Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson. Vincent Bugliosi
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Название: Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson

Автор: Vincent Bugliosi

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9788494968495

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СКАЧАТЬ de la organización».

      No obstante, el descarte del posible vínculo con la mafia no dejó a los inspectores del caso LaBianca sin sospechoso. Al preguntar a los vecinos de la pareja, se enteraron de que la casa situada al este, el 3267 de Waverly Drive, estaba desocupada y llevaba así varios meses. Antes la habían frecuentado hippies. Los hippies no les interesaron, pero sí un inquilino anterior, +Fred Gardner, y mucho.

      Gracias a sus antecedentes y a conversaciones que mantuvieron, supieron que Gardner, un joven abogado, «ha tenido problemas mentales y afirma que pierde la conciencia durante periodos de tiempo y no es responsable de sus actos (…)». Durante una discusión con su padre, «cogió un cuchillo de mesa de la cocina y persiguió a su padre, diciendo que iba a matarlo (…)». En septiembre de 1968, solo dos semanas después de casarse, «sin razón aparente propinó una paliza brutal a su esposa, luego cogió un cuchillo de la cocina e intentó matarla. Ella desvió los golpes y logró escapar y llamar a la policía». Acusado de tentativa de asesinato, fue examinado por un psiquiatra nombrado por el tribunal, que declaró que «tenía ataques de agresividad descontrolados de dimensiones maniacas». A pesar de ello, el cargo se redujo a una simple agresión. Lo pusieron en libertad a prueba, y volvió a ejercer de abogado.

      Desde entonces habían detenido a Gardner varias veces, acusado de estar bebido o drogado. Después de la última detención, por falsificar una receta, lo pusieron en libertad bajo fianza de novecientos dólares, y se largó inmediatamente. Se dictó una orden de detención el 1 de agosto, nueve días antes de los asesinatos del caso LaBianca. Creían que estaba en Nueva York.

      Cuando los agentes hicieron preguntas a la antigua esposa de Gardner, ella les dijo que recordaba siete ocasiones distintas en las que Gardner fue a visitar a los LaBianca, y todas ellas volvió con dinero o whisky. Cuando ella le preguntó por aquello, supuestamente él le contestó: «No te preocupes. Los conozco y más les vale que me lo den».

      ¿Acaso Gardner, con su inclinación por los cuchillos de cocina, había intentado chantajear a los LaBianca, y en aquella ocasión la pareja se había negado? Los policías se pusieron en contacto con un agente del FBI de Nueva York para ver si podía determinar el paradero actual de Gardner.

      QUERIDA ESPOSA DE ROMAN

      SHARON TATE POLANSKI

      1943 1969

      PAUL RICHARD POLANSKI

      SU BEBÉ

      El miércoles fue un día de funerales. Más de ciento cincuenta personas asistieron al de Sharon Tate en el cementerio de Holy Cross. Entre los presentes se encontraban Kirk Douglas, Warren Beatty, Steve McQueen, James Coburn, Lee Marvin, Yul Brynner, Peter Sellers, John y Michelle Phillips. Roman Polanski, con gafas negras y acompañado de su médico, se vino abajo varias veces durante la ceremonia, igual que los padres de Sharon y sus dos hermanas pequeñas, Patricia y Deborah.

      Muchas de esas personas, entre ellas Polanski, asistieron después al funeral de Jay Sebring en la capilla de Wee Kirk o’ the Heather, en Forest Lawn. Entre otros famosos más estaban Paul Newman, Henry y Peter Fonda, Alex Cord y George Hamilton, todos ellos antiguos clientes de Sebring.

      Hubo menos gente, y menos flashes, cuando, al otro lado de la ciudad, seis compañeros de instituto cargaron con el féretro de Steven Parent desde la pequeña iglesia de El Monte donde se celebró el funeral.

      Abigail Folger fue enterrada cerca de donde creció, en el norte de California, en la península de San Francisco después de una misa de réquiem en la iglesia de Nuestra Señora de Wayside, que levantaron sus abuelos.

      El cuerpo de Voytek Frykowski permaneció en Los Ángeles hasta que unos familiares de Polonia pudieron tramitar su repatriación para enterrarlo.

