Название: Corazones Furiosos.
Автор: Amy Blankenship
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Современная зарубежная литература
isbn: 9788873042280
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Lentamente, para no despertarla, Toya se echó hacia atrás sobre la manta y los puso a ambos, tirando de la parte superior por encima de ellos. Ãl la mantuvo firme, manteniendo su cuerpo contra el suyo y se acurrucó alrededor de ella en un abrazo protector. Era lo más cómodo que habÃa estado en su vida y sólo le llevó un minuto caer en el primer sueño profundo que habÃa tenido desde... para siempre.
Fue varias horas más tarde que Kyoko sintió calor y lo alcanzó. Ella se congeló. Lentamente, como si temiera saber la verdad, volvió la cabeza hacia el lado justo cuando Toya se sentó.
Sintiendo que estaba revolviendo, frunció el ceño, sabiendo que debÃa haberse levantado y alejado de ella horas atrás.
Kyoko lo miró con curiosidad, tratando de ver sus ojos, pero su cabeza bajó y su cabello cayó sobre ellos, protegiendo su expresión. Se puso en pie sin decir nada y entró en el follaje que rodeaba su campamento.
Las cejas de Kyoko bajaron en confusión. ¿Ha dormido aquà con ella anoche? Entonces un recuerdo volvió a ella. Recordó soñar y Toya... Ella se quedó sin aliento. No era un sueño. Ãl la habÃa abrazado anoche. Ella miró hacia abajo en la manta que todavÃa tenÃa su impronta en ella. Ãl debe de haber dormido junto a ella. Ella sonrió su sonrisa secreta, acercándose y trazando sus dedos sobre la huella que habÃa dejado atrás.
Ella miró hacia arriba mientras Kamui entraba en el claro, "Hola, Kamui. Sus brillantes cabellos brillaban con reflejos morados en el sol de la mañana y sus ojos mostraban los colores más hermosos. Aquellos que estaban lo suficientemente cerca como para ver sabÃan que tenÃan un brillo multicolor en los brillantes orbes pero a Kyoko, fue su sonrisa lo que lo hizo irresistible.
Kamui miró a su alrededor viéndola sola y se preguntó por qué. "¿Dónde está todo el mundo? ¿Suki y Shinbe no han vuelto todavÃa? ¿Y dónde está Toya?" Kamui sacó un saco de su hombro y lo colocó en frente de Kyoko con las cejas levantadas.
-No, todavÃa no, pero Toya deberÃa estar de vuelta en unos minutos, ¿qué tienes aquÃ? Kyoko observó cómo Kamui empezaba a sacar la comida de la bolsa.
"Sennin me envió esto y me dijo que lo disfrutara ya que casi nunca conseguimos una comida realmente buena a menos que la traigas de tu tiempo." Kamui la miró con sus grandes ojos brillantes con una variedad de colores y radiante en su expresión Cuando vio los dulces que venÃan con el pequeño banquete. -Vamos, vamos a sacar -anunció Kamui.
-Bueno, has vuelto temprano esta mañana, Kamui -dijo Toya, perezosamente, mientras caminaba hacia el claro-Miró a Kyoko con unas emociones ilegibles reflejándose en sus ojos dorados y rápidamente apartó la vista.
Kamui miró a Toya. Lucharon mucho, pero en verdad, Kamui miró a Toya. HabÃa cambiado mucho desde que pasaba tanto tiempo cerca de Kyoko. En opinión de Kamui, Kyoko hizo de Toya una mejor persona.
"Sennin dijo que el bosque al este ha tenido una sublevación de demonios aterrorizando el área durante la semana pasada. PodrÃa haber talismanes involucrados, asà que debemos comprobarlo". Lo último fue dicho mientras Kamui se rellenó la boca con un sabroso trozo de pan.
"Hey, me vas a guardar algo de eso, ¿verdad Kamui?" Toya se sentó a su lado y comenzó a agarrar algo de la comida para sà mismo.
Kyoko sonrió mientras los veÃa pelear por una bola de arroz de fresa que Sennin habÃa enviado. Sin embargo, la normalidad no duró mucho.
