Chile - Suecia 200 años de amistad. Varios autores
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Название: Chile - Suecia 200 años de amistad

Автор: Varios autores

Издательство: Bookwire

Жанр: Социология

Серия:

isbn: 9789569454028

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      Marinos, aventureros, naturalistas

      Muchos otros suecos tuvieron contacto directo con Chile y los chilenos, antes de la independencia. Aquí solamente me limito a mencionar los casos más interesantes. Varios marinos suecos, al servicio de los ingleses o de los holandeses, llegaron a las costas chilenas durante los siglos XVII y XVIII. Por ejemplo, el teniente de navío Axel Lagerbjelke (1703-1782) desembarcó en las costas de Coquimbo en 1724, lo cual le valió conocer por dentro las cárceles españolas.

      Peter Berg, nacido en Uppsala, fue capturado por los españoles hacia 1760, en la región austral, se integró a la sociedad chilena, se casó con una criolla y llegó a ser alcalde de San Felipe. Dejó descendencia que vive hoy radicada en Chile, una parte de la cual dio forma criolla al apellido Berg, cambiándolo por Beri.

      Las historias de estos pioneros de los contactos sueco-chilenos son apasionantes, pues en la mayoría de los casos establecieron vínculos con la población local, pese a las prohibiciones expresas de la corona española.

      Chile del siglo XIX en los

       ojos de un sueco

      Por Carlos Eduardo Bladh

      El viajero y comerciante sueco C.E Bladh escribió en su idioma el libro “Republiken Chile 1821-1828”, publicado en Estocolmo en 1837 y posteriormente traducido al castellano. El libro toca las primeras relaciones entre Chile y Suecia. En el prólogo del libro, Eugenio Pereira sostiene que el nombre de Suecia no era ignorado en la América del Sur en las últimas décadas coloniales y C.E Bladh se encontró muy sorprendido en 1817 al oír “que el nombre sueco era, no solamente conocido sino estimado de manera particular”.

      Del prólogo extraemos los siguientes párrafos:

      En su nuevo cargo de tenedor de libros de una firma francesa, vino a Chile el año de 1821, a bordo de la fragata Ofir. El 6 de noviembre entró el barco al puerto de Valparaíso, después de un viaje de 106 días. Una multitud de personas curiosas subieron inmediatamente a bordo, para admirar de cerca un barco, cuya bandera solamente una vez antes se había visto ondear en estas aguas. Esos chilenos exclamaban con cierto asombro: “¡Cómo un barco sueco ha podido encontrar la ruta hacia acá!”

      Permaneció en Santiago hasta el año de 1827, en que se trasladó a Valparaíso. Fueron para él estos siete años "aún cuando no siempre los más afortunados en cuanto a la realización de las empresas propias de mi profesión, sin embargo, los más agradables de mi vida, en virtud de la manera hospitalaria, sencilla y atenta con que fui acogido por la mayoría de los chilenos con quienes tuve negocios o relaciones de amistad”.

      Al regresar a su patria, Carlos Eduardo Bladh se dedicó a la tarea de dar a conocer los países americanos que había recorrido. Figura simpática y atrayente, Bladh aportó, sin duda, un raudal de observaciones pintorescas al conocimiento de la vida chilena en la época de la iniciación republicana.

      La República de Chile 1821-1828 (Fragmentos del libro)

      - “Valparaíso es el centro comercial del país, y durante los siete años que permanecí en Chile su opulencia aumentó considerablemente. En 1821 el número de habitantes ascendía a 12.000, pero en 1828 llegó a 20.000, y los barcos anclados en el puerto sumaban en total unos... La mayoría de éstos eran extranjeros, aunque muchos llevaban la bandera chilena. La necesidad de mercancías extranjeras en la capital, Santiago de Chile, y en la rica provincia del mismo nombre, se satisface mediante los cargamentos que llegan a Valparaíso; asimismo todos los artículos de exportación de la provincia se descargan allí. Valparaíso también constituye un puerto de depósito para toda clase de mercaderías de diversos continentes y el comercio de tránsito es considerable...”

