Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson. Vincent Bugliosi
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Название: Helter Skelter: La verdadera historia de los crímenes de la Familia Manson

Автор: Vincent Bugliosi

Издательство: Bookwire

Жанр: Языкознание

Серия:

isbn: 9788494968495

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СКАЧАТЬ su deportivo; que Jerry Lewis había instalado un sistema de alarma en su casa que incluía un circuito cerrado de televisión. Connie Stevens confesó después que había convertido su casa de Beverly Hills en una fortaleza. «Sobre todo por los asesinatos del caso Sharon Tate. Todo el mundo estaba aterrorizado.»

      Las amistades se truncaban, las aventuras terminaban, la gente salía de repente de las listas de invitados, las fiestas se cancelaban… porque el miedo trajo la sospecha. Casi cualquiera podía ser el asesino o uno de los asesinos.

      Una nube de temor se cernía sobre el sur de California, más densa que el smog. No se disiparía durante meses. Todavía el mes de marzo siguiente, William Kloman escribiría en Esquire: «En las mansiones de Bel Air, el terror hace que la gente vuele al teléfono cuando se cae la rama de un árbol fuera».

      POLITICAL PIGGY—Hinman.

      PIG—Tate.

      DEATH TO PIGS—LaBianca.

      En los tres casos, escrito con la sangre de una de las víctimas.

      El sargento Buckles siguió pensando que aquello no era lo suficiente importante como para hacer más comprobaciones.

      David Katsuyama, ayudante de forense, realizó las autopsias del caso LaBianca. Antes de comenzar, quitó las fundas de almohada de las cabezas de las víctimas. Solo entonces se descubrió que además del tenedor de trinchar incrustado en el abdomen, a Leno LaBianca le habían clavado un cuchillo en la garganta.

      Como nadie del personal presente en el lugar de los crímenes había observado el cuchillo, aquello se convirtió en una clave de polígrafo del caso LaBianca. Hubo dos más. Por algún motivo, aunque la frase DEATH TO PIGS se había filtrado a la prensa, no había ocurrido lo mismo con RISE ni con HEALTER SKELTER.

       Leno A. LaBianca, 3301 de Waverly Drive, hombre blanco, cuarenta y cuatro años, un metro y ochenta centímetros, cien kilos, ojos marrones, pelo castaño (…)

      Nacido en Los Ángeles, hijo del fundador de State Wholesale Grocery, Leno entró en la empresa familiar después de ir a la Universidad del Sur de California, y acabó siendo presidente de Gateway Markets, una cadena del sur de California.

      Por lo que pudo determinar la policía, Leno no tenía enemigos. Pero pronto descubrieron que él también tenía un lado secreto. Los amigos y los familiares lo calificaron de tranquilo y conservador, pero se asombraron al saber, después de su muerte, que poseía nueve purasangres de carreras, siendo el más destacado de ellos Kildare Lady, y que era un jugador empedernido que frecuentaba el hipódromo casi todos los días de carreras, y a menudo apostaba quinientos dólares de una tacada. Tampoco sabían que en el momento de su muerte debía unos doscientos treinta mil dólares.

      Las semanas siguientes los inspectores del caso LaBianca harían un trabajo extraordinario para no perderse por el intrincado laberinto de las complejas finanzas de Leno. Sin embargo, la posibilidad de que hubiera sido víctima de algún prestamista se vino abajo cuando se supo que la propia Rosemary LaBianca tenía bastante dinero, con activos más que suficientes para pagar las deudas de Leno.

      Un antiguo socio de Leno, también de origen italiano, que sabía que apostaba, dijo a la policía que creía que la mafia podría haber cometido los asesinatos. Admitió que no tenía pruebas para sostener tal cosa; no obstante, los inspectores se enteraron de que durante un periodo breve Leno formó parte de la junta directiva de un banco de Hollywood que las unidades de inteligencia del LAPD y de la Oficina del Sheriff de Los Ángeles creían que estaba financiado con «dinero gangster». No pudieron demostrarlo, aunque varios miembros de la junta fueron acusados y condenados por pertenecer a una trama que obtenía dinero mediante cheques sin fondo. La posibilidad del vínculo con la mafia se convirtió en una de las diversas pistas que habría que verificar.

