Название: Periquismo
Автор: Marcos Pereda
Издательство: Bookwire
Жанр: Сделай Сам
isbn: 9788416876204
isbn:
Esta idea la tuvieron muy presente los ideólogos de la Constitución española, que previeron en su articulado la posibilidad de que el país se integrase en una organización de carácter supranacional con capacidad decisoria sobre ciertos aspectos internos. El artículo 93 contenía la posibilidad de celebrar tratados internacionales en los que se cedieran competencias propias a organizaciones internacionales. La diferenciación entre institución internacional e institución supranacional, que tanto daría que hablar con la creación definitiva de la Unión Europea, apenas se contemplaba aún.
Lo que estaba claro es que la presencia de dicho artículo venía a plantear la ambición que tenía España de pertenecer al club de la Comunidad Económica Europea. Y, dado el carácter «occidental» del país, las conversaciones anteriores y la propia predisposición de las Comunidades a plantear dicha incorporación, las negociaciones se llevaron a cabo con rapidez y eficiencia.
Así las cosas, ese Tratado de Adhesión se firmará el 12 de junio de 1985, y será efectivo a partir del 1 de enero del año siguiente. Es decir, la Vuelta a España que gane Pedro a Robert Millar será la última en la que España se encontraba fuera del círculo de países europeos…
Internamente, el país se enfrentaba a una década de nubes y claros. Iba a ser la del sostenimiento en el crecimiento demográfico, la del gran despegue económico, la de la renovación de muchas infraestructuras estatales que habían quedado obsoletas. Además, la llegada de fondos provenientes de la Comunidad Económica Europea ayudaría a colocar en pocos años a España, si no a la altura, sí equiparada de alguna forma a sus vecinos. Iba a ser, además, la década en la que España quede integrada definitivamente en el concierto internacional a muchos niveles, con organizaciones como las de la Copa del Mundo de Fútbol o la concesión a Barcelona de los Juegos de la XXV Olimpiada.
Porque los años ochenta fueron también los de la (fallida) reconversión industrial. Los de las protestas en los astilleros, los altercados en Reinosa, los problemas con mineros, trabajadores del metal, fundidores. El momento en el cual la economía española hubiera debido dar un paso adelante, transformando las viejas estructuras en modernas posibilidades. Pero no se hizo, o no se hizo bien. Lo único que trajo este momento fue un cierre paulatino de empresas, un descenso brutal en el número de personas empleadas en el sector secundario y un campo de juego cuyas consecuencias aún se pueden apreciar en la actualidad, con los servicios y, muy especialmente, el turismo como base de una economía que poco tiene de sostenible…
Porque otros sectores, como la pesca o el agropecuario, también sufrieron las secuelas de esta «acelerada entrada en la modernidad». La incorporación a lo que acabará siendo la Unión Europea trajo aparejadas sus cuotas e imposiciones, lo que terminó con la actividad pesquera en lugares donde era tradicional, dejando prácticamente la flota gallega y parte de la andaluza como elementos reconocibles de lo que antaño había sido motor económico (y forma de mantenimiento personal) en amplias zonas de, sobre todo, el norte del país. Algo parecido ocurrió con el sector pecuario, agravado, además, porque en toda la cornisa cantábrica se venía practicando, desde décadas atrás, la llamada doble ocupación, es decir, el trabajo diurno en alguna industria unido al mantenimiento de una reducida cabaña ganadera, especialmente vacuno orientado a la producción láctea. La reconversión industrial y la crisis pecuaria atacaron con virulencia esos lugares, minando ambas actividades y planteando una problemática que aún hoy sigue sin resolverse.
En el concierto internacional, la Guerra Fría estaba, durante los primeros años ochenta, en uno de sus momentos de máximo apogeo. Visto desde la perspectiva actual, podemos pensar que quedaban apenas unos años para el desmoronamiento de la Unión Soviética, donde, en realidad, se estaban ya dando los primeros pasos que habrían de cristalizar en lo que dio en llamarse la Perestroika. Cierto… pero inexacto. O, más bien, falaz, ya que hacemos uso de un análisis a posteriori que no nos permite contextualizar la realidad de aquel momento.
Y esa nos habla, incluso, de un recrudecimiento de la mismísima Guerra Fría, que quizá tuviera la entrada soviética en Afganistán, en 1978, como punto inicial, y que se elevó hasta casi el paroxismo con la administración del presidente estadounidense Ronald Reagan y su Iniciativa de Defensa Estratégica, presentada en 1983, y que pronto iba a conocerse con el rimbombante nombre de «Guerra de las Galaxias».
Lo cierto es que el mundo seguía perfectamente polarizado, y dicha división se hacía más evidente en Europa que en ningún otro sitio. El Tour de 1987 saldrá del mismísimo Berlín segregado por el Muro y podrá ser testigo de ello, como veremos en su momento. En ciertos aspectos, en muchos aspectos, la comunidad internacional a principios de los ochenta poco tenía de diferente a la que existió décadas atrás.
Eso sí, estábamos a sólo unos años del mayor cambio en la estructura del mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial…
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.