Comprometida . Морган Райс
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Читать онлайн книгу Comprometida - Морган Райс страница 13

СКАЧАТЬ sentada en el barro, con su vestido sucio, cubierto de marcas del cinturón en la espalda, se traslucía la sangre; la niña miraba a Ruth en sorpresa.

      Sus ojos llorosos se abrieron mientras Ruth la seguía lamiendo. Lentamente, levantó su mano vacilante y acarició a Ruth. Luego, le dio un abrazo. Ruth le correspondió acercándose más.

      Era increíble, pensó Caitlin. Ruth había detectado a esta niña desde muy lejos. Era como si las dos se conocieran de siempre.

      Caitlin se acercó y se arrodilló junto a la niña y la ayudó a sentarse.

      “¿Estás bien?" preguntó Caitlin.

      La niña la miró en estado de shock, y luego a Caleb. Parpadeó varias veces, como si se preguntara quien eran esas personas.

      Por último, lentamente, asintió con la cabeza. Sus ojos estaban muy abiertos, y parecía tener demasiado miedo para hablar.

      Caitlin la acarició quitando suavemente el pelo enmarañado de su cara. "Está bien", dijo Caitlin. “Nunca más él te hará daño.”

      La muchacha miró como si estuviera a punto de llorar otra vez.

      "Yo soy Caitlin," dijo ella. "Y él es Caleb."

      La niña los miró, aún sin hablar.

      “¿Cómo te llamas?” preguntó Caitlin.

      Después de unos segundos, la niña finalmente respondió: "Scarlet".

      Caitlin sonrió. "Scarlet", repitió. “Es un nombre muy bonito. ¿Dónde están tus padres?"

      Ella negó con la cabeza. "Yo no tengo padres. Él es mi guardián. Lo odio. Me pega todos los días. Sin razón. Lo odio. Por favor, no me hagas volver con él. No tengo a nadie más."

      Caitlin se volvió hacia Caleb, y vio que la miraba, estaban pensando lo mismo.

      "Ahora estás a salvo", dijo Caitlin. “No tienes que preocuparse más. Puedes venir con nosotros."

      Los ojos de Scarlet se abrieron con sorpresa y alegría, y casi sonrió.

      "¿En serio?" , preguntó.

      Caitlin le devolvió la sonrisa, extendió su mano y Scarlet la tomó y la ayudó a ponerse de pie. Caitlin vio las heridas, aún con sangre, en su espalda y, desde algún lugar profundo en su interior, Caitlin sintió que un poder la invadía. Pensó en lo que Aiden le había enseñado, en la facultad de ser uno con el universo y, en lo profundo de sí, de repente sintió emerger un poder que desconocía. Había sentido su poder para la rabia, pero nunca había sentido un poder como ése. Era diferente, un nuevo poder le hormigueaba desde los pies por las piernas, a través de su torso, por sus brazos, sus dedos.

      Era el poder de curar.

      Caitlin cerró los ojos y suavemente colocó sus manos sobre la espalda de Scarlet, donde estaban las marcas. Respiró profundamente y convocó al poder del universo, convocó toda la formación Aiden le había dado, y se centró para enviar luz blanca a la muchacha. Sintió que sus manos se calentaban mucho y sintió una energía increíble correr por ella.

      Caitlin no sabía cuánto tiempo había pasado cuando abrió los ojos. Miró hacia arriba, abriendo los ojos lentamente, y vio a Scarlet que le devolvía la mirada con los ojos llenos de asombro. Caleb la miraba también, estaba sorprendido.

      Caitlin vio que las heridas de Scarlet se habían curado completamente.

      "¿Eres un mago?" preguntó Scarlet.

      Caitlin sonrió satisfecha. "Algo por el estilo."