      Portada del libro “La República de Chile”

      de C.E. Bladh

      De Valparaíso se cuentan treinta leguas (alrededor de quince millas suecas) a Santiago de Chile, la capital de la República y de la provincia, situada al este de Valparaíso.

      - “Santiago de Chile fue fundado en 1541; tiene alrededor de cuarenta mil habitantes, es de plano regular, dividido en manzanas, de cuadras (19) de 150 varas (alrededor de 114 metros) en cada lado”.

      La vida social en Santiago de Chile es agradabilísima y atrayente sobre todo para los extranjeros. Tan pronto se es presentado, se pasa desde luego a ser miembro de las soirées de la casa.

      La religión católica, que es la única que se tolera en el país, se conserva aquí con una disciplina y ceremonial escrupulosamente mantenido. La gente es llamada por las campanadas de las iglesias, mañana y tarde, para la oración y se arrodillan entonces casi todos...

       - “A partir del año de 1810, cuando Buenos Aires empezó a comerciar independientemente de España, lo que significaba el primer paso hacia la emancipación de Sud-América, la llama de la libertad se expandió hasta las demás colonias españolas. El mismo año empezaron los disturbios en Chile; pero las fuerzas españolas eran todavía muy poderosas para que estos desórdenes juveniles pudiesen surtir efecto...”

      - “Los generales San Martín y O’Higgins -este último bajo las órdenes del primero- declararon independiente al país, proclamaron la República de Chile aboliendo la esclavitud, y prometieron al pueblo una constitución. San Martín obtuvo de la nueva República el mando supremo de los ejércitos unidos de Chile y Buenos Aires, y después de haber derrotado a los españoles de la tierra firme de Chile -porque el archipiélago de Chiloé estaba todavía en sus manos- se embarcó con estas tropas en Valparaíso y se dirigió al Perú para libertar el virreinato del dominio español. El gobierno de Chile quedó en manos de O’Higgins, con el título de Director Supremo.”

      Pero este gobierno era despótico y débil. O’Higgins disponía a su gusto del tesoro nacional y de los empleos para el provecho de sus amigos, no existía control sobre las entradas del país y los gastos públicos no se vigilaban. El Director Supremo, con la ayuda de su ministro de hacienda, Rodríguez, tomó medidas administrativas encaminadas al común interés de ambos…

      - “Al regreso de esta visita, Ahrengren mencionó a un sueco que había pasado treinta años en Chile, estaba casado y tenía hijos adultos. Se llamaba Pedro Yarg, que los chilenos por la dificultad de pronunciar dos consonantes juntas al fin de una sílaba, han cambiado en Bari o Vari. Nació en Estocolmo, de padres cultos, de familia de Akerfeldt. Abandonó Estocolmo como grumete de un barco sueco, a la edad de 14 o 16 años. El barco naufragó. Después Akerfeldt se enroló en un barco inglés o norteamericano, que encalló en la costa de Chile. Allá recibió protección de un hacendado español. Como en Estocolmo había aprendido matemáticas, conocimientos que entonces eran muy raros en estas colonias, le fue fácil encontrar ocupación como vendedor de una tienda. Era industrioso y honorable, ganó gradualmente la confianza y el favor de su patrón, y al propio tiempo puso su propia tienda en el pueblo de San Felipe. Con los años ganó aún más dinero, obtuvo la nacionalización, se casó y llegó a ser alcalde. Ahora es un ciudadano opulento de San Felipe...”

      - “Otro sueco que conocí en Santiago en enero de 1827 se llamaba Edelhjerta, y sirvió como teniente durante la última campaña noruega. Había también un sueco de Carlscrona, llamado Möller, contador de la firma Alitchell Y Ashton, СКАЧАТЬ