Aproximaciones a la filosofía política de la ciencia. Отсутствует
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СКАЧАТЬ a las personas y a las sociedades. El ámbito de contrastación de las tecnociencias son las sociedades, por lo que resulta imprescindible hacer filosofía social y política de la ciencia. Hay que analizar y criticar las políticas científicas que promueven algunos de los proyectos tecnocientíficos pues, al ser propuestos por empresas, los conocimientos científicos pueden ser parte de un simple instrumento para el logro de sus objetivos, los que poco tienen que ver con el avance en el conocimiento y mucho con finalidades empresariales, políticas y militares.

      El trabajo de Juan Carlos García Bermejo Ochoa se titula "Paradojas y cuestiones abiertas en la política de fomento de la innovación tecnológica". En este texto se hace una útil reflexión alrededor de los mecanismos habituales de protección de los derechos de propiedad intelectual e industrial, ésta es guiada por los planteamientos de la tradición económica neoclásica, pues reflejan una actitud creciente de revisión crítica y son referencia para respaldar teórica y políticamente esos mecanismos.

      Esta revisión es importante por los continuos avances en los procesos de producción y distribución (cambios técnicos) de los bienes intelectuales y de su condición excluyente o no excluyente. Resulta una consideración valiosa, pues, al tratarse de conocimientos, cabe la pregunta de si deberían ser del dominio público o no.

      Desde el punto de vista económico, los mecanismos de protección de los bienes intelectuales e industriales vigilan las ganancias obtenidas a través de ellos, al mismo tiempo, resultan un obstáculo para que la sociedad no pueda libremente alcanzar esos bienes a su favor. Los conocimientos y sus mecanismos de protección, responden a intereses privados, a la búsqueda de ganancias, y cualquier intento social por llegar a tales conocimientos resulta ilegal y representa pérdidas para las industrias y autores que los desarrollaron.

      El cambio tecnológico es uno de los factores determinantes del crecimiento económico y del incremento en el nivel de bienestar social. Las ideas son el elemento que va creando nuevas oportunidades para combinar y emplear de diferentes maneras los recursos disponibles para obtener bienes más valiosos o mediante procedimientos más eficaces. Las ideas pueden favorecer la difusión del crecimiento económico entre naciones, pero los mecanismos de protección monopolizan esas ideas. La distribución del conocimiento es desigual y no beneficia a todos los ciudadanos, pues está sometida a intereses económicos, para los cuales resulta más importante la eficiencia que la justicia o la equidad. Para que la provisión de los bienes se acerque al nivel socialmente deseable es preciso que intervenga el poder público, estableciendo medidas que ayuden a financiar distintos proyectos, fortaleciendo el sistema educativo, otorgando ventajas fiscales a quienes inviertan en investigación y desarrollo, revisando y reformando los derechos de propiedad intelectual e industrial y los mecanismos de aplicación para beneficio de la sociedad, y reforzando el carácter no-excluyente del conocimiento.

      En su contribución "Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo sustentable. Elementos para un marco de referencia", Hebe Vessuri sostiene que las actuales trayectorias convencionales de desarrollo son insostenibles. El impacto de las actividades humanas, los alcances de la ciencia y la tecnología, han tenido resultados positivos y negativos. Por un lado existen mejoras en la salud y educación, mayores oportunidades para compartir información y remedios ambientales efectivos en algunas partes del globo. Por otro lado, el riesgo de cambio climático por la continua emisión de gases y por la enorme cantidad de calor y agua requerida en el proceso de extracción de petróleo, están provocando un irremediable deterioro ambiental. Ante ello es necesario mejorar la eficiencia energética, esfuerzo que hasta ahora no se ha dejado ver como parte del compromiso entre el sector privado y los intereses de la sociedad, sin poder asegurar el bienestar del todo.

      Las sociedades en riesgo no son sustentables, y las amenazas no resueltas imponen más riesgos a las generaciones presentes y futuras. El nuevo ambiente de vulnerabilidad mundial y la necesidad de nuevas vías para la gobernabilidad global requieren grandes avances en los distintos enfoques intelectuales, psicológicos y estratégicos. Se hacen necesarias nuevas concepciones (concientización) y nuevos enfoques que incluyan la participación entre los sectores público y privado, la regulación trasnacional y preocupación por la sustentabilidad a largo plazo.

