El rey festivo.. AAVV
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Название: El rey festivo.

Автор: AAVV

Издательство: Bookwire

Жанр: Документальная литература

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isbn: 9788491332596

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СКАЧАТЬ no se confiaba en la buena disposición de los mandatarios y artistas de la ciudad de Lisboa para desempeñar aquel papel. De acuerdo con la información que el propio Herrera facilita en una carta fechada en 1584, el arquitecto afirma haber «gastado de su hacienda seis mil ducados en la jornada de Portugal en que acompañó al rey desde el año 1581 hasta últimos días de marzo de 1583 en que regresaron a Madrid».

      Juan de Herrera permanecerá en Lisboa durante más de dos años al servicio del rey y dedicado a actividades particulares de menor entidad. Sin embargo, la actividad artística de Herrera en Portugal se prolongaría durante fechas posteriores a las de permanencia en aquel país. De toda esta labor cabe destacar las trazas que Felipe II le encarga para la Iglesia de San Sebastián y San Vicente (San Vicente da Fora) de la capital portuguesa, las cuales realiza el arquitecto en 1590. Junto a Juan de Herrera, Felipe Terzi y Juan Bautista Antonelli fueron los artífices de los elementos arquitectónicos y operaciones ingenieriles que tuvieron lugar durante la jornada portuguesa de Felipe II. Al parecer, Juan Bautista Antonelli se hizo cargo de la construcción de puentes, allanamiento de caminos y demás operaciones ingenieriles y de intendencia militar que fue necesario llevar a cabo durante el viaje, así como de construir, junto con Felipe Terzi, la torre-residencia para el monarca español en el Palacio de Ribeira de Lisboa (Checa, 1992: 270). Entre el resto del plantel de artistas que participan en la jornada portuguesa de Felipe II, se baraja el nombre de Baltasar Álvarez, que parece haber realizado el segundo de los arcos triunfales con el que los mercaderes de Lisboa reciben al monarca español en su entrada triunfal (Segurado, 1987: 101).

      Finalmente, debemos referirnos a los encargados de hacer memoria de los acontecimientos festivos cuando estos finalizan. Con respecto a los cronistas, debemos hacer una distinción entre los anónimos autores de breves «relaciones» en las que, a modo de crónica periodística y con un estilo conciso, se nos hace una escueta descripción de los acontecimientos, y la obra de aquellos hombres, cuya erudición y muchas veces participación directa en la organización de los recibimientos les permitía analizar y describir con mayor riqueza de datos los sucesos de las jornadas reales o las entradas triunfales. En este último caso, las crónicas se convierten en textos de gran riqueza no sólo por la información que aporta sobre el arte efímero del viaje o entrada, sino también por el intrínseco valor literario e histórico de los textos, en cuanto que documentos de una época y su mentalidad.

      Cuando el texto está realizado por uno de los programadores de la entrada triunfal, este se convierte en la expresión literaria de la ideología política y moralizante que se expresaba en la iconografía y la literatura de aquella, en el libreto del espectáculo, pasando así a formar parte del resto de la producción escrita de la época. Cuando la formación y erudición del cronista lo permitía, la crónica será también un valioso documento sobre los rumbos de la mentalidad artística.

      Entre los hombres que han hecho de sus crónicas sobre los viajes de Felipe II algo más que una mera relación histórica abreviada, podemos destacar a escritores como Juan Cristóbal Calvete de Estrella, Juan de Mal Lara, Juan López de Hoyos, Sebastián de Covarrubias y Enrique Cock, aunque dispongamos de otros nombres como Vicente Álvarez, Corneliis de Schryver (Cornelius Grapheus), Inocentio de Cigognara, Teodoro Glociaro, Andrés Muñoz, Juan de Varaona, Alvar Gómez de Castro, Gaspar Rodríguez, Juan Fernández de Herrera, Juan Váez de Sepúlveda, Alfonso Guerreiro, Isidro Velázquez, etc.

