Название: Vencedor, Derrotado, Hijo
Автор: Морган Райс
Издательство: Lukeman Literary Management Ltd
Жанр: Героическая фантастика
Серия: De Coronas y Gloria
isbn: 9781640299061
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—Estás cogiendo por costumbre salvarme —dijo Thanos en un fugaz respiro de la lucha.
—Continúa luchando y estaremos en paz —respondió Justin.
Eso lo podía hacer Thanos, al menos. Atrapó un hacha sobre su espada y la mantuvo en alto para que uno de los soldados del Imperio pudiera clavar una puñalada en el espacio que quedaba y, a continuación, cogió el hacha con su mano mala.
Ahora se acercaban más enemigos, apareciendo en grandes cantidades mientras los invasores se daban cuenta de que allí había un nudo de defensores. Aquello significaba que tocaba dispersarse de nuevo.
—¡Retroceded! —exclamó, y los hombres que había a su alrededor corrieron hacia una de las casas, cortando camino por otra calle. Thanos corría y vio que a su lado iba corriendo el General Haven. El anciano tenía la cara roja por el esfuerzo.
—¿No debería buscar un lugar menos… activo en el que luchar, General? —preguntó Thanos.
Haven le lanzó una mirada amenazadora.
—¡No me digas lo que debo hacer, jovencito! ¡Tú no eres mi príncipe!
A pesar de sus quejas, el viejo general parecía estar contento de luchar junto a Thanos y Justin mientras luchaban por subir una serie de escalones de piedra hasta uno de los tejados de la ciudad. Era imposible saber qué soldados habían salido de qué sitios; Thanos solo veía que los hombres que defendían la isla lo hacían con valentía y tesón.
Sin embargo, desde allí veía el tamaño de la flota que estaba atacando la isla. No era la enorme flota de invasión que había venido a Delos, pero aun así era cuantiosa. Cubría el espacio que rodeaba el puerto como una oscura mancha sobre el agua, llenando con barcos que todavía ahora estaban descargando más y más soldados sobre el suelo de Haylon.
La única esperanza era atacar y marchar corriendo, soltando montones de atacantes para después convertirlos en una multitud antes de que se adentraran en la ciudad. Los guerreros nativos de Haylon parecían estar más que acostumbrados a ese tipo de táctica, pero a Thanos le sorprendió bastante lo bien que las utilizaban los antiguos soldados del Imperio. Probablemente, el tiempo que habían pasado siendo perseguidos por las colinas de la isla tenía algo que ver.
—Por aquí —dijo Haven, y Thanos siguió al general partiendo del hecho de que, seguramente, era el que mejor conocía la isla de todos los que estaban allí. Thanos deseaba que Iakos y Akila estuvieran allí, pero el líder sustituto estaba muerto y Akila estaba demasiado malherido para esas técnicas escapatorias.
Thanos vio una serie de calles que reconocía y hizo una señal al general.
—Aquí —gritó—. Los callejones.
Ante su sorpresa, le siguieron. Pasaron corriendo por una serie de callejones estrechos y volvieron a girar. Parecía que algunos de los hombres de Sir Justin querían atacar de nuevo al enemigo, pero Thanos levantó el brazo para detenerlos.
—Esperémosles —dijo Thanos—. Podemos defender mejor desde este extremo y… bueno, observar.
Puede que aún no lo conocieran, pero aun así se quedaron quietos. Los soldados de Felldust atacaron y entonces fue cuando los isleños que estaban a la espera se colaron por los muros que había a ambos y los cubrieron de escombros.
—Iakos puso trampas en media ciudad —explicó Thanos. Ahora le costaba respirar y deseaba poder parar aunque fuera un momento, pero en una batalla como esta, no había tiempo—. Venga, tenemos que continuar.
Retrocedieron más, esta vez andando con cuidado entre cuerdas de trampa y trampas para animales.
—Esta es una manera sucia de luchar —dijo Sir Justin.
Thanos le puso una mano sobre el hombro. Podía imaginar por lo que aquel hombre estaba pasando. Los antiguos hombres de Lord West probablemente estaban acostumbrados a llevar a cabo ataques y duelos cuidadosamente planeados, no a luchar en callejones y escapar.
—Estamos haciendo lo que debemos para ganar —dijo. Thanos todavía recordaba cuando él había luchado con tanta cautela que no había matado a sus contrincantes, y había luchado con honor. Ahora aquellos tiempos parecían muy lejanos—. Estamos manteniendo a salvo a nuestras familias y amigos. Estamos salvando a la gente de Haylon y al Imperio.
Vio que los guerreros asentían y ahora estaban de nuevo lejos entre las casas, corriendo delante de las fuerzas que avanzaban.
Esa era la parte preocupante de todo aquello. Estaban perdiendo terreno con cada enfrentamiento, incapaces de parar y luchar ante tantos contrincantes. Incluso cuando Thanos giró de nuevo, apartando de un golpe una lanza para poder clavar su espada en la persona que la empuñaba, salió corriendo de nuevo, dirigiéndose de nuevo a la siguiente posición entre las casas y luego hasta la siguiente.
No parecía tanto luchar para ganar como simplemente frenar la derrota tanto tiempo como fuera posible.
Thanos se encontraba tras una barricada en medio de la ciudad cuando llegó un mensajero corriendo, saliendo repentinamente de un portal de por allí cerca. Thanos casi lo ensarta por instinto, pero consiguió retroceder a tiempo.
—Akila dice que ya es hora de que las últimas personas se retiren de la ciudad. Una de las playas de la punta de la isla ha caído, y los necesitamos a todos para reforzar los desfiladeros.
Thanos asintió, intentando ocultar su decepción ante aquellas palabras. Thanos sabía que esto era inevitable desde que las fuerzas de Felldust habían abierto a la fuerza los portones del puerto, pero se había atrevido a esperar que fuera porque lo habían confiado todo a aquel ataque. Si también podían tomar playas cruzando la isla, las cosas estaban peor de lo que pensaba.
—¡Retroceded hasta las colinas! —exclamó, y los hombres que lo rodeaban parecieron sorprenderse por un instante, antes de partir a través de la ciudad hacia los desfiladeros. Los hombres del General Haven fueron tan rápidos como los hombres de Haylon, pues evidentemente habían llegado a conocer las montañas durante el tiempo que lucharon allí. Los antiguos hombres de Lord West siguieron, evidentemente guiados por Thanos. Él tan solo esperaba que no estarlos llevando hasta su muerte.
Llegaron hasta los muros de piedra y los desfiladeros del borde de la ciudad. Había unos hombres con mazos esperando junto a unas grandes plataformas de madera. Thanos imaginaba que cuando los encarrilaran hacia dentro, los muros de piedra se derrumbarían y formarían un muro natural. Thanos imaginaba también que, a no ser que lo hubieran calculado muy bien, los hombres se arriesgaban a quedar enterrados cuando se derrumbaran las piedras. Estaban entregando sus vidas para frenar el avance.
Thanos no podía permitir que lo hicieran solos.
Agarró uno de los martillos, ignorando la cara de conmoción del hombre mientras observaba cómo las tropas que iban con él se colaban por el hueco. Llegaron más guerreros de Haylon, y más todavía, pero ahora Thanos veía que los hombres de Felldust seguían de cerca.
Entonces empezó a pensar en Ceres. Esperaba que su búsqueda le fuera mejor de lo que a ellos les iba en la isla. СКАЧАТЬ