Название: Corazones Furiosos.
Автор: Amy Blankenship
Издательство: Tektime S.r.l.s.
Жанр: Современная зарубежная литература
isbn: 9788873042280
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La mano de Toya se curvó en un puño a su lado en un esfuerzo por contener su ira. Se volvió y miró mal a Kyoko antes de cerrar rápidamente la distancia entre ellos, sin gustarle el giro de la conversación. ¡No tenemos tiempo para esta mierda! Ãl bufó, mirando a las chicas. "Tenemos que ir a buscar los talismanes antes de que el enemigo le ponga las manos encima".
Kamui asintió, "SÃ, Kotaro vino al campamento y dijo que estaba en su camino en la misma zona justo antes de besar a Kyoko en la mejilla y se fue".
Toya le dio un puñetazo a Kamui en la nuca con un rápido gruñido.
-Oh, ¿por qué hiciste eso?, no hice nada. Kamui se frotó el nudo que se habÃa formado sobre su cabeza, con sus grandes ojos llenos de astillas de agua. Era un espectáculo obviamente, porque dentro de él estaba en el medio De reÃrse de su asno en la mirada que habÃa cruzado la cara de Toya.
Los ojos de Suki se arquearon. -¡Kotaro, también! Ella sacudió la cabeza en la dirección de Kyoko preguntándose qué estaba pasando en el mundo.
Shinbe se deslizó hacia Toya. "¿Asà que cuál es el problema?"
Toya lo miró como si le desafiara a decir otra palabra.
Suki agarró el brazo de Shinbe y lo apartó de Toya antes de que terminara como Kamui, con un bulto en la cabeza.
Toya volvió su mirada hacia Kyoko.
Ella se encogió de hombros y le devolvió la mirada. -¿Cuál es tu problema y no golpees a Kamui? Gritó, pisándose delante del guardián como para protegerlo. Ella no tenÃa ni idea de que Kamui ahora se encontraba detrás de ella, sonriendo a Toya como si acabara de conseguir una sobre él.
Suki sabÃa que iba a haber una pelea. Agarrando la mano de Kyoko, empezó a arrastrarla por el sendero. "Vamos Kyoko, camina conmigo por un tiempo," Suki no le dio tiempo para discutir mientras ella la atraÃa.
Sin sentirse tan seguro de quedarse allà dentro del alcance de Toya, Kamui salió con las chicas, dejando a Toya mirando a sus espaldas en retirada.
Una vez suficientemente lejos de Toya, Suki se volvió hacia Kyoko. Suki casi gritó, mirando a su amiga con preocupación, la idea de que Kyou besara a alguien era sólo... inquietante.
Kyoko se encogió de hombros. "No tengo la más remota idea de por qué lo hizo, yo estaba nadando, flotó y me asustó mucho. Antes de que supiera lo que estaba haciendo, me estaba besando, luego se fue sin decir una palabra".
Kamui sintió que alguien le habÃa dado un puñetazo en el estómago. Rápidamente dio un paso detrás de Kyoko, colocando una mano firme en su hombro. "Kyoko, ¿te marcó?" Preguntó con una voz tensa.
Kyoko frunció el ceño. Girando a su alrededor, miró a Kamui con una mirada confundida. "Toya me preguntó lo mismo, ¿qué significa eso?
Kamui apretó los labios. "Para que Kyou te bese de ese modo, significa que está pensando en convertirte en su compañero de vida".
-¡Qué! -gritó Kyoko poniéndose las manos en las caderas-. Tienes que estar bromeando.
"No es broma... con ese beso, Kyou ya ha comenzado a hacer su reclamo sobre ti." La oscuridad entró en los ojos de Kamui como si prestasen efecto, "Ahora te acechará, poco a poco, hasta que te marque y te hace suya". Dejó caer la mano de su hombro. -Supongo que lo pensarÃas como una cita.
De repente, comprendiendo más de lo que querÃa, Kamui silbó entre sus dientes. "Es por eso que Toya está tan molesto, y entonces Kotaro viene soplando y besando tu mejilla, eso es lo mismo.
Kyoko no supo qué decir. Ella se quedó allà un momento. Luego, mirando por encima del hombro de Kamui, notó que Toya y Shinbe seguÃan detrás de ellos, todavÃa perdidos en la planificación de su siguiente movimiento mientras se dirigÃan hacia el este.
Suki atrajo la atención de Kyoko. "Okay, dijiste tres, Kyoko. Entonces, Toya te besó también, ¿no?"
Ella asintió y sacudió la cabeza. "Pero Toya realmente no querÃa besarme, fue algo... un accidente."
Kyoko volvió a mirar por encima del hombro, notando que los otros se estaban poniendo al dÃa. "Nos pusimos a pelear con un demonio y Toya perdió sus puñales y su sangre de demonio se hizo cargo. Mató al demonio y corrà por una de las dagas, pero él me atrapó justo cuando llegué a ella. Pensé que iba a matarme, Pero en vez... me besó y el contacto con el hechizo de las dagas lo cambió de nuevo.
Suki miró por encima de su hombro a Toya, luego de vuelta a Kyoko. "Espera, ¿quieres decir que cambió de nuevo mientras te estaba besando?" Ella arqueó una ceja cuando Kyoko asintió.
Kamui sonrió, "¡Yo lo sabÃa! Realmente te gusta, por eso en su otra forma te besó en lugar de matarte, lo hizo porque se sentÃa bien para él." Kamui se apartó de ellos sabiendo que Toya estaba ahora escuchando distancia.
-Bueno, vamos a hacerles compañÃa. Suki decidió seguir el ejemplo de Kamui y dejarlo caer por ahora... para Shinbe malo no era tan inteligente.
Shinbe se volvió hacia Kyoko, escuchando la última declaración de Kamui. -¡Asà que por eso es tan irritable! Ãl sonrió, preguntándose si debÃa añadir su beso a la lÃnea de citas de Kyoko antes de que pasara mucho tiempo.
Toya se volvió hacia ellos, rascándose el cuello. -¿Quieres dejar de hablar mierda sobre mÃ, maldita sea?
Su cuello ya estaba rojo y Kyoko rio. SabÃa que cuando el cuello de Toya comenzaba a picar asÃ, pensaba que alguien estaba hablando de él a sus espaldas y eso lo irritaba.
Los dedos de Toya se estremecieron al oÃr a Kyoko sonreÃr. Envió una sacudida de placer a través de su cuerpo y le hizo desear que lo harÃa más a menudo. Miró a su alrededor notando que todos habÃan dejado de charlar. Satisfecho de que nadie hablara más de él, dejó caer su mano.
Vamos, no tenemos tiempo para jugar, tenemos que detener a Hyakuhei y recoger los talismanes antes que él. Toya se inclinó frente a Kyoko. -Vamos, deja que encuentren su propio camino y tú montas conmigo, será más rápido. Esperó a que Kyoko subiera. Al menos asà no tendrÃa que oÃr hablar de sus rivales.
Kyoko sonrió y subió. Luego lo rodeó con los brazos y le dio un suave apretón para decirle que estaba lista.
Afuera de todo el mundo para que nadie pudiera ver, Toya cerró los ojos mientras saboreaba el abrazo que acababa de recibir. Abriendo los ojos de nuevo, las luces de plata brillaban dentro de sus lirios de oro y se quitó a una velocidad que rivalizarÃa con su viento, el hermano Kotaro.
CapÃtulo 3 "Besos malvados"
La brisa estaba cada vez más frÃa a cada minuto y Toya se detuvo al notar un aura maligna a lo lejos. La sangre de Kyoko se enfrió mientras la sensación antinatural СКАЧАТЬ