Название: Incursiones ontológicas VII
Автор: Varios autores
Издательство: Bookwire
Жанр: Документальная литература
isbn: 9789566131342
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¿Y en dónde vi por primera vez la soberbia? ¿Por qué ha estado tan fuertemente insaturada en mi comportamiento como persona? ¿Qué se sentía ser soberbio? ¿Qué pensamientos llegan a mí sí me paro desde la definición de soberbia? ¿Qué se logra con la soberbia? Estas y muchas más preguntas nacen al ver todos estos significados, pero en un principio se preguntarán: ¿Si lo que apareció en el ejercicio de los juicios negativos fue la arrogancia, la soberbia qué hace acá? Bueno, el arrogante lo conocía, lo había habitado plenamente y sabía que había una persona valiente, pero briosa, gallarda pero soberbia, y fue justo aquí donde comencé a cuestionarme, como lo hice anteriormente, y al poder reconocer su significado, que se abría una puerta que mostraba el apetito voraz por deslegitimar, minimizar al otro y así ser el preferido de todos, por no poder acompasar el dolor ajeno y sentir esa magnificencia que se hacía ver desde el fuego, un fuego doloroso y violento, un fuego que hacía daño, pasando por encima de los demás.
Con lo anteriormente relatado, recuerdo a mi padre, un hombre bueno y trabajador, amoroso a su manera, pero con una herencia de violencia y altitud instaurada por su padre, quien no seguía las reglas de la sociedad, seguía sus propias reglas, violentaba espacios con su presencia desafiante y airosa, maltrataba constantemente a sus hijos, inclusive con amenazas extremas de quitarles la vida, mantenía un temperamento fuerte y violento que transmitió directamente a todos sus hijos, y ellos, en su historia y forma de ver el mundo, lo transmitieron también a sus descendientes. Hago toda esta explicación para decir que, desde muy pequeño, escuchaba muy cerca de mi oído: “Los hombres no lloran”, “hay cosas más importantes por las que hay que llorar”, “si no es a las buenas, es a las malas”, “en la vida uno no debe confiar en nadie”… Podría continuar escribiendo frases que llegan a mi cabeza, que comienzan a mostrar una estructura de vida y pensamiento que comencé a tener desde muy pequeño, que se me repitió muchas veces, hasta instaurar una sensación de fuerza, violencia, estar precavido, sentirme fuerte pero a la vez desprotegido; comenzaba a vislumbrarse una incompletitud notoria, que tenía que ser llenada de alguna manera y fue así que aprendí que siendo violento, desafiante, quitándole el miedo al miedo, me podía parar frente al mundo y ser más visible, más notorio.
Haciendo una búsqueda en la web sobre este tema me encontré con el siguiente fragmento:
“La soberbia anda siempre de la mano del orgullo, el cual “es engañoso e intoxicante, porque cuando el yo se vuelve orgulloso y arrogante es posible que evolucione en pecado tanto en el individuo como en el grupo” porque no se trata solamente de la sobre valoración de uno mismo, sino que ella deriva en el desprecio por los demás, mirándolos como seres inferiores, menoscabando su dignidad.” (Emilio Raúl Ruiz Figuerola, 2012)
Entrando al detalle de lo mencionado, el autor habla del orgullo como el acompañante de la soberbia, un orgullo dañino, poco compañero de viaje, el que impide que exista una mirada ajena y diferente para ser, vivir y reflexionar, uno ciego y perdido que solo da paso a lastimar a los que estén alrededor, siendo más viable entrar en rechazo colectivo humillando y maltratando que hacerse cargo de las propias incompetencias y falta de liviandad, terminando de socavar lo más recóndito, que para mí observador es una de las cosas más valiosas del ser, su dignidad.
Figura 2. Jennifer Delgado Suarez, 2018, Tipos de arrogancia [Figura].Recuperado de https://rinconpsicologia.com/tipos-de-arrogancia/
Traigo la figura 2 a este escrito para mostrar los tipos de arrogancia (Jennifer Delgado Suárez, 2018). Ella investiga este fenómeno y encuentra que, desde los cinco a los siete años, iniciamos los seres humanos con esta característica de vida, creemos saber más que nuestros mayores, es un espacio de pocos recuerdos, pero de grandes aprendizajes, donde comenzamos a manifestar algunos rasgos firmes de existencia.