      Para lograrlo deben multiplicarse los diálogos e iniciativas, aumentar los incentivos, vincular las diferentes escalas de interacción, medir y definir el progreso, focalizar esfuerzos, poner a la ciencia y a la tecnología al servicio de los objetivos del desarrollo sustentable; teniendo en cuenta sus consecuencias, procurando la salud, el bienestar, evitando riesgos, conservando al planeta en sus mejores condiciones.

      La preocupación por la sustentabilidad ha estado en la agenda global desde hace ya varios años, y la ciencia y la tecnología pueden contribuir efectivamente a lograr los objetivos planteados en todos los niveles de toma de decisiones dentro del gobierno, la industria y la sociedad en general. Una mayor comprensión científica y capacidad técnica son cruciales, así como la producción de conocimiento a partir de la investigación en ciencias naturales y sociales, fortaleciendo la colaboración de los distintos ámbitos disciplinarios.

      Eulalia Pérez Sedeño en su trabajo "Ciencia, tecnología y (auténtica) democracia" explica cómo después de la Segunda Guerra Mundial surgieron diversos movimientos sociales que realizaron grandes críticas a las corrientes principales de la ciencia, dándole importancia a los factores sociales que determinan sus contenidos, logrando cambios en la producción de conocimiento, reformulando así, la filosofía de la ciencia.

      Uno de esos movimientos es el feminista, el cual ha hecho contribuciones importantes desde una perspectiva política y en busca de la auténtica democracia. El feminismo analizó la forma y contenidos de la enseñanza de la ciencia para diseñar estrategias que motivaran la participación de mujeres en ella, promoviendo una ciencia más inclusiva, realmente universal.

      Para lograrlo, las filósofas feministas aportaron el análisis de la localización social del sujeto cognoscente; la importancia que tiene el tiempo y el lugar desde el cual se determina el qué y el cómo se conoce, enfocándose más en las diferencias de género, en cómo hombres y mujeres difieren en la información a la que se acercan y su interpretación. Así, se establece que la empresa científica siempre se realiza desde un contexto cultural concreto, por lo que aquellos que se dediquen a ella incorporarán valores de su propia cultura, consciente o inconscientemente. Ello no tiene porqué ser negativo, al contrario, deberían las diferentes creencias de trasfondo constituir un recurso en vez de un obstáculo para el éxito científico, ampliándolo.

      Como el mundo es rico, debemos abogar por el pluralismo en la ciencia, enriqueciendo la teoría con los resultados de las muchas y variadas innovaciones metodológicas locales, descubrimientos de nuevas fuentes de evidencia y desarrollo de teorías alternativas. Habría que promover una práctica científica en la que quepan las consideraciones ideológico-políticas por su importancia en el razonamiento y la interpretación de los contenidos de la ciencia, en donde todos los procesos estén abiertos al escrutinio y exista una verdadera transparencia que permita una auténtica democracia.

      Matthias Kaiser en "Ciencia y política: una pareja sin romance" asevera que hay razones para asumir que la ciencia y la política han estado tan estrechamente relacionadas que llegan a ser virtualmente inseparables, contrariamente a lo que se pretendió en los comienzos de la ciencia moderna (siglo XVII).

      Existen diferentes organizaciones que fueron creadas para suministrar las bases científicas, técnicas y analíticas para una inteligente e informada toma de decisiones políticas que demuestran esta unión ciencia-política. Un ejemplo de estas organizaciones son aquellas que analizan temas relacionados con el cambio climático (ipcc, grupo intergubernamental sobre el cambio climático) o con respecto a la supervisión o protección de ballenas (iwc International Wildlife Coalition). Estas instituciones están constituidas por científicos que llegan a desarrollar un perfil político que los ayuda a enfrentar las nuevas circunstancias, teniendo que desarrollar habilidades СКАЧАТЬ