      Mientras sepultaban a las víctimas del caso Tate, la policía intentaba reconstruir sus vidas, sobre todo el último día.

      Viernes, 8 de agosto.

      En torno a las ocho de la mañana, la Sra. Chapman llegó a Cielo. Lavó los platos que había y luego empezó las tareas habituales de la casa.

      Hacia las ocho y media de la mañana llegó Frank Guerrero, para pintar el extremo norte del domicilio. Iba a ser la habitación del niño. Antes de empezar, quitó las telas mosquiteras de las ventanas.

      A las once de la mañana telefoneó Roman Polanski de Londres. La Sra. Chapman oyó por casualidad la intervención de Sharon en la conversación. Sharon estaba preocupada por que Roman no volviera a casa a tiempo para su cumpleaños, el 18 de agosto. Al parecer le aseguró que volvería el 12 de agosto, como estaba planeado, porque Sharon se lo dijo después a Chapman. Sharon comunicó a Roman que lo había apuntado a un curso de futuros padres.

      Sharon recibió varias llamadas más, una de ellas relacionada con el gatito de un vecino que se había perdido y había entrado en la propiedad; Sharon lo había estado alimentando con un cuentagotas. Cuando Terry Melcher se mudó, dejó varios gatos, porque Sharon prometió que los cuidaría. Desde entonces se multiplicaron, y Sharon cuidaba a los veintiséis, además de a dos perros, el suyo y el de Abigail.

      La mayor parte del día Sharon llevaba solo bragas y sujetador. Según la Sra. Chapman, cuando hacía calor era su atuendo habitual en casa.

      Poco antes del mediodía la Sra. Chapman, al observar que había huellas de patas y salpicaduras de perro en la puerta principal, lavó toda la parte exterior con agua y vinagre. Un pequeño detalle, que luego se volvería importantísimo.

      Steven Parent comió en casa, en El Monte. Antes de volver al trabajo del negocio de fontanería, le preguntó a su madre si podía prepararle ropa limpia para cambiarse rápido antes de ir al segundo trabajo después, en una tienda de equipos de música, aquella misma tarde.

      Hacia las doce y media, las dos amigas de Sharon, Joanna Pettet34 (esposa de Alex Cord) y Barbara Lewis, llegaron a Cielo para comer. Les sirvió la Sra. Chapman. Solo hablaron de temas triviales, tal y como recordarían después las mujeres, sobre todo del niño que esperaba Sharon.

      Hacia la una de la tarde Sandy Tennant telefoneó a Sharon. Como se ha apuntado más arriba, Sharon le dijo que no tenía planeada ninguna fiesta aquella noche, pero la invitó a que se pasara, una invitación que Sandy declinó.

      (De creer todo lo que se dijo después, medio Hollywood estaba invitado a una fiesta aquella noche en el 10050 de Cielo Drive, y, en el último momento, cambió de opinión. Según Winifred Chapman, Sandy Tennant, Debbie Tate y otras personas próximas a Sharon, aquella noche no hubo ninguna fiesta ni se planeó en ningún momento. Pero el LAPD empleó probablemente cien horas de trabajo de agentes intentando localizar a personas que supuestamente asistieron al fiasco.)

      Tras finalizar la primera capa de pintura, Guerrero se fue hacia la una y media. No volvió a colocar las telas mosquiteras, dado que tenía la intención de regresar el lunes para dar una última capa a la habitación. La policía concluyó después que la o las personas que cometieron los asesinatos o bien no se fijaron en que estaban quitadas o bien evitaron entrar en una habitación recién pintada.

      Sobre las dos de la tarde Abigail compró una bicicleta en una tienda de Santa Mónica Boulevard y arregló que se la enviaran aquella tarde. Alrededor de la misma hora David Martínez, uno de los dos jardineros de Altobelli, llegó al 10050 de Cielo Drive y se puso a trabajar. Voytek y Abigail se presentaron no mucho después y se apuntaron a comer tarde con Sharon y sus invitadas. En torno a la misma hora se presentó el segundo jardinero, Tom Vargas. Cuando cruzó la verja, Abigail estaba saliendo en su Camaro. СКАЧАТЬ