Название: Teorías del Imperialismo y la Dependencia desde el Sur Global
Автор: John Smith
Издательство: Bookwire
Жанр: Социология
isbn: 9789874066046
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El segundo rasgo remite a una fusión extensamente explorada por Hilferding, aun cuando Lenin le reprochara su tratamiento de los fenómenos monetarios y crediticios. A pesar de dicha crítica, Lenin incorpora varias teorizaciones de Hilferding, también atinentes a la tercera característica apuntada (Santi [1969] 1971: 14-15).
En el cuarto rasgo, Lenin pasa por encima de las limitaciones reformistas de Hilferding (quien ubicaba el reparto del mundo, producto de la exportación de capitales, como algo secundario y colateral), retomando de algún modo el énfasis de Rosa Luxemburg en dicho reparto; fenómeno imperialista que Lenin analizó previamente gracias a la ayuda de Clausewitz y su reflexión sobre los conflictos políticos y político-militares (aunque por razones de censura no aparezcan destacados en la obra destinada a la imprenta, pero sí aparecen en sus cuadernos de notas previos de aquel período).
Entre el cuarto y el quinto rasgo, se ubica la problemática específica de la dependencia, donde Lenin ensaya una topología general de las diversas formaciones económico sociales sometidas al desarrollo desigual y a la opresión social y nacional en la economía mundial. Allí se ubica también la problemática de la superexplotación del trabajo indígena que, según sus propias palabras, “mantiene a toda la sociedad” (entendiendo por “toda la sociedad” tanto a la del mundo dependiente como al mundo capitalista de las potencias centrales, según los términos empleados por Lenin en sus críticas de 1907 contra el social-imperialismo y el chovinismo “socialista” de la Segunda Internacional).
El quinto rasgo apunta precisamente a describir, comprender y explicar el estallido de contradicciones antagónicas —negadas por “ortodoxos” y revisionistas— a escala mundial y la posibilidad de transformar las guerras imperialistas en guerras de liberación nacional y en guerras civiles revolucionarias, base de la estrategia de los bolcheviques en 1917 y de la conformación del proyecto original de los primeros congresos de la Internacional Comunista.
Recordemos, por último, que la teorización de Lenin no se detuvo en su obra de 1916. Pocos años más tarde, habiendo ya triunfado la revolución bolchevique y habiéndose fundado la Internacional Comunista, Lenin vuelve una vez más sobre estos problemas. Si en las críticas de 1907 a la Segunda Internacional priorizaba un enfoque “económico” al destacar la superexplotación del trabajo indígena en los países coloniales, periféricos y dependientes, en el informe de la Comisión sobre el problema colonial y nacional del segundo congreso de la Internacional Comunista Lenin retoma aquellas hipótesis —habitualmente “olvidadas”— de 1907, pero enfatizando ahora el componente prioritariamente político. Complementando sus hipótesis de 1907, en 1920 escribe: “El rasgo característico del imperialismo consiste en que, como vemos, todo el mundo se divide actualmente [1920 N. K.] en un gran número de pueblos oprimidos y en un número insignificante de pueblos opresores, que disponen de colosales riquezas y de gran fuerza militar [...] Entre la burguesía de los países explotadores y la de las colonias se ha producido cierto acercamiento, de modo que muy a menudo —tal vez en la mayoría de los casos— la burguesía de los países oprimidos, aunque apoye los movimientos nacionales, al mismo tiempo lucha de acuerdo con la burguesía imperialista, es decir, juntamente con ella, contra todos los movimientos revolucionarios y contra todas las clases revolucionarias” (Lenin [1920] 1960, T. 31: 229, 231).
Abordar la teoría marxista de la dependencia desconociendo toda esta plataforma epistemológica y política puede llegar a resultar un entretenido juego académico, pero convengamos que semejante intento, no por repetido deja de alejarse de la verdad histórica y de la conformación misma de la teoría social crítica.