      El conocido y admirado Juan Cristóbal Calvete de Estrella fue el autor de una de las crónicas más interesantes tanto por la significación del viaje como por la importancia que el mismo tendrá en el arte de fechas posteriores a aquella. La abundancia de datos artísticos en su crónica, hace de esta una importante fuente para la Historia del Arte. Se sabe que estudia en Alcalá y que en 1541 es maestro de pajes del príncipe. En el privilegio para Castilla de la edición española de la crónica se expresa que Calvete de Estrella es «criado del Serenísimo Príncipe mi hijo», en calidad de lo cual viaja con el futuro Felipe II a los Países Bajos. No regresará a España con el príncipe, pues deberá permanecer en Amberes hasta que finalizara la impresión de la crónica, lo cual tiene lugar en mayo de 1552. Miguel Artigas, en el prólogo a la edición de 1930 de la Sociedad de Bibliófilos Españoles del Felicísimo viaje considera la posibilidad de que regresara a España con el Emperador. Además del Felicísimo viaje..., Calvete de Estrella es autor también de otras obras de notable éxito en la España del siglo XVI. Durante su estancia en Amberes publica De Aphrodisio expugnato, quod Africam vocant commentarius, cuya primera edición aparece en 1551. El éxito de la obra hará de la misma lectura obligatoria en la Universidad de Salamanca y obligará a reeditarla en ocho ocasiones. De especial importancia fue también su obra El Túmulo Imperial adornado de Historias, Letreros y Epithaphios en prosa y verso latino, publicada en 1559 y que versa sobre las honras fúnebres que se celebran en Valladolid en 1558 en honor del Emperador.

      A la hora de valorar la crónica de Calvete de Estrella sobre el viaje de Felipe II a los Países Bajos es preciso, como ha indicado Miguel Artigas, verla en relación con el resto de las iniciativas que buscan en España un estado de opinión contra la amenaza turca. La obra de Calvete de Estrella adquiría así esa dimensión política que tuvo el resto de su producción literaria, entre la cual podemos citar De rebus Indicis ad Philippum Catholicum Hispaniarum et Indiarum Regem, Encomios o el titulado El exul de Re Militari con figuras, traducido y declarado por Estrella. En 1581, El Brocense autoriza la edición que realiza Calvete de Estrella de las obras de Garcilaso. De alguna de estas obras anteriores al Felicísimo viaje, Calvete de Estrella hace mención en su crónica; así, al explicar la iconografía que ilustraba el arco que los españoles construyen en Amberes para homenajear al príncipe, Calvete de Estrella se cita así mismo: «Deste facelo o templo pequeño (uno de los tipos del templo de Jano) di a entender en el primero libro de los Encomios hablando del Emperador Carlos Quinto Máximo, cuando digo: [....]» (Calvete, 1552, II: 129).

      En las primeras páginas del Felicísimo viaje, el autor nos presenta lo que él llama el «Catálogo de los autores, así antiguos como Modernos que en esta obra he seguido», en el cual y entre los nombres de escritores clásicos como César, Cicerón, Plinio, Ptolomeo, Seutonio, Estrabón, Tito Livio o Virgilio, se citan también los de Alberti o Vitrubio. Estas fuentes, las cuales tienen como fin primordial analizar y explicar el arte efímero del viaje y los textos e imágenes que lo decoraban, hacen del texto de Calvete de Estrella algo más que una mera crónica del viaje. Nos encontramos, pues, ante un hombre erudito e ilustrado en las artes plásticas y literarias, que pondrá su talento al servicio de la monarquía española contribuyendo a su exaltación desde la literatura y el arte.

      Por desgracia, la crónica de Calvete de Estrella únicamente se ilustró con el grabado que reproducía el arco que construyen los españoles para la entrada de Felipe II en Amberes (Fig. 5). Posiblemente Calvete de Estrella no encontró el artista que pudiera complementar sus textos con imágenes del viaje, lo cual hubiera hecho de la crónica un documento de mayor trascendencia. De ahí la importancia que adquieren otras crónicas de la jornada de 1548-1550 que disponen de grabados. Es el caso de la obra de Corneliis de Schryver (Cornelius Grapheus), secretario de la villa de Amberes, cuya obra Le Triumphe d’Anvers... será ilustrado con treinta y un excelentes grabados que pudieran haber sido realizados por el artista Pierre Coeck, cuya relación con la entrada del futuro Felipe II en Amberes se puede contemplar también desde otros parámetros. Esta misma razón hace que la obra Arcus triumphales Quinque..., en la que se publican los grabados de los arcos triunfales de Gante construidos por Van de Velde, otro texto importante que complementa la crónica de Calvete de Estrella (Fig. 6).

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      Fig. 5. Arco de los Españoles. Entrada triunfal. Amberes, 1549. Juan Calvete de Estrella, El Felicísimo viaje..., Amberes, 1552.

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      Fig. 6. Arco triunfal. Entrada triunfal de Gante, СКАЧАТЬ