Detalla en su imagen la arrogancia individual, esa opinión enaltecida que no se acomoda a la realidad la cual se encarga de acrecentar o exagerar lo que hacemos, distorsionando de gran manera nuestra realidad. Esto me suena muy cercano, cómo desde el rincón más profundo de mi ser tenía que aparecer heroicamente, contando hazañas que hacía con la firme intención de poder mostrarme al mundo, hazañas poco valientes y nada constructivas, ya que se basaban en superar los límites de mi humanidad para poder demostrar que aquí había alguien, tanto así que sufrí golpes, accidentes, tuve momentos de ver a la muerte a los ojos, todo por esa vaga y banal obsesión de poder ser visible.
Aparece la arrogancia comparativa, la cual busca, a través de la comparación con los demás, enaltecer las habilidades o características propias para sobresalir, teniendo una mirada muy sesgada de lo que es el otro. Esto me hace volver a mi trabajo, a mi rol, a mi parada frente al mundo cuando quiero destruir, aniquilar, llevar a cero a alguien; solo habla de mi manera de sobresalir, de levantarme de ese rincón con más fuerza, con más gallardía, eso sí, adolorido, humillado y con mi dignidad vulnerada, pero siempre con la frente el alto. Esto solo me ha traído problemas en mi existencia, lo describí anteriormente, la forma más valedera y constructiva de poder ser visible ante el mundo, es desarrollar esa capacidad asociativa y de acompañamiento con los demás, me lo muestra la vida, me lo muestra la pandemia por la que pasamos, la competencia de asociarse genera mayores beneficios que remar solo un buque interoceánico.
Justo acá hago el link al desarrollo que deseo llevar a cabo a continuación, en donde traigo a colación la dignidad colectiva y propia, con la que venimos, la que desarrollamos como seres de sociedad, la que debe ser complementaria, la que nunca es suficiente, la que permite que al ser digno de estar, ser o vivir, a su vez potencia o elimina la posibilidad de usar un orgullo de una manera adecuada, con una misma palabra se puede crecer y ser visible desde el merecer, el ser ejemplo, el poder entregar todo lo que como persona se ha constituido, o caer en el profundo dolor. Por lo tanto, me pregunto ¿Cuál fue la afectación de mi dignidad para llegar a un orgullo tal como para ser soberbio? ¿Sentía afinidad por la arrogancia al ser notado prontamente por los demás por esta actitud? ¿Pensaba que la arrogancia y la soberbia apoyaban en el camino de ser visible?
Estas preguntas tienen conexión directa con el siguiente aparte de la lectura mencionada anteriormente;
“El soberbio, se cree superior, sin embargo su ego necesita de la aprobación y de la atención y reconocimiento de los demás, lo cual demuestra claramente su inseguridad interna, es en sí mismo una paradoja, pues por un lado se siente superior y por el otro su autoestima es baja y trata de ocultarla tras la soberbia y la arrogancia y muchas veces la manera de hacerlo es con el sarcasmo.” (Emilio Raúl Ruiz Figuerola, 2012)
Así que estar escondido detrás del dolor, sin demostrar sentirlo, fue una herramienta de doble filo que trajo perjuicios a futuro, que se mostró como una característica de vida enalteciendo un Ego de mentiras, generando a la imagen publica una versión simplemente superpuesta para dejar en claro que la dignidad del ser que se presentaba estaba fuerte, firme y con la convicción de poder mostrar ese poder ante el mundo, pero definitivamente era una forma de sarcasmo que solo engañaba al exterior.
Y por último Jennifer, Figura 2, detalla esa arrogancia antagónica, esa cúspide alcanzada donde se minimiza al otro, operando desde una superioridad exagerada, no real, la cual al ser vivida transgrede los límites de identidad y dignidad del otro, humillando y denigrando su humanidad. Esto no es más que el miedo grande a ser rechazado, excluido y no visto: rechazo y humillo al otro antes que eso suceda conmigo.
Después de este corto, pero elocuente recorrido, llego a un espacio en donde con claridad encuentro que lo que hay detrás de esa arrogancia y soberbia, solo mostraba la necesidad de ser visto, valorado, resignificado desde una fuerza débil, queriendo lucir poderosa, una fuerza que demostraba СКАЧАТЬ