él, verdaderamente, ninguno!"
Al hijo de Nureddin se le llamó Hassan Badreddin, a causa de su hermosura.(1)Su nacimiento motivó grandes regocijos públicos. Y el séptimo día se dieron fiestas y banquetes dignos de príncipes.
Terminados los festejos, el visir de Bassra fué con Nureddin a ver al sultán. Entonces Nureddin besó la tierra entre las manos del sultán, y como estaba dotado de una gran elocuencia y era muy versado en las bellezas literarias, le recitó estos versos del poeta: ¡Ante él se inclina y se eclipsa el mayor de los bienechores; pues ha conquistado el corazón de todos los seres elegidos! ¡Canto sus obras, aunque no son sus obras, sino cosas tan bellas que debería formarse con ellas un collar que adornara su cuello! ¡ Y si beso la plata de tus dedos, es porque no son dedos, sino la llave de todos los beneficios! (1)Hassan: Hermano. Badreddin: Luna llena de la Religión.
Tanto gustaron al sultán estos versos, que obsequió espléndidamente a Nureddin y a su suego el visir, ignorando aún lo del matrimonio y cuanto se relacionaba con su existencia, por lo cual preguntó al visir, después de haber felicitado a Nureddin:
"¿Quién es este joven tan hermoso y tan elocuente?"
Entonces el visir contó al sultán toda la historia, desde el principio al fin, y le dijo:
"Este joven es sobrino mío". Y el sultán exclamó: "¿Y cómo no había yo oído hablar de él?"
Y el visir dijo: "¡Oh mi soberano y señor!
Sabe que un hermano mío era visir de Egipto.
Al morir dejó dos hijos, el mayor de los cuales heredó el cargo, y el otro, que es éste, ha venido a buscarme, pues prometí y juré a mi hermano que casaría a mi hija con uno de mis sobrinos. Así es que apenas llegó lo casé con mi hija. Este sobrino mío es joven, como ves, y yo ya soy demasiado viejo y estoy sordo y no puedo atender a los negocios del reino. Por eso vengo a pedir a mi soberano el sultán que se digne nombrar a mi sobrino, que es también mi yerno, para el cargo de visir. Y puedo asegurarte que merece este cargo, pues es hombre de buen consejo, pródigo en ideas excelentes y muy ducho en el modo de despachar los asuntos.
Entonces el sultán miró con más detenimiento a Nureddin, y quedó encantado de este examen, aceptó el consejo de su anciano visir y nombró para el cargo a Nureddin en lugar de su suegro, y le regaló un magnífíco traje de honor, el mejor de todos los que pudo encontrar, y una mula СКАЧАТЬ