Teoría marxista de la dependencia y las revoluciones del Sur Global
En las reconstrucciones académicas de la teoría marxista de la dependencia (TMD) habitualmente suelen mencionarse como antecedentes suyos referencias genéricas a obras previas, publicadas en Nuestra América. No es incorrecto, aunque lamentablemente dicho enfoque suele resultar incompleto. Hoy en día debería enriquecerse, para poder estudiar y evaluar la conformación de esta escuela marxista desde una aproximación más rigurosa.
Entre los principales antecedentes de esta escuela de pensamiento, más allá de los diversos planes de investigación de Karl Marx y su prolongación en la gestación de la teoría leninista del imperialismo, no pueden dejar de mencionarse los célebres Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana [1928] del marxista peruano José Carlos Mariátegui. Esta obra pionera y precursora de una perspectiva propia en la utilización del método de Marx empleado para indagar sobre la especificidad de la realidad de Nuestra América en sus múltiples dimensiones (desde la dominación burguesa y la explotación del trabajo indígena; su raíz en el problema de la (no) propiedad de la tierra de las comunidades originarias, brutalmente expropiadas; la coexistencia y combinación de distintas relaciones sociales, desiguales pero invariablemente subordinadas al mercado mundial; el irresuelto problema educativo; la persistencia del racismo neocolonial en tiempos de las repúblicas y su modernidad periférica y dependiente, el complejo vínculo de vanguardia, tradición e indianismo en la cultura peruana, etc.). A la hora de reflexionar sobre cada uno de los principales debates que aborda su libro, Mariátegui pone en primer plano la problemática del imperialismo y la inserción dependiente de las formaciones sociales nuestro americanas en dicho sistema.
Las originales hipótesis, formuladas en esa obra precursora, fueron discutidas y duramente combatidas durante la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, reunida en Buenos Aires en 1929, apenas un año después de su aparición. En las exposiciones y polémicas de aquella Conferencia, aunque aparece una clara y recurrente referencia a la dependencia [sic] del continente frente al imperialismo y su mercado mundial capitalista, las posiciones oficiales y predominantes terminaron cuestionando las tesis mariateguianas defendiendo como tesis alternativa “las condiciones de explotación semifeudales” y “el estado de servidumbre” de las principales formaciones económico sociales del continente (AA.VV. 1929: 334 [subrayados de N. K.]).
Sin embargo, la obra de algunos historiadores marxistas, tanto brasileros como argentinos, vendrá a poner en discusión la hipótesis del supuesto “feudalismo latinoamericano” que había sancionado como incuestionable la Conferencia de 1929. Esta otra perspectiva, alternativa, identificaba y destacaba el predominio del “capitalismo colonial” en los diversos países. Por ejemplo, en la Historia económica del Brasil de Caio Prado Junior [1945] o también en las investigaciones del argentino Sergio Bagú, Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina [1949] y en Estructura social de la colonia. Ensayo de historia comparada de América Latina [1952], encontramos un punto de vista diferente, que constituirá un claro antecedente de las reflexiones posteriores de la TMD. Lo mismo cabe afirmar de los ensayos del sociólogo marxista argentino Silvio Frondizi sobre “la integración mundial del capitalismo” [1947].
Desde Mariátegui a Silvio Frondizi, pasando por Caio Prado Junior y Sergio Bagú, se venían poniendo en discusión los esquemas mecánicamente etapistas sancionados como “oficiales” en 1929.
Esas obras latinoamericanas enriquecían y desarrollaban aún más el programa de investigación de Marx y la teorización sobre el imperialismo, las periferias y la dependencia explorada durante más de dos décadas por Lenin.
Pero los antecedentes “locales” de esta escuela de pensamiento marxista (la TMD) no quedaban reducidos a cuatro o cinco profesores e intelectuales, como habitualmente se cree.
El gran “escándalo” teórico y el terremoto político que abrió el horizonte de interrogaciones e hizo posible una relectura antidogmática de los clásicos marxistas europeos —ninguneados por diversos macartismos, conscientes o inconscientes, abiertos o solapados— junto con la recuperación de la obra “olvidada” de estos militantes СКАЧАТЬ