      Leno no tenía antecedentes penales; Rosemary tenía una multa de tráfico que se remontaba a 1957.

      Leno tenía un seguro de cien mil dólares. Había que repartirlos a partes iguales entre Susan, Frank y los tres hijos que había tenido Leno en un matrimonio anterior, cosa que parecía descartar que aquel fuera el móvil.

      Leno LaBianca murió en la casa donde había nacido. Rosemary y él se habían mudado a la casa familiar, que Leno había comprado a su madre en noviembre de 1969.

      Causa de la muerte: múltiples heridas de arma blanca. La víctima tenía doce heridas de arma blanca, además de catorce perforaciones realizadas con un tenedor de dos dientes, que sumaban un total de veintiséis heridas distintas. Seis de ellas pudieron ser mortales de necesidad.

       Rosemary LaBianca, 3301 de Waverly Drive, mujer blanca, treinta y ocho años, un metro y sesenta y cinco centímetros, cincuenta y seis kilos, pelo castaño, ojos marrones (…)

      Probablemente ni siquiera Rosemary sabía mucho de sus primeros años de vida. Se creía que nació en Méjico de padres norteamericanos, y que luego quedó huérfana o fue abandonada en Arizona. Permaneció allí en un orfanato hasta los doce años, cuando fue adoptada por la familia Harmon, que la llevó a California. Conoció a su primer marido trabajando de camarera en un restaurante drive in, el Brown Derby, de Los Feliz, a finales de los años cuarenta, cuando todavía no había cumplido los veinte. Se separaron en 1958, y fue poco después, trabajando de camarera en Los Feliz Inn, cuando conoció a Leno LaBianca y se casó con él.

      Su antiguo marido hizo la prueba del polígrafo y lo exoneraron de cualquier participación en los crímenes. Hablaron con antiguos empleadores y novios, y con socios actuales. Ninguno de ellos pudo recordar a nadie que le tuviera aversión.

      Según Ruth Sivick, socia de Rosemary en la Boutique Carriage, Rosemary tenía ojo para los negocios. No solo triunfaba la tienda: Rosemary invertía en acciones y materias primas, y le iba bien. Hasta qué punto, solo se supo al validar el testamento, cuando se descubrió que había dejado dos millones seiscientos mil dólares. Abigail Folger, la heredera de los asesinatos de Cielo, había dejado menos de una quinta parte de esa cantidad.

      La Sra. Sivick vio por última vez a Rosemary el viernes, cuando fueron a comprar para la tienda. Rosemary telefoneó el sábado por la mañana para decirle que tenía planeado ir en coche hasta el lago Isabella, y le pidió que se pasara por casa aquella tarde para dar de comer a los perros. Los LaBianca tenían tres perros. Los tres ladraron con fuerza cuando se acercó a la casa en torno a las seis de la tarde. Después de darles de comer —sacó la comida para perros de la nevera—, la Sra. Sivick revisó las puertas —estaban todas cerradas con llave— y se fue.

      El testimonio de la Sra. Sivick estableció que quienquiera que limpiara de huellas el tirador de la nevera con un trapo lo hizo algún momento después de que fuera ella allí.

      Rosemary LaBianca: de camarera de restaurante drive in a millonaria a víctima de asesinato.

      Causa de la muerte: múltiples heridas de arma blanca. La víctima tenía un total de cuarenta y una. Seis de ellas pudieron ser mortales de necesidad.

      Leno LaBianca recibió todas las heridas menos una en la parte anterior del cuerpo; treinta y seis de las cuarenta y una ocasionadas a Rosemary LaBianca se encontraban en la espalda y las nalgas. Leno no tenía heridas defensivas, cosa que indicaba que probablemente le ataron las manos antes de apuñalarlo. Rosemary presentaba una herida defensiva de arma blanca en la mandíbula izquierda. Esta herida, y el cuchillo en la garganta de Leno, indicaban que la colocación de las fundas de almohada encima de las cabezas de las víctimas fue tardía, posiblemente incluso posterior a las muertes.

      Identificaron СКАЧАТЬ