      CAPÍTULO SEIS

      Sam volaba sobre el campo británico, Polly iba a su lado, pero manteniendo su distancia. Llevaban las alas extendidas pero no alcanzaban a tocarse, ya que los dos querían guardar un espacio entre sí. Sam lo prefería así, y supuso  que ella también. Le gustaba Polly, realmente. Pero después de su debacle con Kendra, por un largo tiempo, no estaba listo para acercarse a alguien del sexo opuesto. Pasaría un tiempo antes de que pudiera volver a confiar en alguien. Incluso alguien que había estado cerca de su hermana, como Polly.

      Habían estado volando durante horas, cuando Sam miró hacia abajo, en la luz de la mañana, vio extensiones interminables de tierras de cultivo, con casas pequeñas aquí y allá; el humo salía de sus chimeneas de piedra en este hermoso día de otoño. Había una que otra persona en su patio tendiendo la ropa, colgando sábanas en cuerdas. Sin embargo, no había muchas casas. Esta campiña se veía enteramente rural, Sam comenzó a preguntarse si existían ciudades en esta época -cualesquiera fuera la época y el lugar donde se encontraban.

      Sam no tenía idea a dónde ir, y Polly no había sido de mucha ayuda. Ambos habían utilizado sus agudos sentidos de vampiro, valiéndose de su estrecha conexión con Caitlin, para detectar dónde podría estar. Ambos habían intuido que ella podría estar en esa dirección y habían estado volando durante horas. Pero, desde entonces, no habían visto ninguna pista o algo que los condujera a un lugar más preciso. Los instintos le dijeron a Sam que Caitlin estaba en una gran ciudad. Pero, por cientos de kilómetros, no habían pasado nada remotamente parecido a una ciudad.

      Justo cuando Sam estaba empezando a preguntarse si habían elegido la dirección correcta, doblaron una curva y se sorprendieron ante lo que se extendía a lo lejos. Allí, en el horizonte, se extendía una ciudad. No logró  reconocer la ciudad y no estaba seguro de que sería capaz de identificarla aun volando más cerca. Era malo en geografía y en historia era aún peor. Fue el resultado de haberse mudado demasiadas veces, de estar con los amigos equivocados, de no prestar atención en la escuela. Había sido un estudiante de C, aunque sabía que tenía la capacidad para obtener Aes. Pero con el tipo de crianza que había recibido, le había sido demasiado difícil encontrar una razón para aplicarse. Ahora, se estaba  arrepintiendo.

      “¡Es Londres!" Polly gritó de alegría y sorpresa. “¡Oh, Dios mío! ¡Londres! No lo puedo creer. ¡Estamos aquí! ¡Estamos realmente aquí! ¡Es un lugar fantástico!" gritó ella, emocionada.

      Gracias a Dios por Polly, Sam pensó, sintiéndose más estúpido que nunca. Se dio cuenta de que tenía mucho que aprender de ella.

      Al acercarse y los edificios aparecieron a la vista, se maravilló ante la arquitectura. Incluso desde esta gran distancia, podía ver los campanarios de las iglesias elevándose  hacia el cielo, convirtiendo a la ciudad en un un campo de lanzas. A medida que se acercaban, vio cuán grandes y magníficas eran todas las iglesias -y le sorprendió de que ya se vieran antiguas. En comparación, todo el resto de la arquitectura quedaba eclipsada.

      Mientras lo veía todo, sintió con fuerza de que Caitlin estaba allí. Y la idea lo entusiasmó y lo emocionó.

      “¡Caitlin está allí abajo!" él gritó. "Puedo sentirla.”

      Polly le devolvió la sonrisa. “¡Yo también!” ella gritó.

      Por primera vez desde que había llegado a esta época y lugar, Sam se sintió conectado a tierra, sintió que tenía dirección y un propósito en la vida. Finalmente, sentía que estaba en el camino correcto.

      Trató de sentir si Caitlin estaba en peligro. Por mucho que lo intentó, no logró percibir nada. Pensó en la última vez que la había visto en París, justo antes de que ella huyera de Notre Dame. Estaba con ese hombre -Caleb-y se preguntó si aún estaban juntos. Aunque había СКАЧАТЬ