Toya se puso tenso, agarrando un olor que monta la brisa. "¡Maldición!" Se puso de pie de un salto cuando sus ojos se angostaron. -¿Qué diablos quiere?
Antes de que Kyoko pudiera preguntar quién, una corriente de aire sopló a través del claro y se detuvo a menos de un pie delante de ella, golpeando a Toya fuera de balance. Kyoko se encontró mirando los ojos azules de Kotaro, uno de los cinco guardianes. Al igual que Kyou, cazó el talismán solo, en busca de pistas de donde Hyakuhei se estaba escondiendo.
Era perfecto, con músculos delgados y cabellos de ébano que caÃan por el viento más largo en la espalda y los ojos azules. VestÃa todo de negro con una camiseta púrpura mostrando a través. Ãl y Toya no se podÃan soportar mutuamente pero es principalmente porque Kotaro habÃa dicho a todos que Kyoko le pertenecÃa a él.
-Buenos dÃas, Kyoko -dijo Kotaro con voz suave y masculina, tomándole las manos y levantándolas frente a él-. "¿Cómo está mi futura compañera esta mañana?" Ãl la miró a los ojos y la hizo sonrojar.
No importaba cuántas veces Kyoko le hubiera dicho que ella no era suya o de nadie más, todavÃa la llamaba su futura pareja con tanta confianza y encanto.
"Kotaro, maldita sea, deja ir a Kyoko y ¿por qué no ves lo que estás haciendo?" Toya gruñó contra él mientras se empujaba del árbol que prácticamente habÃa sido empujado por los vientos guardianes de Kotaro.
Kotaro arrugó la nariz, sin siquiera molestarse en mirar a Toya y sólo miró en la dirección general de su hermano. "SabÃa que te olÃa en algún lugar," dijo insultantemente.
Kamui observó con asombro cómo Toya se erizó y pudo decir que estaba cada vez más enojado por la segunda. Se acercó a Kyoko susurrando. "Ah, Kyoko, es posible que desee detener esto antes de que comience." Sabiendo que Kyoko era la única cosa que les impedÃa desgarrarse, Kamui dio un paso atrás seguro del trÃo.
Kyoko sabÃa que Kotaro era inofensivo... bueno, a ella de todos modos. Ella tomó sus manos de las suyas... todavÃa sonrojándose por la forma en que la miraba. En realidad, podÃa ver el amor y la devoción brillando en sus ojos azules.
-Kotaro, ¿qué te trae por aqu� Ella pregunta para obtener su atención fuera de Toya. Kotaro sonrió, olvidando a Toya de inmediato y respondiendo a su pregunta. "Oà que hay problemas en el área este cerca del bosque, esperaba encontrar a Hyakuhei y matarlo por ti para que pudieras apurarte y ser mi compañera, mi dulce Kyoko". Oh, le encantaba a Kyoko pero también le encantaba sacudir la jaula de Toya.
Kyoko se volvió un par de matices rosados al oÃr sus palabras. Sus labios se separaron para decir algo, pero perdiendo su tren de pensamiento, simplemente se rindió.
Toya habÃa oÃdo bastantes tonterÃas del estúpido golpe. Caminando frente a Kyoko para protegerla de la vista de Kotaro, él gruñó bajo en su garganta, "¡Retrocede!" Ãl entrecerró sus ojos dorados y frunció el ceño. "No necesitamos tu ayuda para deshacernos de Hyakuhei, asà que ¿por qué no intentas quedarte fuera de nuestro camino y dejar a Kyoko sola?"
Kotaro actuó como si Toya no estuviera allÃ. En un desenfoque, se movió alrededor de Toya para poner un casto beso en la mejilla de Kyoko. Con un guiño, se fue tan rápido como habÃa aparecido.
Toya apretó los puños a los costados. Estaba tan loco que parecÃa que iba a explotar. ¿Por qué todos de repente quieren besar a Kyoko? ¡Ella era su maldición!
-¡Kotaro, vuelve СКАЧАТЬ