Italia oculta. Giuliano Turone
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СКАЧАТЬ En esto, también España enseña. Por tanto, si hay algo que no falta, son razones para —con Luigi Ferrajoli— calificar de «salvajes»24 a esas actuaciones del poder político que, aun cuando adquirido según los procedimientos de la democracia, se sustraen a las reglas constitucionales y legales que deberían regir su ejercicio, situándose al margen/contra la ley. Así, en propiedad, serán «salvajes», desde tal punto de vista, todas las formas de operar los actores públicos habitualmente denotadas como corruptas y que están descritas en distintos tipos del Código Penal.

      1.Una ejecutoria que, vista en perspectiva temporal, advera de un modo incuestionable la afirmación del mismo Giuliano Turone de que: «cuando se pone en marcha un mecanismo de degeneración del poder, o mejor, de los poderes, se va mucho más allá de las premisas», y tal sería lo «sucedido en Italia» (en «La lezione di un eroe borghese [tavola rotonda]»), en AA.VV., edición de Sandro Gerbi, Giorgio Ambrosoli. Nel nome di un’Italia pulita, Nino Aragno, Turín, 2010, p. 189).

      2.En el contexto del secuestro de Aldo Moro por las Brigadas Rojas (BR), comentando la carta redactada por el político en su cautiverio el 27 de abril de 1978, escribiría después Leonardo Sciascia: «Y, en fin, aquí está la palabra que por vez primera escribe en su más atroz desnudez; la palabra que finalmente se le ha revelado en su verdadero, profundo y pútrido significado: la palabra ‘poder’. […] En la carta anterior había hablado de ‘autoridad del Estado’ y de ‘hombres de partido’: es solo ahora cuando ha llegado a la justa denominación, a la espantosa palabra» (en L’affaire Moro, Sellerio, Palermo, 1978, p. 110).

      3.Incluso a juicio de un crítico tan acervo como Pier Paolo Pasolini, de los políticos democristianos de primera fila, el «menos implicado de todos en las cosas horribles» organizadas a partir de 1969, «en el intento, […] formalmente exitoso, de conservar el poder a toda costa» («El artículo de las luciérnagas», publicado en Corriere della Sera, de 1 de febrero de 1975, ahora en Escritos corsarios, trad. cast. de J. Vivanco Gefaell, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 2009, p. 162).

      4.Algo tan poco grato a Estados Unidos, generoso financiador de la causa anticomunista, como al bloque soviético, respecto del que el PCI de Berlinguer se había constituido en una especie de «verso suelto».

      5.En efecto, pues la Democracia Cristiana, tras la caída del fascismo, durante las dos primeras legislaturas republicanas, gobernó con esas leyes, en particular, con la liberticida de Seguridad Pública, por algo objeto de la primera declaración de inconstitucionalidad de la Corte Constitucional italiana. Tribunal este, a su vez, víctima de un deliberado retraso en su institución, por parte de aquella, intensamente empeñada en congelar el texto fundamental y su desarrollo. Sobre el particular, cf. Piero Calamandrei, La constitución inactuada, prólogo y traducción de P. Andrés Ibáñez, Tecnos, Madrid, 2013, pp. 23 ss. El mismo Calamandrei describió la gestión política democristiana de ese periodo como «un régimen de sordo e insidioso golpe de Estado» (en «La festa dell’Incompiuta», editorial de Il Ponte, junio 1951, ahora en Il Ponte di Piero Calamandrei 1945-1956, con presentación de G. Mussari e introducción de E. Collotti, J. Mrázková y M. Rossi, 2 vols., Il Ponte, Florencia, 2005, II, p. 38).

      6.Precisamente, el más significado de estos (no por casualidad, también en su actitud anti-Moro), Giulio Andreotti, se vio implicado, por la existencia de abrumadores indicios en su contra, en varias causas (de las que este libro habla con pormenor). Y es revelador que hubiera llegado incluso a ser declarado responsable de complicidad con la mafia (aun cuando el delito ya hubiera prescrito), con todo lo que esto significa. También hay constancia cierta de sus estrechas relaciones con Sindona, el banquero asesino. Por no hablar de lo que sugiere su comentario —«se lo estaba buscando»— a propósito del homicidio de Giorgio Ambrosoli, el ejemplar liquidador que desentrañó los embrollos financieros de aquel, frenando sus planes. Leonardo Sciascia abre su libro (cf. la nota 2) con una estremecedora cita de Elias Canetti, que se diría pensada para el turbio líder democristiano: «La frase más monstruosa de todas: que alguien ha muerto en el momento justo» (La provincia del hombre).

      7.Publicado inicialmente en Il Mondo, 28 de agosto de 1975. Ahora en Cartas luteranas, trad. cast. de J. Torrell, A. Giménez Merino y J. R. Capella, Trotta, Madrid, 32017, p. 88.

      8.La trayectoria de Giuliano Turone como magistrado ha contado también con el inestimable complemento de una relevante obra científica, estrechamente asociada a su peripecia profesional. De ella dan fe libros como Il delitto di associazione mafiosa, Giuffrè, Milán, 3.a ed. actualizada, 2008; La associazione di tipo mafioso, Giuffrè, Milán, 1984; Il caffè di Sindona. Un finanziere d’avventura tra politica, Vaticano e mafia (con Gianni Simoni), Garzanti, Milán, 2009; y Il caso Battisti. Un terrorista omicida СКАЧАТЬ